En nuestro alrededor siempre habrá muchas historias que contar, historias que deben ser escuchadas. Estas historias llenan un vacío que los acontecimientos en esta vida podrían dejar. Entre estas habrá muchas buenas, pero también trágicas que parecerán sacadas de algún libro de misterio, pero esta es nuestra vida, y algunas páginas se verán oscuras, pero hay que seguir dando vuelta a las páginas.
(Sábado 16 de enero del 2016)
- Entonces así fue como te reencontraste con tu padre. - dice Keisi mientras le da un sorbo a su café.
- Así es - le respondo. Nos encontramos en la cafetería de siempre, platicando de los acontecimientos recientes.
Le platico la historia de como conocí a mi padre y a su familia. Debo admitir que todo salió mejor de lo que esperaba. Conocerlo a él y sobre todo a mi hermanito era algo que necesitaba.
- Hola chicos... - dice Eddy que va llegando junto con Max. Él se sienta alado de mi y Max de Keisi.
- ¿De qué platican? - pregunta Max, el ya está al tanto de los últimos sucesos así que no vale la pena recordarlo más.
- Nada importante. - menciono sin interés.
- Pues creo que nosotros tenemos algo importante que decirles. - dice Eddy y saca un periódico escolar que tenía guardado en su mochila.
Nos muestra un artículo en específico, hablaba sobre el suicidio de un estudiante. Estuve impactando ante tal noticia, era Tylor, aquel chico que conocí el primer día de clases.
- ¿Cómo ha pasado esto? - les cuestiono.
- Al parecer a sucedido ayer después de las prácticas de baloncesto, cuando las clases terminaron. - explica Eddy.
Al parecer luego de la práctica Tylor se dirigió a los baños cuando todos se fueron, y se disparo en la cabeza con un arma. Después fue encontrado por una maestra de primer año.
- ¿De dónde han sacado este periódico? - les pregunta Keisi.
- Tengo una amiga, Stephanie, que trabaja en el periódico escolar, nos dio este ejemplar, pero será publicado el lunes. - explica Max.
- El lunes todos se enteraran de esto. - digo algo indignado, no es un tema para tomarlo a la ligera.
- Así es, aunque claro de seguro el director no le agradara que se haga público, el estilo de él sería pasarlo desapercibido. - el argumento de Eddy es muy válido.
- Pero aquí hay algo más importante que preguntarse. - empieza Max.
- ¿Por qué lo hizo? - concluye Eddy. - Si indagamos en su círculo de amistad podremos saber que ocurría con ese chico. - continúa Eddy proponiendo una idea que no me convence.
- No creo que sea buena idea inmiscuirse en la vida de un muerto. - digo con seriedad.
- Ya lo haz hecho antes - menciona Max.
- Es verdad, nos hemos metido en la vida de gente con problemas, pero esas estaban con vida. - mi comentario parece bajarle los humos.
Durante un rato más lo discutimos y la verdad aún no sabía que tenían planeado hacer. Ellos se fueron y me quedé solo en la cafetería con mi laptop ya que debía terminar una tarea y necesitaba un lugar tranquilo. Miro por la ventana y observo como empieza a caer la lluvia, me parece muy relajante ver la lluvia caer.
Siempre he tenido la creencia que las cosas más increíbles ocurren bajo una lluvia, y aunque quizás este no sea uno de mis momentos en un futuro, queda como un buen recuerdo. Recuerdo como vi caminando en la lluvia a una chica con un paraguas azul. A primera vista no le podía ver el rostro, pero sabía que había algo en esa chica que llamaba mi atención además del llamativo color de su paraguas.
Guarde mis cosas, decidí salir de ahí y seguirle de serca. La lluvia era torrencial ese día, termine completamente empapado. En una esquina se detiene aquélla chica ya que iban pasando autos y ella iba a cruzar, habían muchas personas esperando cruzar. Me muevo entre la multitud de gente con los típicos paraguas negros y voy detrás de la chica y toco su hombro y voltea. Era ella, Amy, lo sabía desde un principio.
Se sorprendió mucho al verme, de inmediato puso su paraguas sobre mi también. El semáforo se puso en rojo y todos empezaron a cruzar, menos nosotros que nos mantuvimos inmóviles. Todos esos paraguas negros moviéndose y el único paraguas azul se mantenía quieto a la vista. Ahí estábamos nosotros, bajo ese paraguas, mirandonos fijamente sin decir una palabra.
En ese instante lo único que hacíamos era disfrutar la compañía mutua.
- Es increíble como la gente se encuentra así. - digo al fin, cortando el largo pero a la vez confortable silencio.
- Así de repente. - añade ella y sonríe.
Chicos, desde ese día ella y yo empezamos a salir. No le habíamos puesto etiqueta a la relación, pero ya era algo más de lo que era.
Quizás nunca fuimos nada, pero se sintió que fuimos un todo.
En la vida habrán sucesos inexplicables que lo cambiarán todo. Coincidencias o casualidades que definirán mucho el camino que tomemos. Claro, tendremos que actuar para controlar el rumbo de nuestras vidas, pero habrá cosas que no podremos controlar y cambiarán por completo nuestras vidas. El simple hecho de caminar por otra calle, dejar pasar un taxi, o estar en un punto determinado en cierto instante puede cambiar todo en nuestro alrededor.
Pero claro, la casualidad más hermosa de mi vida aún estaba más adelante.
Aunque la pregunta para hacernos sería si algo como esto es...
Destino o casualidad...