Una promesa nos hicimos aquella tarde,
una promesa que sellamos con un beso,
y, aunque ese día fue nuestra despedida,
estábamos tan feliz que no pensamos en eso.
Fui yo quien me aleje y sabes que no queria,
mas era una niña y no era yo quien decidía,
ellos se enteraron de lo que por ti sentía,
quisieron destruirlo y pensaron que la distancia bastaría.
Mas ellos no sabían que no lo lograrían
ya que una promesa nuestro amor protegeria,
que aunque los dos nos alejamos nada evitaría
que el destino a reencontrarnos algún día volveria.
Pero mientras fui creciendo me di cuenta de muchas cosas,
entre ellas que la vida no siempre es color de rosas,
que el amor un día se acaba y que podría sucederme
o que podrías encontrar a alguien que me borre de tu mente.
Y aunque el amor no se esfumó,
el día en que nos reencontrarnos,
tú estabas en el altar ya con el anillo en mano,
mientras que yo iba acompañada con otro hombre a mi lado.
Nuestras miradas decían todo lo que sentíamos todavía
y, aunque estaba feliz porque aún me querías,
también estaba triste porque otra vez llegaba nuestra despedida,
una despedida que está vez podría ser definitiva.
Adiós para siempre
te susurre al oído cuando te estaba felicitando,
'les deseo lo mejor' dije luego para ambos,
los miré por última vez y poco a poco me fui alejando.
Una promesa nos hicimos siendo unos niños pequeños,
la promesa de querernos hasta el final de los tiempos,
promesa que con los días se volvía un peso más pesado
y que ambos cumplimos aunque teníamos a alguien más a nuestro lado.