Las personas murmuraban a su alrededor; sin embargo, Misuk simplemente no los escuchaba. Miraba la ventana a su costado con su cabeza recostada entre sus brazos y el aire frío recorriendo sus cabellos.
"Hace una semana que ni se hablan. Para mí que ella se ilusionó sola, Taehyung no iba a estar fijado en ella por mucho tiempo".
"No tiene nada de destacable, digo, no es inteligente y tampoco es tan bonita".
"¿Viste? Una oportunidad para mí".
—Dios, ¿pueden callarse? Me tienen harta murmurando todo el tiempo — se quejó Yuqi con la paciencia a punto de explotarle —. Igual las escuchamos, idiotas.
—No necesitamos tu permiso para hablar — le contestó una.
—No, claro que no. Pero tampoco pueden estar hablando de las personas a sus espaldas... ¡y ni a sus espaldas! Todavía que Misuk está literalmente al frente suyo. ¿No deberían sentir vergüenza? — pasó de ellas.
—Pendeja.
—Tu mami.
—Yuqi ya está, no te preocupes — Misuk le dio una pequeña sonrisa —. Realmente no importa.
—Bueno, a mí me molesta. Así que cállense, lacras. Gracias — le dejó un sándwich sobre su escritorio y tomó asiento a su costado, dejando escapar un bostezo —. Estoy tan cansada... espero sobrevivir al examen de hoy.
—¿Había examen?
—Dios, estás en la luna — rió —. Te ofrecería mi ayuda, pero es muy probable que repruebe — bromeó. Al notar la sonrisa débil de su amiga, cambió el gesto a uno preocupado y se acercó a ella —. Bien, esto ya es muy preocupante. Sé que no es obligatorio que me digas qué ocurrió, pero igual estoy aquí. Ahora sonríe, que me das nervios. No sé qué hacer cuando las personas están tristes.
Misuk esta vez sí rió. Nadie merecía a Song Yuqi en su vida.
Observó a la de rulos darse la cabeza contra su propio escritorio y sobresaltarse cuando la campaña de inicio sonó. Sentía nuevamente diversión hasta que recordó el problema a cuestión.
¿Pero sabes cuál es el problema? Sucede que me enamoré de ti. Yo, el chico que dijiste que no tenía corazón, cayó totalmente por ti.
Misuk suspiró, tan fácil que era tomar una decisión, pero no podía. Taehyung le había pedido un tiempo y siendo sincera, ella también lo necesitaba. Debía analizarlo bien.
Demonios, hasta ella misma se desesperaba de su propia presencia.
Soy muy cobarde...
Miró de nuevo a Yuqi que ahora parecía estar rezando, pidiendo así ayuda a los cielos para poder aprobar la materia. Sonrió triste.
Te diré todo, lo prometo. Incluso si tu opinión de mí decae por haberme enamorado del novio de mi amiga y haber usado a otro chico para olvidarlo.
[...]
—¡Fue otro gran día! — exclamó Chanyeol quitándose el delantal —. Tengo sueño, me iré a dormir.
—Vamos contigo — lo siguieron Haechan y Yeri dando saltitos detrás de él.
—Bueno, voy despidiéndome de mi sueño — suspiró. Dirigió su mirada a sus demás compañeros y sonrió —. Don Ruidosos y yo nos vamos yendo. Nos vemos pronto.
—Yo también me voy — Jennie se colocó su abrigo —. Al menos pronto tendremos vacaciones... creo.
Justo cuando la mencionada estaba a punto de girar la perilla de la puerta, pareció recordar algo.
—¡Mi bolso! Esos niños dónde lo habrán dejado — bufó —. Ya vengo — desapareció por la entrada a la cocina.
Misuk rió, Yeri y Haechan eran un caos andante cuando estaban juntos. Mucha razón tenían al haberse apodado los pequeños demonios del grupo. Lamentablemente, eran tan adorables que ni el jefe podía enojarse con ellos.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando oyó a Jimin mencionar su nombre.
—Y Sukie, ¿cómo van las cosas con... Taehyung?
Misuk suspiró y le dio una pequeña y forzada sonrisa antes de contestar.
—Estamos teniendo problemas ahora mismo...
Si había alguna reacción que Misuk esperaba, eran unas palabras de apoyo por parte de su mejor amigo; algo que le dijera que todo estaría bien, como solía hacerlo cada vez que ella le contaba de sus preocupaciones. Es por ello que la sonrisa que se posó en el rostro contrario la dejó más que confundida, por lo que ni pudo percibir en qué momento el mayor había pasado un brazo alrededor de su hombro.
—Bueno, lo sabía. Nuestra Misukie merecía algo mucho mejor, y él no se veía nada adecuado — asintió para sí mismo —. No estés triste, él es un idiota. Seguro pronto encontrarás algo mejor.
Misuk se sintió incómoda por todo aquello que el mayor estaba diciendo y haciendo, y no pudo evitar sentir nervios y miedo cuando por primera vez en todo ese tiempo conociéndola, Soojin mostró molestia.
Molestia de verdad.
Apartó a Jimin en cuanto la mayor abandonó el lugar dando un portazo que resonó en el local. El chico se apresuró en perseguirla.
—¿Que te ocurre? — oyó decir a Jimin —. ¿Por qué actúas así?
—¡Es que tú no entiendes! — Misuk se encogió en su sitio escuchando las voces de la pareja discutiendo al exterior —. Se está comenzando a hacer muy obvio y tú no lo entiendes, y eso me enoja.
—¿Puedes explicarte mejor?
—Más clara no pude ser. No, al revés. Más claro no puedes estar siendo, sino, recapacita tus acciones, ¡idiota!
Después de algunos minutos más de discusión, Misuk vio cómo cada uno se dirigía por su propio camino.
La pareja perfecta a sus ojos se estaba desmoronando. Todo iba de mal en peor.
La calidez de los Kim vino a su mente y las ganas de querer llorar volvieron.
¿Qué haces cuando pierdes tu hogar?
—Ehmm... — volteó sorprendida y limpió sus lágrimas rápidamente al ver a Jennie con su bolso detrás de ella —. Lo encontré, estaba dentro de una de las ollas que no se usan... — dio un último suspiro antes de sonreírle a Misuk y acercarse a ella —. ¿Vamos de compras? Solo nosotras dos, ¿qué dices?
La menor terminó por asentir, no había tenido muchas oportunidades de pasar tiempo únicamente con la "mamá" del grupo. Y sinceramente, Jennie era la única que podía darle aquel consejo materno que tanto necesitaba.