No se trató de rendirse, sino que ya no había nada por lo que resistir, yo no te hacía feliz a ti y tu dudabas demasiado de mi. Entonces había desconfianza hasta para sonreír. Es mejor decir adiós, cuando solo el recuerdo mantiene viva la fe y el querer, mientras el resto es dolor y desilusión a más no poder. Espero que te vaya bien.