Ya habían pasado semanas desde que Elizabeth se fue a la universidad. En sus últimos días aquí se aseguró de hacer todo lo que debía, se despidió de sus amigas, de su novio, hasta de despidió de los maestros. Hizo muchas cosas, pero la más importante fue enfrentar a mamá y Nathalie, junto a mi y Robert.
Debíamos decirles que sabíamos la verdad, de que teníamos conocimiento de todo el mal que le causo a mi padre, de que lo encerró por algo que no hizo, solo por el capricho de Nathalie.
- ¿Cómo pudiste hacerlo? - le pregunte a mi madre, con algo de enojo en mi voz.
Estábamos en la sala de nuestra casa, mi hermana y mi padre estaban a lado mio, frente a nosotros mamá y mi otra hermana, se encontraban ahí sin ninguna justificación de lo que hicieron.
Incluso en ese momento querían meternos en la cabeza que Robert en una mala persona.
- Deberían dar gracias de que él no les haya puesto una demanda. - dice Elizabeth, y tenía toda la razón. Robert pudo demandarlas por conspiración contra él y acusaciones falsas que lo mandaron a prisión, pero no lo hizo, no quería arruinarles la vida, él no era así.
Tras una larga charla, decidí que después de que mi hermana partiera a Baltimore iría a vivir un tiempo con mi padre y su esposa. Eso no quería decir que abandonaría a mamá, después de todo es mi madre y no podría dejar de quererla, pero tenía que darle tiempo para que reflexione lo que hizo, debía darle tiempo a la herida para que sane.
(20 de mayo del 2016)
Vivir un tiempo en la casa de Robert estaba siendo una experiencia agradable, finalmente podía tener esta convivencia padre e hijo que siempre quise. Clara, su esposa, también me parecía alguien agradable y gustó conocerla más. Además pude pasar más tiempo con mi hermanito, algunas noches lo cargaba a su cuna y le cantaba hasta que durmiera, les diré que no hay nada más adorable que ver a un bebé dormir luego de cantarle, si tienen algún hermano pequeño intentenlo.
Por esos días también se habían acabado los exámenes finales en el instituto, fueron días tediosos y cansados, pero creo que los pude pasar sin problemas. Faltaban solo un par de semanas para que las clases terminen, los maestros debían terminar de calificar exámenes y dar tiempo para que algunos hagan créditos extras.
El año escolar al fin terminaba, es increíble ver hacia tras y recordar todo lo que paso.
- Así que te irás el mismo día que las clases concluyan. - le digo a Cara, nos encontrábamos en la cafetería del instituto. Ella me contaba lo mal que se sentía por lo pronto que se tendrá que ir.
- Así es, mis padres ya tienen todo preparado, nos iremos esa misma noche. - responde deprimida.
- No te sientas mal. - le pido.
- ¿Y cómo quieres que no lo este? Mi vida esta aquí, no quiero dejar nada de esto, sobre todo cuando finalmente tengo verdaderos amigos. - se sentía frustrada, afligida, infeliz, y quien sabe que más. Pero no podía permitirlo.
- Y eso que - exprese sin más, ella me miro fijamente. - Mirate ahora y trata de recordar quien eras cuando empezó el año, podrás darte cuenta de la diferencia que existe. - le soy completamente sincero.
Una vez mientras les contaba esta historia les hable acerca de esas veces en la que no somos nosotros mismos, nos convertimos en estereotipos impuestos por la sociedad, y que no debemos cambiar, solo arrancar lo que no somos. Cara es un ejemplo de esto, sus padres siempre quisieron que ella fuera de una forma distinta a lo que es, a lo que somos.
- Ya no eres la misma chica tímida y callada. - continuo en decir lo que pienso. - Eres asombrosa, harás nuevos amigos muy rápido donde quiera que vayas. - ella me agradeció por mis palabras.
- No quiero perderte. - menciona y me abraza. - Ni a ti, ni a los otros. Sobre todo a Eddy, nunca pude decirle lo que siento por él. - esa última declaración me dio en que pensar, nunca estuve seguro si lo de ellos era enserio, pero al parecer lo era.
- Él lo sabe, estoy seguro. - trato de consolarla.
Esa fue la última vez que tuve una plática a solas con Cara antes de que se vaya, años después la volví a ver, y me alegró mucho saber que se encuentra bien, parece que la relación con sus padres mejoro. Sin ninguna duda, Cara es una de las personas que me hace feliz que formara parte de mi vida.
Más tarde en ese día de mayo del 2016, no solamente tendría que darle apoyo a Cara, pues otro de mis grades amigos traía consigo malas noticias.
A Eddy se le había informado que no podrá pasar de año por sus bajas calificaciones, ni siquiera los créditos extras lo ayudarían.
- Parece que no podré avanzar de año junto con ustedes. - dice mi buen amigo.
- ¿Cómo dejaste que esto pasara? - le pregunte, no podía creer que permitiera que esto ocurriera, una parte de mi quería golpearlo.
- Creo que no pude cambiar lo idiota que soy. - trata de decirlo como broma, pero puedo notar su aflicción. - Desde que papá murió todo se volvió más difícil. - al confesar eso pongo mi mano en su hombro y ya no lo juzgo más, solo trato de darle mi apoyo.
Su madre le había dicho que si no pasaba el año, lo pondría en otra institución, en un pueblo diferente, así que Eddy también se iría.
Dos de mis mejores amigos se irían del pueblo, mi hermana se fue, y desde lo que sucedió con Amy no hemos vuelto a cruzar palabras. El año escolar terminaba, pero nada era como empezó.
Parecía que una historia estaba llegando a su fin, y así es, pero una nueva iba a empezar.
Las cosas se desmoronaban, mi entorno se fragmenta y cambia de forma. Pero aún así este no es...
El final del camino...