Julio 23, 2017
13:44 pm
| Kylan |
Aprieto el vaso del ron en mis manos y bebo un poco, pero por más sorbos que le dé, mi realidad no cambia en lo absoluto, y los problemas siguen estando a la vuelta de la esquina. Le doy una calada a mi cigarrillo y prieto mis helados dedos contra mi frente, descansando mi cabeza. La carga pesa.
—¿Estas bebiendo?
Levanto la cabeza y fijo mi mirada en Skyle. Me está observando un tanto curioso, pero también cauteloso. Lleva vestido igual que siempre, con su estilo Skater del demonio que no le pega para nada con la historia que tiene detrás. Pantalones de buzo ajustados en los tobillos, zapatillas y camiseta blanca, y una chaqueta de Jeans dos veces su talla.
—Si— respondo sin más, apartando la mirada.
—¿Donde esta Tyee?
—Devuelta en BlackHand.
—Mierda.
Skyle se mueve de su sitio y se sienta justo en frente de mí, toma mi vaso y bebe de él sin ningún escrúpulo. Después de tantos años de amistad, lo he visto hacer de todo, frente a mí y con mi hermano. Lo ha sacado desnudo de una comisaría, borracho de fiestas, vomitado e inconsciente. Así que no se me revuelve ni un poquito el estómago de saber que su saliva puede estar ahora nadando en mi ron. Tener a Skyle en mi vida, ha sido como tener tres hermanos menores más.
—¿Algo anda mal?
—Todo anda mal, Skyle— finalmente me termino el vaso y vuelvo a darle una calada a mi cigarrillo. Todo está tan mal, como para que de hecho yo esté fumando en el interior del departamento. —No puedo ni siquiera decidir qué es lo peor. No sé cómo vamos a lidiar con todo esto.
—Hemos arreglado con algunos equipos, pero aún no podemos arriesgarnos a hablar con la gente de Edén. Pueden levantar sospechas o podría correrse el rumor. Necesitamos tiempo.
—¿Cuánto tiempo?— pregunto. —¿Cuánto tiempo debemos esperar para terminar con todo esto?
—Lo que haga falta. No podemos luchar nosotros solos, Kylan. Sería un suicidio.
Cierro los ojos y suspiro. —Demonios, ya lo sé.
La puerta se abre, detrás de ella aparece Jhon seguido de Jaeden. Ambos vienen en estado serio y un poco tensos. Dejan algunos papeles sobre la mesa y se sientan a nuestro lado.
—¿Que han conseguido?— pregunta Skyle completamente ansioso.
—¿Dónde está Ian?— pregunta Jhon en respuesta.
—En su habitación.
—¡Ian, trae tu culo aquí ahora!— grita Jaeden cruzándose de brazos, y se queda en silencio mientras esperamos a que él también llegue.
Abre la puerta de su habitación inmediatamente, como si llevara todo el día con el pomo en la mano esperando a que lo llamaran. Se acerca rápidamente y se sienta en la cabecera entre los J.
—¿Cómo ha ido?— pregunta alzando las cejas.
—Mas o menos— Jhon hace una mueca.
—Aún no damos con el paradero del dinero, y no tenemos idea a donde planea llegar Caín después de esto.
—¿Dónde están las buenas noticias?— Skyle nos mira a todos, buscándole como siempre, el lado positivo a todo.
—Hemos conseguido descargar los informes de las cantidades de muertes, y tenemos la pruebas de que la mayoría de las entregas son falsas. Nuestro rehén colaborará cuando llegue la hora de reclutar a los miembros de Edén, pero no hay garantía de que vayan a creérselo.
—Necesitamos que se lo crean— interrumpe Ian, y nos mira a todos como si nosotros no tuviéramos claro ese punto. —Necesitamos toda la ayuda posible.
—Si se lo creen o no, no depende de nosotros— le aclara Jaeden por mí. —Estamos haciendo hasta lo inhumanamente posible.
—Pero no es suficiente— contradice. —Estaremos perdidos si no conseguimos que la mitad de Edén este de nuestro lado.
—No exactamente— juego con las palabras mientras las dejo salir, lleno de indecisión.
—¿Como que no?— me pregunta Ian más que cabreado.
Me recuerdo conservar la paciencia, por el solo hecho de que sé que debe estar igual de estresado y preocupado que yo. Esta situación nos tiene a todos al límite. No hemos parado de investigar en semanas, y a eso hay que sumarle el hecho de que ahora vamos a todas partes como si camináramos por campo minado. Cualquiera podría estar intentando matarnos de nuevo.
—Que no necesariamente debemos tener a la mitad de Edén de nuestro lado.
—¿Y quién nos va a apoyar si no?
—Necesitamos el cincuenta por ciento más uno para poder ganar esta batalla— Jaeden y Jhon se voltean a mirarme, pero esta vez en la mirada de ambos veo tranquilidad, y sé que están dispuestos a escuchar mis ideas antes de contradecirme. He hablado con Hellion.
—¿Hellion? ¿De BlackHand?
—¿De dónde si no?— le responde Skyle intentando decirle de forma indirecta que se calle.
—He hecho un trato con él.
—Dime que me estas jodiendo— levanta la voz otra vez Ian. —Dime que no es verdad que se te ocurrió hacer negocios con el enemigo.
—¿Enemigo de quién?— le pregunto de vuelta. —Hellion no es nuestro enemigo, es el enemigo de nuestra mafia, de Caín.
—Y si ya no somos parte de esa mafia—Skyle se encoge de hombros.
—El enemigo de mi enemigo es mi amigo— afirma Jhon.
—¿Y por eso se supone que debemos confiar en él?
—¿Puedes cerrar tu puta boca de una vez por todas, Ian?— le grita esta vez Jaeden golpeando la mesa. Ian le dedica una mirada seria, pero por fin se queda callado. Se vuelve a mirarme. —¿Qué tipo de trato?
—Le ofrecí la mitad de todo lo que quedé a Edén. Armas, dinero, posesiones, drogas e incluso a aquellos que quieran unirse a él— hago una pausa. —A cambio de que nos ayude a eliminar a Caín, y libere a Tyee y Theon.
Los chicos guardan silencio por un momento intentando procesar mi idea. Estoy seguro de que aún no lo tienen claro. Me miran confundidos, pero detecto cierta curiosidad en sus expresiones. Lo que sea que les moleste, están dispuestos a escucharme.
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Editado: 02.12.2020