Los días se hacen largos, los momentos vacíos, y estar tirado en una habitación parece ser más seguro que salir a explorar el mundo. Cuando alguien creé estar bien y que el universo conspira a su favor será más difícil entender que eso no es así, es más duro aceptar los días malos.
Ya faltaban pocos días para la Navidad, ya saben, una época colorida llena de alegría y compartir en familia. Pero esta no era una navidad de aquellas para nosotros.
Nadie se imaginaba la inesperada visita de Robert. La más afectada era Nathalie, quien no aguantaba la ira que sentia por verlo de nuevo. Mi madre tampoco le tomo muy bien el asunto, Elizabeth y a mi por nuestra parte nos afecto, no era de nuestras mejores épocas.
- ¿Cómo te encuentras? - pregunta Elizabeth al entrar a mi habitación.
- Como alguien que esta recostado mirando el techo como si nada le importara. - respondo con total ironía.
- Creo que eso es algo habitual en ti. - menciona y sonreímos. - Ese tal Robert no parecía un mal sujeto. - dijo mientras se sienta a un lado de la cama.
- La gente no cambia, solo se tranquiliza. - le respondo mientras me siento para verla.
- Tal vez, pero... Ahora tiene su propia familia, y lo hizo bien sin ocultar nada, no ganaba nada en buscarnos y aún así lo hizo. Bueno, eso pienso yo. - el argumento de Elizabeth tiene algo de razón, si lo que él dijo es cierto no gana nada con esto.
- Pero como se puede confiar en un completo extraño que resulta ser nuestre padre. - le digo con una expresión de duda en mi rostro.
- No digo que confiemos, solo que deberíamos darle una oportunidad. Hay que conocerlo y a su familia, a su bebé que sería nuestro hermano. - la idea que propone no me convence del todo.
- Aún no es el momento para eso, y para ser sincero, no se si llegue el momento. -
- Recuerdas cuando eras pequeño e ibas al parque y veías a los demás niños jugando con sus padres ¿Lo recuerdas? - pregunta y me mira fijamente.
- Si, lo recuerdo. - respondo y bajo mi mirada.
- Recuerdo que me mirabas y me preguntabas ¿Dónde esta papá? Y yo no sabía que contestarte. - lo que dice es cierto, los recuerdos vienen a mi mente entonces, y ella continúa:
- Pues ahora ya sabes donde esta aunque no sea lo que esperabas. Quizás debas darle esa oportunidad. - concluye con eso y se retira. Pense mucho en lo que dijo y puede que tenga razón, pero aún no es el momento.
Deje los días avanzar como si nada pasara, evite contarle lo sucedido a Amy y los demás, de seguro tienen mejores cosas en que pensar en vez de preocuparse inútilmente por mi.
Solo me centro en disfrutar esta agradable época de invierno con su clima frió y las nevadas que acompañan esta época.
Cuando menos lo espere ya era 24 de diciembre, el día del baile organizado por los alumnos para estas fiestas, el evento sería esa noche. Los seis nos decidimos ir en pareja, Nicole con Dereck, Cara con Eddy, y Amy conmigo. Hasta ahora todo parecía perfecto.
Nos encontraríamos todos allá, estaba terminando de arreglarme, me puse un casual traje negro con camisa blanca, no lucia nada mal.
Bajando por las escaleras veo a mi madre sentada sola, me acerco para despedirme y ella me recuerda que me divierta. De seguro no quiere que piense en lo sucedido, y no sera así, parecía que iba a ser una buena noche.
Llegando al instituto veo como los demás llegan, gente de un lado a otro felices y despreocupados, me siento igual como el primer día. Entro al gimnasio y entre toda la multitud busco a mis amigos, y ahí estaban, tan felices y despreocupados como los demás pero a mi me hacía feliz verlos. Los cinco se dieron cuenta de mi presencia y me hacían señas para que vaya con ellos.
Recuerdo que la canción que se escuchaba era "Fort Atlantic" y era perfecta en ese momento, los seis nos divertiamos y nos olvidamos del resto del mundo por un instante, Amy lucia más que hermosa mientras bailaba. Todos disfrutabamos de ese momento. Hasta que algo paso...
- Disculpen chicos, mi mamá esta llamando y debo salir a contestar. - nos avisa Eddy. - Ya saben como se pone una madre y si contestas. - menciona bromista.
Lo vemos salir por la puerta principal con el móvil en el oído, pero Cara decidió acompañarle así que fue detrás de él.
Los cuatro seguíamos en el baile, poco después vemos llegar a Max y Keisi, era muy agradable verlos ahí. Pero en el momento menos esperado entra Cara muy alterada.
- Chicos... Eddy a tenido que irse, su padre esta en el hospital, parece que esta muy grabe. - se ve muy preocupada mientras habla, y al instante todos estábamos igual.
- ¿Pero cómo? ¿Qué ha pasado? - pregunto con intriga.
- El hombre sufre del corazón y ha presentado problemas, esta muy grabe en hospital. - nos explica.
- ¿Te ha dicho en qué hospital? - pregunta Nicole.
- Si
- No perdamos tiempo, debemos ir con él. - añade Dereck.
Todos estábamos de acuerdo, les dijimos a Max y Keisi que se quedarán, no sería bueno ir un grupo muy grande.
Llegamos lo más rápido que pudimos y nos encontramos a Eddy con lágrimas en sus ojos. Ya era tarde, hora de muerte 10:46 p.m. del 24 de diciembre el Señor Miller, padre de Eddy, fallece por un paro cardiaco. La pena y la tristeza nos invadio a todos.
Al día siguiente, en la mañana de navidad, fue el funeral y todos asistimos. Era una fría mañana de invierno con una leve nevada. Ninguno de nosotros imagino que pasaríamos navidad así. Eddy quiso dar unas palabras para despedir a su padre, mientras hablaba podía ver el vacío en sus ojos.
- Lo último que le dije a mi padre fue... "Podrías prestarme dinere" y el dijo si. No fue un "Te quiero papá", no fue un " Gracias por todo". Me arrepiento de que lo último que le dije no valiera la pena. Nunca deben olvidar decirles a los que más aprecian lo mucho que los quieren, porque no sabran cuanto estarán a su lado. - las lágrimas se notaban en su rostro y él se las limpiaba.