Capítulo 12

Misuk mira una última vez dentro de su mochila, asegurándose que la prenda estuviese allí. Iba a devolverla porque iba a devolverla, así de simple.

Ojalá hacerlo fuese tan fácil como decirlo.

Suspiró acomodando su corto cabello y salió de casa cerrando la puerta tras de ella con llave. A penas ponía un pie fuera y ya se estaba encogiendo en su sitio. El clima sin duda se volvía cada vez más frío, metió sus manos en sus bolsillos y trató de ocultar su nariz en el hoddie que traía encima del uniforme.

No era de mucha ayuda.

—Buenos días — saludó Taehyung. Estaba usando su cabello arreglado hacia atrás y Misuk admitió para sí misma que se le veían muy bien —. ¿No tienes frío? — preguntó al notar lo desabrigada que estaba su novia.

—Estoy bien — dijo ella comenzando a caminar.

—Eso no es lo que dice tu rostro — insistió el chico siguiéndole el paso —. Tienes la nariz y los cachetitos rosados.

—No te preocupes, estoy bien.

Taehyung frunció los labios y Misuk no pudo evitar pensar: tierno.

—Espérame aquí.

Misuk ladeó la cabeza viendo a Taehyung correr de vuelta a su casa. Por mientras decidió tararear su canción favorita y balancearse en su sitio. Segundos después, Taehyung salió de su casa con un abrigo rojo en mano y una bufanda blanca.

—Extiende los brazos — pidió y la de cabellos claros asintió haciendo lo que dijo. Taehyung pasó la prenda por sus brazos quedando esta encima de su hoddie café y la envolvió con la bufanda, casi tapándole todo el rostro —. Mejor — besó su mejilla y le extendió su mano. 

Misuk la tomó sintiendo su rostro caliente e intentando ocultarlo con la prenda blanca.

—Huele a ti.

—Es un bonus de usar mi ropa — le sonrió. Detuvo el paso cuando pareció recordar algo —. Tengo algo que hacer, ¿te parece si me adelanto? Tú ve con calma — acarició su cabeza y sin esperar respuesta, comenzó a correr calles arriba.

La menor se encogió de hombros y continuó su camino.

(...)

—¡Misuk! — oyó su nombre y sonrió al ver a Yuqi —. Apúrate, tienes que venir.

—¿Qué ocurre?

—¡Lo verás tú misma, vamos! — comenzó a jalarla del brazo.

Entre tropiezos, Yuqi la llevó a toda prisa y pronto se vio frente a su aula. Miró a su amiga alzando la ceja pero esta solo abrió la puerta del salón.

Se sorprendió al ver a todos en completo silencio. Entonces tres chicas salieron de entre sus compañeros y se inclinaron levemente frente a ella.

—Lo sentimos mucho, no debimos hacer eso, estuvo muy mal — comenzó una de ellas.

—No lo volveremos a hacer, lo siento.

Misuk abrió sus ojos en grande sin comprender lo que estaba pasando. Fue entonces que sintió unos brazos pasarse sobre su cintura y un mentón recargarse sobre su hombro. Giró de inmediato la cabeza encontrándose con Taehyung mirándola sonriente.

—Se están disculpando por haberte tirado agua ayer. Prometieron no volverlo a hacer, ¿cierto? — las chicas asintieron avergonzadas.

Misuk se quedó en silencio unos momentos antes de reaccionar y negar rápidamente.

—Está bien, está bien. No se inclinen — sacudió sus manos.

Sus tres compañeras asintieron y se disculparon una última vez antes de irse del salón con prisa.

—Nadie va a volver a meterse contigo, te dije que me encargaría — recordó Taehyung con una sonrisa orgullosa.

Misuk se sintió sonrojar por segunda vez en el día.

Sin duda debía devolver esa casaca hoy mismo.

(...)

—Buenas tardes — saludó a sus amigos.

—¡Mimi! — Haechan y Yeri la abrazaron.

—¿Mimi?

—Así te dijo tu novio, decidimos también adoptar ese apodo para ti — molestó Yeri.

—Misuk.

La mencionada volteó a ver a Jimin. Este le sonrió y cruzándose de brazos.

—Hola... lamento no haber venido ayer ni anteayer — se disculpó con sus compañeros, asegurándose de que Jennie y Chanyeol también la escucharan —. Estaba... resfriada.

—Se nota que ya estamos en invierno, Soojin también está resfriada y no pudo venir — comentó Jennie —. Al menos ya estás bien.

—¿Está resfriada? Soojin es débil a las enfermedades respiratorias — se preocupó Misuk.

—La están cuidando muy bien, seguro se mejora pronto — Chanyeol habló.

Misuk asintió igual angustiada. Las horas de trabajo pasaron rápido, y pronto llegó la hora de irse. Todos sus compañeros se fueron yendo uno a uno, hasta que solo quedaron Jimin y Misuk. Era el momento, debía devolverle su prenda.

—¿Lo que llevas puesto es de tu... novio? — preguntó el chico de repente.

Misuk asintió rápidamente, sorprendida por lo preguntado. No supo descifrar lo que quiso decir aquella incómoda sonrisa en el rostro de su mayor. Cuando menos lo pensó, ya estaba siendo mirada con el ceño fruncido.

—Debiste avisarme que estabas resfriada, no te imaginas lo preocupado que estuve — regañó. Misuk bajó la cabeza.

—Lo siento...

Y nuevamente, sin esperarlo, se halló a sí misma envuelta en los brazos ajenos. Tenía el rostro sobre el pecho del chico, y desde allí podía también notar su aroma.

Olía a limón.

No era tan fan del aroma a limón.

No sabía qué decir ni dónde colocar las manos, por lo que optó por solo dejar sus brazos caídos a su costado. Sin poder evitarlo, su corazón comenzó a latir muy rápido. Tuvo mucho miedo de que el otro lo notase, por lo que inmediatamente se separó, tratando de no mostrarse afectada por el gesto.

No estaba bien. Ella iba a dejar de quererlo, e iba a esforzarse.

¿Cómo hacerle entender eso a su tonto corazón?

—Lo que importa es que estás bien — Jimin revolvió su cabello como siempre solía hacer —. Por cierto, no podré acompañarte. Voy a ver a Soojin, me preocupa mi osita.

Misuk asintió sin decir más.

Jimin se despidió y pronto se marchó. Misuk suspiró percatándose de que ahora, las prendas que únicamente olían a chocolate ahora tenían cierto toque de limón. Le gustaba más cuando solo olía a Taehyung...