Pequeños accidentes

2-Isamu

La alarma suena a las cinco de la mañana y yo con todo el dolor de mi alma abro los ojos, me siento en la cama y entonces escucho a la vocecita en mi cabeza preguntando.

¿Es necesario graduarme?, ¿Quiero ese título?

Después de pensarlo unos segundos, suspiro y apago la alarma cuando me pongo de pie.

La persona que dijo que la universidad era lo mejor, fácil y divertido, no sabe lo equivocada que está.

Lo único que me motiva es que estoy más cerca de graduarme.

Antes de salir de la habitación me quedo un momento viendo el color blanco de las paredes y llego a la conclusión de que ese color tiene que desaparecer, es muy aburrido para mi gusto.

Salgo de la habitación y entro al baño, abro la regadera para que el agua empiece a correr. Mientras me veo en el espejo y de inmediato me doy cuenta que mi lindo cabello rizado tomará tiempo en dejar de parecer la melena de un león.

Antes de entrar a la regadera voy a la sala y busco entre las cajas una que tiene escrito "Mi Melena" y saco el acondicionador, luego en otra caja saco una toalla para el cuerpo y la otra para mi cabello.

Regreso al baño y me meto a la regadera y con mucho valor mojo mi cabello para ponerme el acondicionador y que sea más fácil peinarme. Digo valor porque el agua a las cinco de la mañana parece de nevera.

Me pongo el acondicionador y un par de minutos después me enjuago. Pongo y quito jabón en todo mi cuerpo rápidamente y salgo de la regadera.

Envuelvo mi cabello en la toalla especial para él, me encanta mi cabello y trato de cuidarlo lo más que pueda.

Me pongo la toalla, cepillo mis dientes y salgo del baño dirección a mi habitación.

Reviso la caja que está a los pies de la cama y me decido por un vestido de rayas horizontales rojas con blanco con mis zapatillas rojas que también saco de una caja, es un hecho que tengo que desempacar.

Después de vestirme tardo cómo 20 minutos peinándome.

Veo el reloj y son las seis en punto y debería estar saliendo para tomar el autobús, pero no he desayunado, pero tampoco tengo opción.

Suspiro, agarro mi maleta y salgo con hambre del apartamento, tendré que comprar algo.

El ascensor llega y entro, justo cuando está comenzando a cerrar escucho a alguien gritar.

—¡No dejes que se cierre!

De inmediato presiono el botón para mantener las puertas abiertas.

Se van acercando dos figuras mucho más altas que yo, aunque la mayoría de las personas son más altas que yo que solo mido 1.60cm.

—Buenos días, Edrielle —me saluda Killian.

—Buen día —respondo con una sonrisa.

—Gracias —dice Kellan.

—No hay problema.

El ascensor abre sus puertas y los tres salimos, yo con intención de ir a la parada del autobús y ellos para los estacionamientos, pero se detienen.

—¿No tenías una Tucson azul? —me pregunta Kellan.

—No, es de mi amigo, ¿Cómo sabes que era la Tucson?

—Tenemos varios años viviendo aquí, sé cuales carros son de las personas del edificio.

—Entiendo, bueno, yo tengo una Toyota FJ Cruiser gris, pero la dejé en casa de mi madre. La iré a buscar hoy —explico.

—¿Quieres que te lleve? —se ofrece Killian.

—No, tranquilo, no tengo problema en tomar el autobús.

A simple vista se ven como buenas personas, pero los conocí ayer así que no pienso subir sola a un carro con ellos.

—¿Segura?

—Sí.

—¿A qué universidad vas? —me pregunta Kellan.

—Isamu —respondo con orgullo.

—Nosotros igual, aunque a diferentes facultades.

—¿Cuáles son sus facultades? —la curiosa ahora soy yo.

—Derecho —responde Killian —Estudio para ser abogado.

—Arquitectura y diseño —dice Kellan —Estudio Diseño Gráfico.

—Ok... veo que solo se parecen físicamente, en gustos para nada —digo —Yo estudio en la facultad de Administración de Empresas y Contabilidad y estudio Contabilidad y Auditoría.

Isamu se conoce cómo una de las mejores universidades del país y es la más grande.

Las facultades son un mundo y cada una tiene cierta distancia entre ellas, por eso es que aunque estemos en la misma universidad nunca antes nos habíamos visto.

La universidad es tan grande que cada facultad tiene su propia puerta de entrada. No existe una puerta principal como tal.

—Está bien, te veremos luego —se despide Kellan y yo me voy a la parada y ellos a los estacionamientos.

Mientras espero el autobús recibo un mensaje de Gabdiel.

—Buenos días, Edrielle, ¿lista para el primer día?

—Buenos días, solo estuve lista para mi primer día en la universidad en el primer semestre del primer año. Más nunca estaré lista.

Gabdiel responde con emojis riendo.

Y tengo hambre.

Mi mamá pensó en ti y te mandó un emparedado.

Dile a tu mamá que la amo —mando el mensaje con muchos emojis enamorados.

Llega el autobús y me subo.

Después de un viaje de 20 minutos y caminar otros diez llego a la puerta de mi salón a las 6:40 a.m.

Abro la puerta y me encuentro con un salón con paredes color celeste y diseño de cuadros blancos, sillas de metal negras acolchonadas y un aire acondicionado funcionando de maravilla.

Sigo de pie en la entrada sin poder creer lo bien que remodelaron, el año pasado daba tristeza venir a dar clases. Incluso el pizarrón es electrónico.

—¿En shock? —pregunta alguien detrás de mí, una voz masculina que yo reconozco al instante.

—¡Jazz! —exclamo alegre cuando me doy vuelta para verlo y lo abrazo.

—¿Cómo está mi morenaza favorita? —me pregunta todavía abrazándome.

—Feliz de ver a mi moreno favorito —digo al separarnos —Veo que te inspiraste en tu ropa hoy.

—Sabes que la presentación dice mucho —dice sonriendo —No, mentira, mi mamá quería que usara camisa y le agregué algo de mi estilo.

Jazz lleva puesta una camisa manga larga blanca arremangada hasta los codos, un pantalón jeans negro, a los lados lleva colgado unos tirantes negros también y unas botas negras.




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