Poliakov

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  • ­­­Señora, ¿Podemos hacerle una pregunta? – Ella asintió con delicadeza y tristeza. ¿Qué fue lo que sucedió?
  • La policía, me dijo, que ella se había suicidado, porque su cuerpo no mostraba indicios de haber forcejeado con alguien.
  • Oh, mierda, lo siento mucho. – Dije apenada.

Estaba recostada en mi cama, mantenía la vista fija en el techo de mi habitación. Le estaba dando vueltas a el asunto de Morgan. No podía entenderlo, porque había atentado contra su vida de aquella forma. Me carcomía la curiosidad, ¿Pude haberla ayudado? Definitivamente, si hubiera hablado con ella más seguido, quizá estaría con nosotras en este momento.

Me siento como la mierda mas grande que puede existir.

Me levanto de la cama y me dirijo hacía mi pizarra, donde había una foto del día de inauguración, estábamos todas.

Medida que me iba acercando, podía notar un papel en la foto.

Una notita clavada en la foto, exactamente en el rostro de Morgan.

Decía;

Pista número uno; Deudas.

La furia corría por mis venas, la idea de que esto se tratase de una cruel y despiadada broma me molestaba.

Tomé mi móvil y abrí un grupo de WhatsApp.

 

 ·Queens·

Hannaa, Marlene bb, Giselle, tú.

                                                                                                                                    Tú.

                                                                                             Vengan ya a mi cuarto.

Marlene bb.

¿Por?

                                                                                                         

                                                                                                          Ya.

Marlene bb.

Ok.

 

Hannaa.

Bien.

 

Giselle.

Oki.

 

Diez minutos después estábamos las cuatro ruinadas en mi cuarto.

  • ¿Quién fue la que dejo esta jodida nota? – La molestia era notable en mi voz.
  • No lo sé, cálmate Khristeen. – Dijo Marlene. Algo preocupada, todas coincidieron con ella, ninguna había sido la responsable de esa nota.

 

Luego de media hora de debatir decidimos que íbamos a investigar.

 

  • Carajo, tiene llave. – Dije jalando mi cabello.
  • Evangelina las llaves. – Dijo pensativa Hanna.
  • Bien, yo la distraigo. Y tú. – Dijo apuntándome. – Iras a buscar la llave universal de esta casa.
  • Trato.

Ella la busco y comenzó a hablarle, lo se porque Giselle me mando un mensaje diciendo que estaba libre.

Entre a su cuarto y cerré la puerta detrás de mí.

Comencé a buscar en los cajones, nada.

  • La mochila. – Susurre para mí.

Nada, no había nada.

Piensa Khristeen, ¿Dónde estarías si fueras una llave?

 

Una idea algo loca e ilógica.

Libros, una vez vi un vídeo, una chica enseñaba como hacer de un libro un luga dónde guardar las cosas.




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