Seis años después
Lauren se encontraba en la sala de emergencia, donde habitualmente se la pasaba desde que se había graduado en medicina; traumatología, para ser específico. Tenía una agenda muy ocupada, turnos que parecían interminables, horas extras que parecían absorberla y dejarla sin energías, apenas tocaba su cama quedaba dormida casi de inmediato, pero al verle la cara de alivio a sus pacientes, al saber que su vocación era salvar vidas, todo el sacrificio valía la pena. La oji-verde estaba satisfecha con su decisión de haber tomado aquella carrera, querer ayudar a los demás, de ser un instrumento para salvar vidas de lo más necesitados la llenaba de satisfacción y una paz interior.
Mientras se encargaba de terminar un informe de su último paciente, pensaba sobre los planes para el día siguiente, ya que era su día de descanso, después de cubrir un turno de cuarenta y ocho horas, merecía al menos un día entero de descanso. Al igual que su novia que era una de las enfermeras instrumentista y su mano derecha a la hora de estabilizar a los pacientes con heridas grabes. Cuando por fin termino aquel informe, se recostó en su silla, mirando el reloj de su muñeca comprobando que solo le faltaba unos quince minutos para salir de su consultorio y por fin ser libre, cerró los ojos para obtener algo de descanso pero no se le concedió ya que apenas al hacer la acción su celular comenzó a sonar. Sonrió al ver el nombre de la persona quien llamaba, aunque dentro de sí, se sentía un poco extrañada.
—Buenos días— dijo mientras observaba la foto de su novia junto ambas familias.
—Hola Lauren, lamento molestarte en tú horario de trabajo— dijo la mujer que desde hace mucho se había convertido en su segunda madre.
—No me molesta Paola, más bien, es un gusto poder escuchar su voz— dijo con una pequeña sonrisa, pues sabía que la madre de Kate siempre comenzaba las llamadas con una disculpa de antemano—. Pero dígame, ¿necesita algo?
—Realmente solo quería invitarlas a cenar, trate de llamar a Katherine pero no contesta su celular — dijo Paola y supuso que a Kate se le había apagado el celular o simplemente lo había olvidado en su casillero, como de costumbre.
—Posiblemente se le haya descargado, pero no se preocupe, yo le digo apenas salgamos de nuestros turnos. ¿Necesita que le llevemos algo? — Pregunto para asegurarse, desde que estaba con Kate se acostumbró a llevar algo cada vez que visitaba a alguien.
—Solo necesito la presencia de ambas puntualmente a las siete en mi casa— le dijo su suegra y ella rio ante el tono que utilizo.
—No se preocupe Paola, seremos puntuales.
—Bueno Lauren, Dios la bendiga a ambas.
—Amen señora, hasta luego.
Colgó su celular guardándolo en el bolsillo de su bata, al parecer su plan de llegar al departamento y descansar serían cambiado, aunque no le importaba, llevaba un tiempo sin visitar a la madre de Kate debido a su trabajo, una visita no haría daño, a parte así se relajaban un poco y se despejaban un poco la mente del hospital.
Faltando poco más de cinco minutos para terminar su turno, su puerta fue abierta de repente, su hermosa novia estaba ahí parada con una sonrisa cansada, sosteniendo dos cafés, ella sonrió y se levantó de su asiento ayudándole con uno de ellos para que la más alta se encargara de cerrar la puerta. Ambas se sentaron en los asientos de su consultorio dándose un beso de saludo, ya que aquel día ni siquiera se habían visto, conversaron un rato sobre sus casos, desde los más locos, hasta los más extraños, haciendo competencia entre ellas de quien había tenido el caso más raro. También le comento sobre la llamada de su madre y como supuso el celular de Kate se había descargado, después de terminar sus cafés notaron que ya era hora de irse, fueron a la sala de doctores para tomar sus cosas e irse directamente a su hogar, Kate manejo hasta su apartamento, ya que ella se encontraba extremadamente cansada para conducir y menos mal que su novia condujo pues apenas se encendió el auto ella se quedó dormida en el asiento.
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Cuando la oji-verde nuevamente abrió los ojos se encontró a la castaña a su lado, descubrió que estaban en la cama, los más seguro era que Kate la había cargado desde el auto hasta la habitación, también noto que solo llevaba ropa interior, también lo atribuyo a su novia. Le parecía muy adorable que hiciera eso por ella, desde que se mudaron juntas la castaña mantenía aquellos detalles, desde llevarle rosas a la universidad, hasta dejarle notas en su consultorio, era ese tipo de detalles que siempre la mantenían con una sonrisa, además de enamorarla.
Lauren miraba a su amada, la cual dormía plácidamente a su lado, recordando todo lo que había transcurrido en aquellos años.
Cuando Kate empezó la universidad nuevamente ella aún estaba terminando el último año, así que prácticamente estuvieron separadas por los horarios pero eso no evitaba que ella hiciera tiempo para algunos encuentros, también aportando que en aquel tiempo también trabajaba con su padre, aunque solo lo hacía medio tiempo; con la paga ayudaba a su madre y también en el apartamento que acababa de alquilar, pero aun así su tiempo era muy limitado.
Dos años después ya estaba en la universidad, en la facultad de medicina para ser más específica, mientras ella comenzaba sus estudios, su novia estaba por terminar su equivalencia, así que solamente faltaba algunos meses para que ejerciera su carrera en algún hospital, pero eso no evito que aprovechara aquello para disfrutar más tiempo con su novia.
Al pasar tres años paso su primer susto y también tuvo una oportunidad de trabajo, todo gracias a Camila, la cual estaba estudiando para ser abogada. Todo paso en un día normal, ambas estaban teniendo una pequeña disputa sobre el nombre de la banana o "plátano" como le decía Camila, cuando la ya mencionada recibió una llamada de sus padres avisándole que su hermana menor había tenido un accidente con su bicicleta, de inmediato Lauren dispuso su ayuda llevando a su mejor amiga al hospital donde se encontraba la pequeña, cuando ambas llegaron sus padres estaban teniendo una pequeña discusión con los encargados del hospital, ya que al parecer el doctor de traumatología se encontraba en la sala de operaciones, la ojo-verde no aguantando más decidió hacer las cosas por sus propios medios, busco la camilla de la pequeña pero se sorprendió al encontrar a su novia atendiendo a la hermana menor de Camila, eso le facilito a ayudarla. Al parecer no era un asunto muy grabe ya que solo tenía un hombro dislocado y una fisura en el cubito, el cual se sanaría con una férula y mucho reposo, todos se sorprendieron al ver que la oji-verde había resuelto aquel problema, claro, con ayuda de su novia, que recibió una amonestación por haber permitido que una estudiante haya hecho aquel procedimiento, por otra parte ella recibió un pequeño sermón por parte del encargado pero además obtuvo un puesto seguro en aquel hospital.
Millones de cosas habían pasado durante esos seis años, el casamiento de su hermano, el inesperado rompimiento en la relación de Ally, al igual a que la inesperada relación entre Dinah y Normani, la cuales ya estaban comprometidas. Muchos cambios en su vida también pasaron, como cuando se mudó al apartamento de su novia o cuando su hermana anuncio que estaba embarazada de su prometido, son cambios que realmente le atribuyeron cosas positivas a su vida.