Perspectiva de un adolescente

Capítulo 1 - Ésta es mi historia

Despierto de un profundo sueño y mantengo mi mirada perdida en el techo, pensativo haciéndome mil preguntas en la cabeza.
¿Qué me esperará en este día?.

Es mi primer día de instituto, no sé si sentirme agobiado por esto, nunca he sido alguien que sepa convivir con los demás aunque me gusta aparentar que si.
Miro el reloj que se en encuentra a lado de la cama. 7:05am.. Ya debo empezar a alistarme.

Me dirijo hacia el baño para darme una ducha rápida, me quito la camiseta y me veo por unos momentos en el espejo del baño.

Mi cuerpo es delgado pero marcado, mi cabello largo y alborotado. Nunca me ha gustado verme en un espejo, no me siento feliz con lo que veo de cierto modo me odio a mi mismo pero trato de que nadie lo sepa.

No estoy conforme con lo que soy y quien soy, hay quienes se sienten igual una gran depresión encima y su solución es cortarse u otras formas de lastimarse físicamente para olvidar su dolor emocional. Yo no opto por ese tipo de cosas, soy más fuerte que eso. Mis formas de desahogar me y liberar mis demonios internos son diferentes, cada quien lidia con sus guerras de distintas formas.

Salgo del baño con una toalla cubriendome, me dirijo al armario para elegir mi atuendo del día de hoy.
Me decidí por unos jeans oscuros, una camiseta de mangas azul y unos vans negros, nada llamativo para mi primer día, no me gustaría llamar la atención.

En el comedor veo como mi mamá coloca mi desayuno en la mesa. Por las mañanas ella es la única que está despierta, vivo con ella y mis dos hermanas. Es bueno convivir con ellas en especial con Elizabeth una de mis hermanas, ella ya esta en su último año de instituto. Siempre ha estado ahí cuando la necesito, me ha escuchado cuando tengo algo que decir. Tal vez no le diga todo lo que esta en mi cabeza pues de ser así ella pensaría que estoy loco, pero de cierto modo todos estamos locos pero llevamos nuestra locura en distintas direcciones, ni yo mismo puedo comprender esta mente que cargo conmigo. Pero le digo lo suficiente para sentirme mas libre.

También esta mi otra hermana Nathalie, de 30 años. Mujer reservada y centrada en su trabajo, nunca le he caído bien y no se porque. Eso siempre me ha lastimado, sentir el desprecio de alguien tan cercano y no saber la razón.

Y luego esta mi madre, de 47 años. Cabello plateado y cara arrugada pero llena de vida, aunque no siempre me comprenda ella es mi adoración.

Le doy unos cuantos mordiscos a mi desayuno y me dispongo a salir disparado al ver que se me hacia tarde. Le doy un beso en la mejilla a mi mamá para despedirme.

-Que tengas suerte en tu primer día de instituto- me dice mi mamá sonriente

-Claro mamá, creo que sobreviviré- esbozo una pequeña risa.

Salgo de mi casa y guardo mis llaves en la mochila, me dirijo al instituto no queda tan lejos de casa y puedo llegar caminando. Pero por la hora que es trato de dar pasos rápidos.

Aún no me imagino con que me encontrare ahí, soy nuevo y eso implica adaptarme a un entorno totalmente diferente. Nuevos rostros que conocer, personas que tratar, analizar a cada uno de ellos y saber como actuar, no es que no me guste actuar como yo simplemente es mejor encajar. Es mejor aparentar una sonrisa falsa, a demostrar en tu rostro todo el dolor y odio que llevas, me considero un maestro de la sonrisa falsa.

Y es por eso que se me hace fácil reconocer a los que fingen, a los que aparentan que todo esta bien cuando nada lo esta, aquellos que aparentan ser otra persona.

Hay tanta gente falsa en este mundo, claro me incluyo también. Pero yo soy diferente a los otros, yo se porque hago lo que hago. Es irónico no lo creen, como algo puede parecer estar bien para los ojos de algunos pero para otros esta mal. Todo se basa a través de perspectiva, así es como funciona el mundo, en distintas formas de ver las cosas. Es triste pensar que no nos damos el tiempo de ver todos los puntos de vistas posibles y juzgamos sin saber.

El mundo funciona a través de perspectivas.
Final mente llego a las puertas del instituto, tal parece que he llegado a tiempo. Hay varios chicos entrando, caminando juntos hablando de quien sabe que. Miro a mi alrededor, doy un pequeño suspiro antes de seguir adelante.

Ya estoy en la puerta de entrada, siento el rose de los demás chicos que siguen su camino.

Y bueno, aquí estoy. 
Olvidaba decirles. Mi nombre es... James.
Y ésta es mi historia

 



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En el texto hay: romace, novela juvenil, adolecentes

Editado: 27.03.2019

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