Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo:
En una mañana de duro invierno, las flores se quedaron dormidas.
Tenían tanto frio que unas a otras se abrazaban para entrar en calor.
Pero una de ellas abrió sus pétalos buscando la luz del día,
Y a pesar de que el sol estaba oculto detrás de las nubes, la flor siguió elevando sus pétalos como buscándolo.
Al darse cuenta de esto, el sol, que todo lo veía, se acercó a la hermosa flor y le pregunto:
-cómo te llamas?
-no tengo nombre- respondió tímidamente.
- desde hoy te llamaras girasol.
Cuantas veces no nos pasa lo mismo, buscamos desesperada mente pertenecer a un lugar, encontrar a alguien y giramos en torno a él, como si fuera nuestro sol...
Olvidándonos de todos hasta de nosotros...