Yo fui adolescente, joven fui también,
y en todos los años que tengo de ser,
mis ojos no han visto, no han podido ver
belleza intachable del pelo a los pies,
como la silueta esbelta de una bella mujer.
Tú tienes riquezas que puedes querer,
un carro, una casa, dinero también,
y nadie codicia tu forma de ser
pero todo hombre suele cometer,
pecado de codicia por una mujer.
Un hombre sensato, pastor puede ser
y también suspira ante la belleza de una hermosa mujer,
mujeres divinas, locuras también
que endulzan la vida si te dan placer,
y si te abandonan... te mueres de pies.
Es ley de la vida que puedo yo hacer,
amarte a escondida ¡oh bella mujer!,
y la inspiración de mis versos
siempre tú has de ser.