Pero te conocí

Capítulo: 11

Natalia

La luz se apaga en cuanto Damon se va, todo queda a oscuras sintiéndose así los ruidos que hacen las ratas, mi corazón late en mi pecho demasiado rápido por el miedo, no veo nada y hace frío, tengo sueño, pero es imposible dormir en este suelo frío que apesta, me acomodo un poco en él, pero esa voz me congela del todo.

—No te duermas —escucho al hombre que me atacó y que está en la celda de al lado —la oscuridad no es buena, ¿sabes cuantas veces he encerrado personas acá? —no digo nada —muchas, me tomará poco tiempo salir de aquí y sabes qué haré? Iré a por ti —él ríe y me estremezco del miedo —no te duermas.

Abro mis ojos con dificultad por la luz que hay, no sé en que momento me quedé dormida, pero al final lo hice, me incorporo un poco y al ver todo lo que hay a mi lado chillo asustada, hay ratas muertas y sangre en el lugar en el que estoy, chillando aún, voy hacia una esquina alejándome de todo y escuchando la risa del hombre a mi lado, miro a este, su boca y manos están manchadas de sangre y al comprender lo que ha pasado las ganas de vomitar se apoderan de mí.

—Te cacé comida —dice señalando el suelo —luego no te quejes de que soy malo.

—Veo que se están conociendo —la voz de Damon me hace mirar hacia él

—Sácame de aquí —ruego con las manos en los barrotes, Damon solo ríe

—¿Por qué? —él coloca sus manos sobre las mías, el calor de sus manos me hace sentir mejor, ¿qué estoy diciendo? Él me tiene aquí. —veo que incluso estás haciendo un amigo Nat.

—Damon

—Aunque él debe morir —se aleja de mí haciendo que el frío vuelva a mi cuerpo —dime, ¿ya decidiste? 

—No voy a matarlo —Damon asiente

—Lo verás sufrir mucho entonces —veo como otro de sus hombres entra a la celda en donde está —Marko —el hombre sonríe mirándolo —¿por qué le has tirado ratas a mi invitada? Así no se hacen amigos

—Creo que tiene hambre —todos ríen —jefe, no quiero morir

—Debiste pensarlo antes de hacerle daño —habla Damon con seriedad, al tal Marko lo hacen sentar en una silla y dejo de mirarlo cuando le dan el primer golpe

—Vas a torturarlo —murmuro mirando los ojos del hombre frente a mí

—Eres inteligente, no quiero que te canses aquí Natalia, ¿por cierto? Tienes hambre —asiento lentamente.

—Pronto vas a comer —él sonríe —ahora míralo, mira lo que pasa con las personas que no me obedecen —Damon se aleja de mí mientras escucho los gritos del tal Marko, cierro con fuerza mis ojos llevando las manos a mis orejas, no quiero escuchar, no quiero ver, pero cada segundo los gritos son más fuertes, acabaré volviéndome loca aquí.

Luego de algunas horas donde no he dejado de escuchar esos desgarradores gritos de ese hombre me traen comida, pero las cosas que he visto, escuchado y el olor que siento no me dejan probar bocado y lo único que consigo es vomitar. La noche llega y cuando solo quiero dormir la luz es prendida, pero no es una luz normal, la claridad que hay molesta demasiado en los ojos y al sentir pasos me pongo de pie.

—No sigan por favor —pido cuando entran a la celda del tal Marko —no, no —chillo yendo hacia una esquina para cubrir mis oídos, ¿acaso Damon no piensa dejarme dormir ni un segundo? La respuesta es clara cuando la tortura comienza y los gritos de ese hombre rebotan por las paredes.

—Deberías aceptar matarme —escucho su voz, pero no le miro, sé que ya es de día, no pude dormir nada y tampoco comer, creo que ni siquiera puedo levantarme del lugar en el que estoy —mira todo lo que hacen por tu culpa

—No es mi culpa —las lágrimas salen de mis ojos —no es mi culpa —niego varias veces con la cabeza

—Claro que lo es, de ti depende que siga sufriendo o no —limpio como puedo mis lágrimas, levanto la mirada al escuchar ruidos, Damon está frente a mí con sus manos en los bolsillos, este entra a la celda y se arrodilla frente a mí.

—No has comido

—Damon no quiero seguir aquí —murmuro mirando sus ojos —es imposible dormir o comer, me estoy volviendo loca, quiero salir, bañarme, dormir —más lágrimas salen de mis ojos.

—Natalia —él toma mis manos y me ayuda a ponerme de pie, luego toma mi mentón y hace que mire hacia Marko, veo como lo sientan en una silla y aunque quiero dejar de mirar el agarre de Damon se hace más fuerte —míralo, está sufriendo y es tu culpa —susurra en mi oído, cierro mis ojos cuando todo comienza otra vez aunque no puedo dejar de escuchar.

—Para ya —ruego con la voz entrecortada

—Míralo —demanda cerca de mi oído, yo abro mis ojos y corro a una esquina a vomitar —Natalia

—No puedo más —digo dando unos pasos hacia él —ya no más Damon

—Pensé que ibas a tardar más —él ríe sacando un arma —24 horas y ya no puedes seguir acá, eres débil —me extiende el arma, la cual tomo, Damon hace que me acerque más a Marko, el cual levanta la cabeza y me mira —hay dos balas y ya sabes que si me matas a mí no saldrás viva de aquí, tengo muchos hombres como él allá fuera Nat —coloco el dedo en el gatillo, nunca he disparado, nunca he matado a nadie y jamás pensé hacerlo, mi mirada va a los ojos de ese hombre, no quiero seguir aquí, no quiero escuchar más sus gritos pero

—No puedo —digo bajando el arma, Damon resopla y se aleja de mí.

—Bueno, no quería llegar a esto —él sale de la celda y hace señas a sus hombres, yo estoy atónita viendo como ayudan a salir a Marko de su celda solo para traerlo a la mía —solo uno puede vivir —niego ante lo que Damon dice —el que viva saldrá de aquí y será tratado como una reina o un rey —él ríe.

—No, no te acerques —le digo al sujeto que a pesar de las heridas que tiene camina hacia mí mientras retrocedo —no —levanto el arma amenazándolo con esta.

—Solo puede salir uno —dice él sonriendo —lo siento pequeña —el hombre se abalanza sobre mí, cierro con fuerza mis ojos y sin pensar en nada aprieto dos veces el gatillo, al abrir los ojos lo veo a él en el suelo, el arma cae de mis manos y yo también caigo arrodillada, está muerto.



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En el texto hay: mafia, amor, embarazo

Editado: 08.05.2024

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