Estaba asustada, no sabía a donde se había metido Ethan y solo de pensar que nos peleamos y le haya pasado algo me aflige.
Pero al verlo en la puerta, pensaba que yo sería quien me abalanzara pero fue el quien me abrazo con anhelo y desesperación.
Nos decidimos quedarnos aquí sin trabajar, comimos hicimos lo que nos hace unirnos en un solo cuerpo y luego decidimos ver la película de Frozen que me consiguió.
Lo veía muy tenso mirando la película, me preocupe, no miraba la película, solo observaba con atención a la pantalla, por eso no me podía concentrar en la película.
Le pregunte que le había pasado, o que tenía, sus labios quedaron entre abiertos, fruncí el ceño al leer su forma de actuar, quería decir algo pero lo evitaba por muchas razones las que desconocía, después desvió su mirada de mi para mirar el televisor y llevo su mano a su mandíbula haciendo un gesto de pensando.
-Bueno si me ha pasado algo – dice serio, me asusto por su respuesta – una chica me tiene atrapada.
-No bromees – digo golpeándolo en el abdomen, este hace como que le dolió – pensaba que si te había pasado algo.
-No te preocupes – dice llevando su mano a mi cintura para atraerme más a su cuerpo – miremos la película que está muy interesante.
Le hago caso y me concentro bastante en la película, llego un momento donde llore como loca por lo que le paso Elsa pero después me calme para no dar lastimas, soy demasiado sentimental y cualquier cosa que sea lo más mínimo triste me deja sin habla por tres días.
Empecé a cerrar los ojos por el cansancio de todo el día y la noche que no pude dormir bien pensando en mi novio.
Sentí como me cargaban, para nada abrí los ojos porque sé que es Ethan y nada puede pasarme si estoy con él, sentí el suave colchón de mi cama, me cubrieron con las sabanas y luego se acercó a mi dándome un pequeño beso en mis labios.
Casi sonreí ante ese tacto, sé que se ira aunque no quiera pero debe hacerlo porque casi todo el día ha estado conmigo.
¡Dios como amo a ese hombre!
Escucho cuando cierra la puerta del cuarto, me concentro imaginándome su rostro, hasta que caigo en un relajante sueño.
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-¿Les gusta este? – pregunto saliendo del vestíbulo con un vestido de novia que es un poco largo, tiene una cola larga y tiene un diseño hermoso pero siento que no me conviene, pero siempre debo preguntarles a mi suegra y mi madre, también a Sofía.
Enrique también está aquí pero está más pendiente de su celular, parece que eso es más importante que su hermana menor, pero lo comprendo, después de todo es su trabajo.
-Me parece muy normal – opina mi suegra.
-También pienso lo mismo – ahora es mi madre quien está sentada a la par de la señora Beckett las dos se miran asintiendo por sus opciones.
Sofía esta fija mirando el vestido se pone en pie y se dirige a donde me encuentro.
-El ruedo está mal, por eso no te lo recomiendo – dice agarrando esa parte, ya se me había olvidado que mi cuñada es una diseñadora de ropa.
-Gracias Sofí – digo sonriéndole, ella solo asiente y se va a donde se encuentran más vestidos.
-Señoras vengan a ayudarme a elegir un vestido – dice Sofía molestando a su madre y a mi madre, las dos se levantan en seguida – no te preocupes Lucy sé que eres modelo y puedes elegir el actuando que te guste pero ahora déjamelo a mí.
-Ok – digo sonriendo, siento esperando que ellas me lo elijan, veo a mi hermano concentrado en el celular - ¿ocurre algo Enrique?
-Ah no, nada solo es el negocio – dice guardando su celular - ¿ya lo elegiste?
-No, ellas lo están eligiendo – respondo señalando a las mujeres – deseo que les guste a ellas.
-Eres una buena chica – dice acercándose para abrazarme – tiene suerte Ethan de casarse contigo.
-No exageres – digo riéndome – deseo que ese momento llegue.
-Y así será – responde asintiendo varias veces – pero siento que mucho tiempo para una boda que se arregla en tres meses.
-Tienes razón – respondo viéndome el vestido que ando puesto – pero respeto la decisión de Ethan.
-¿Qué piensa mi padre de la boda? – pregunta con curiosidad.
-Piensa lo mismo que tú, que mucho tiempo – responde riéndome, Enrique me imita llevándose su mano a su mandíbula – me alegra que estés mejor.
-A mí me da alegría que mi hermana se vaya a casar antes que yo – dice con una pequeña risa.
-Listo – dicen al unísono las mujeres, veo que en sus manos tienen un vestido hermoso, mis ojos se cristalizan al ver que he hallado el vestido indicado.