Perfidia Angustiosa

Capitulo 4.

Capitulo 4.

Confusion.

-Nahely.

Eran la 7:00am y los niños serían dados de alta, Anthony les trajo una muda de ropa.

-Vendré a visitar a Luisa, muchas gracias-me tendió la mano.

Yo mire su mano para luego sonreírle y aceptarla.

Cuando tome su mano causó un tipo de escalofrío por todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro haciéndome excitar.

-Creo que nos volveremos a ver-mire sus ojos los cuales tenían un brillo.

-Si, en un mes venga con Myckaela, le quitaremos el yeso- él asintió dedicándome una sonrisa muy sexy.

-Bueno hasta pronto.

Me acerqué a los niños para despedirme de ellos, en un solo día se ganaron mi cariño.

-Nos vemos pronto Doc-me abrazo Maykel yo le respondi el abrazo, nos separamos y le alborote el cabello con cariño.

-Dejastes muchos corazones rotos aquí en el hospital- Maykel sonrió en forma traviesa

-Soy muy lindo, ya lo sabía pero no es para tanto-yo lo mire y negué ante ese comentario tan egocéntrico.

Me acerqué a mi pequeña Myckaela, ella sonreía pero vi en sus ojos que estaba triste

-Hey en un mes nos vemos, te sacaré ese yeso-ella me sonrió para abrazarme con su brazo bueno, le devolví el abrazo pero intente no lastimarla.

-Espero con ansias ese mes Doc, ya quiero sacarme esto y volver a verte-su hermano se acercó.

-Yo también vendré, quiero visitar a Doc.

Yo los mire y los abrace ellos han sacado mi cariño maternal.

-Yo los esperare y jugaremos ese día que les parece? - vi a Anthony, él nos veía con atención sonriendo por ver a sus sobrinos felices.

-Si, pero yo elijo el juego-propuso Myckaela

-Bien, solo por que eres mi hermanita- Maykel le alboroto el cabello a su hermana, ella hizo un puchero y le reclamo a Maykel.

Me acerqué a Anthony y le di indicaciones.

Me despedí de ellos y me fui a revisar a mis demás pacientes.

Mi turno termina a las 8:00am y solo falta media hora para irme a casa y dormir.

Me encuentro a Sasha, ella también le toco guardia ayer pero hoy no tenemos trabajo.

-Hola Sasha, que ha pasado-le hice seña de la ambulancia y los paramédicos que venían como locos.

-Una mujer muerta- vi tristeza en la mirada de Sasha.

-La niña que tiene? -vi a lo lejos como llevaban a la niña, esa niña sería mi paciente mañana ya que había terminado mi turno.

-Hemorragia en sus partes íntimas.

-Fue violada? -Sasha asintió.

-Explícame mejor, por que no estoy entendiendo nada.

Caminamos hasta mi consultorio, llevábamos unas tazas de café cargadas y asi podríamos hablar mejor.

Llegamos y nos sentamos mientras dejábamos nuestras tazas en el escritorio.

-Su madre fue asesinada en frente de ella, primero la violaron a ella y a su madre, después mataron a la señora, la niña estaba desangrandose, alguien la encontró y llamaron a la ambulancia.

-Qué edad tiene la niña?

-Tan sólo tiene 8 años, estaba muy chica pero unos hijos de perra acabaron con esa inocencia.

Me dolió mucho como también me dio mucho coraje, tan solo era una niña estaba comenzando a saber que era la vida y esos hijos de puta le arruinaron toda su adolescencia, tendrá un punto de vista doloroso de la vida y será difícil para ella.

-Hay gente que no merece estar en este mundo, gente podrida, que son peor que el mismo demonio.

-Tienes razón pero tenemos que aprender a vivir en este mundo con gente mala.

-La vida suele ser bien mierda con personas que no lo merecen- eso lo dije pensando en la niña que no merecía nada de lo que le ha pasado.

Después de esa conversación busque mis cosas ya era hora de irme a casa.

Salí y me tope con el gilipollas de Alberto.

-Hey hermosa, me llevas a casa? -mire a Alberto cansada y acepte no era tan mala para dejar que se valla en bus o taxi, el bastardo ese después de todo era mi mejor amigo.

-Subí de una buena vez, solo no dejes el aroma de gilipollas en mi coche.

-Tan encantadora como siempre.

Subió al coche, yo también lo hice,me puse en marcha.

-Oye frigida que tal tu noche-me detuve ya que estaba el semáforo en rojo, mire a Alberto, el sabía que odiaba que me diga frigida.

-Primero yo no soy frigida! -me miró burlándose de mi, odio esa maldita palabra. Ash.

-Cómo tu digas.

-Bastardo.

-Frigida.

-Gilipollas.

-Me han contado que teneis telarañas allá bajo.

Me quede boca abierta ante esa estupides.

-No es tú problema que no tenga vida sexual activa.

-Oh vamos, tu sigues siendo virgen-mierda eso era verdad, yo todavía seguía siendo virgen.

Puse en marcha el coche.

-Es verdad pero yo por lo menos no me meto con tod@s las que aparecen en mi campo de visión.

-Oye, yo necesito tener una buena follada para poder estar relajado.

-Entonces el sexo para ti es droga?

-Algo así, solo que lo de acá es más rico y saludable.

-Eres un gilipollas.

-Ya me lo han dicho y eso aumenta mi lívido en la cama.

Solo le saque el dedo corazón, muchos se preguntarán por que nos tratamos así, bueno el es mi amigo cercano, también Sasha pero con Alberto es más joda, nos insultamos para demostrar que nos queremos, es un cariño medio mierda pero así demostramos que nos queremos.

Alberto vive cerca de mi casa a una media hora en coche, así que también esta cerca del hospital.

Estacione al frente de su casa.

-Bueno hasta mañana frigida.

-Qué no soy frigida!, ash.

-Lo eres, pero bueno te dejo no vemos mañana.

-Chao puto.

-Por lo menos no tengo telarañas.

Le saque el dedo corazón y el solo sonrió, antes de bajarse me dio un beso en la mejilla y me dijo Chao enana te quiero.

Asi era él, cariñoso en ocasiones, nos conocimos en la escuela él se volvió mi amigo, nos decíamos cosas estúpidas pero también cosas cariñosas, él me quería como una hermana y yo también lo quería como si fuera mi hermano.



#6276 en Thriller
#3464 en Misterio
#11421 en Fantasía

En el texto hay: asesinatos, misterio, venganza

Editado: 15.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.