Capítulo 5.
Pensamiento nocturno
Aún tenía preguntas cuando llegue a casa, no sabía si el beso que nos dimos fue una despedida o simplemente el inicio de algo, pero por donde lo mirara… me sentía tranquilo, feliz, y mis expectativas estaban altas, solo me sentía ansioso por volver a verla y concretar las cosas…
Estaba organizando mi cama, alce el colchón para acomodar la sabana y note que había un block… lo tome y comencé a ojear sus hojas, era mi block de dibujos y bocetos…
Allí estaba... el retrato de Allison... aquel que dibuje para su cumpleaños...
Hoy nuevamente me encuentro aquí acostado observando tu foto... detallando tu lindo rostro... tus ojos... tus labios... tratando de imaginarte cuando te tengo cerca... sentir tus manos... tu piel... abrazarte... tu calor humano... imagino ese momento aquel en que lentamente me acerque a tus labios, y rosarlos lenta y suavemente con los míos... posar mis brazos alrededor de tu cintura... sentir tu respiración tan cerca... nuestros corazones sincronizados en sus latidos... el tiempo detenido por segundos... poco a poco entrelazar nuestros labios... y su suavidad se sienta cada vez más con cada segundo que duren juntos... un beso apacible en aquel momento donde se olvide el resto del mundo... donde nuestros sentidos se desplacen a otro universo... solo en un pequeño beso... lento... sensible... apacible... nuestros latidos en aumento por aquellos segundos en que estamos quietos... sin mayor movimiento... poco a poco presionar tu labio inferior entre los míos... y sientas como lentamente lo voy mordiendo...con aquella suavidad sin lastimarte... y luego de toda aquella linda escena... separarme un poco... sonreír nervioso... mirarte y veas mis ojos brillar frente a los tuyos... sin palabras decir tanto... expresar todo... y allí sepas que siempre... estaré contigo...
Esa era una descripción que había en la parte trasera... y volvieron a mi mente tantos pensamientos...
–Allison... –suspire–, porque el destino debía ser así...
Sentí una tristeza en aquel momento... ella es una mujer inigualable, podía hablar con ella por horas y nunca me cansaba… sacaba las más sinceras sonrisas cuando me encontraba inundado en mi depresión, no había nadie que me comprendiera como ella… Recuerdos y más recuerdos llegaban a mí... sonreía… eran tan gratos aquellos momentos, esas largas noches juntos hasta que la luz del sol volvía a hacer presencia, sus gestos, sus miradas… me hacía sentir pleno, me llenaba de vida, era un pilar que me sostenía de pie, me aconsejaba, me apoyaba y también me corregía y criticaba las cosas malas… y… peleábamos… las lágrimas recorrían lentamente mis mejillas...
El teléfono sonó en aquel momento... y la verdad no quería hablar con nadie en ese momento... pero su insistencia hiso que lo tomará y contestar…
– ¿Sí? –Mi tono era tenue.
–Patrick... ¿paso algo?
Me quede en silencio... Julián… sabía perfectamente hasta en una palabra que no estaba bien...
–Y bien… ¿Amy?
–No…
–Entonces… oh espera… ¿volviste a hablar con ella?
–Encontré su retrato… el que le daría en su cumpleaños...
Un silencio por unos segundos...
–Patrick... –suspiro–, no te desanimes... lo de ustedes era un lindo amor y lo admiro pero… las cosas eran difíciles...
–Lose… solo... que… –mi voz se entrecortaba.
– ¿La amas?
–La ame como no se pude amar a nadie en esta vida… y aun… lo sigo haciendo…
– ¿Ella es la correcta?
–Ante mis ojos… aun con sus defectos... será imperfectamente perfecta...
– ¿Por qué las cosas se acabaron entre los dos?
–Aunque duela la verdad... fui yo el culpable… por mis inseguridades, por mis celos sin justificación, por ahogarla con mi vida…
–Patrick... no te castigues así... ahora mira cómo van las cosas con Amy, aquél día los vi bien y me alegre por ti, no te veía con ese brillo desde hace tiempo... desde esos tiempos... creo que es hora que sigas por la puerta que se te está abriendo y sigas adelante... y también deja que ella siga adelante...
Julián siempre tenía ciertas palabras dolorosas pero llenas de verdad que me ponían de nuevo en la tierra… no importaba si era algo simple como comprar algo a cosas más complejas como esto…
–Gracias... enserio... –ya me sentía un poco mejor–, y… ¿a qué se debe la llamada?
–Oh…ya no recuerdo –comenzó a reírse–, cuando me acuerde le vuelvo a llamar –sigue riendo.
–Bueno –sonreí.
El Julián nunca cambia…
El teléfono volvió a sonar y conteste de inmediato.
– ¿Y bien?
–Así… le iba a preguntar que como le término de ir con Amy –comienza a reír.
–Enserio...
Y si… Julián nunca cambia.
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Editado: 16.03.2020