Capítulo 1
Biip Biip
Aghh maldito despertador.
Me pongo una almohada en la cabeza, el despertador no deja de sonar, que irritante. Intento apagarlo con mi mano, pero solo causo que este se caiga, lo importante es que dejó de sonar.
Me quedo acostada durante un rato más, pero en cuanto me empiezo a quedar nuevamente dormida alguien toca a mi puerta.
Aghh incluso la gente es fastidiosa.
Me levanto de mala gana arrastrando mis pies y obligándolos a moverse. Abro la puerta y mi madre aparece con una sonrisa, hasta que me ve de arriba hacia abajo con una ceja levantada.
-¿Apenas te has levantado?
-Mamá… ¿Qué haces aquí?, entra, pasa.
-Pero mira nada más que desorden tienes aquí, esto es un chiquero.
-Ah, ¿venias solo a criticar y levantarme o…?
-Oh no, bueno, te traje algo para desayunar, supuse que no tendrías nada en el refrigerador…-abre mi refrigerador mirando absolutamente cada detalle- y parece que tenía razón.
-Si mamá, hoy debo hacer la compra, hoy me pagan.
-Eso espero, esto es un desastre.
-Mamá, si no te importa, debo alistarme para ir al trabajo, así que…
-Sí, sí, ya me voy, espero que cuando venga esto esté ordenado, y no como lo he encontrado hoy.
-¡MAMÁ!, es mi apartamento, por si se te olvida.
-No se me olvida, pero sigo siendo tu madre, bueno, me voy, adiós mi niñita linda, mi bebé.-dice apretándome los cachetes.
-Mamá, no soy ni una niña ni una bebita, tengo 19 años, y soy responsable de mi misma, así que si no te importa debo irme a duchar.
-Está bien…adiós Margaret.
-No me llames así, ugh. –ya se había ido, le encanta hacerme enojar llamándome por mi primer nombre.
Salió por la puerta dejándome sola, a veces es muy…muy ella, la verdad es que mi madre siempre ha sido así, muy sobreprotectora, perfeccionista…y todas esas cosas.
Me di una ducha rápida y desayuné lo que mamá me había traído, tome mis cosas y salí directo al restaurante donde trabajo.
Al llegar me puse mi uniforme de trabajo y guarde mis cosas en el locker.
Salí con una sonrisa decidida a atender a un grupo de chicos que entraron en el momento, tomé la carta del menú y mi libreta, caminé directamente hacia su mesa, hasta que vi claramente quienes eran.
-Hola nena. –dijo el idiota de mi ex.
-¿Qué desean ordenar?- me limité a ignorarlo.
-¿Así saludas a tu novio?
-Exnovio –corregí.
-Bueno, qué más da, ven dame un beso.
-Aquí les dejo el menú, si necesitan algo más avísenme, mientras estaré atendiendo otras mesas.
Sus amigos se quedaron riéndose, mientras él parecía irritado. Se puso de pie y vi de reojo que se acercaba a mí. Me tomó del brazo y me giró, me quede mirándolo en silencio.
-¿Con esa actitud atiendes a todos?
-No sé a qué se refiere, lo estoy atendiendo de la forma habitual.
-¿Habitual?, después de todo lo que pasó entre nosotros, ¿dices que esto es “habitual”?
-Por favor, no hagas una escena, estoy trabajando, suélteme.
-Ja…-dijo irónicamente- ¿Ahora yo soy quien hace escenas?
-Yo nunca te hice escenas.
-¿Ya no lo recuerdas?
-No hay nada que recordar y suéltame que me estas lastimando.
Me apretó con más fuerza, la gente empezaba a mirarnos, esto pone en riesgo mi empleo. De repente un joven señor muy apuesto apareció detrás de él.
-Disculpe, pero eso es maltrato físico, y se puede denunciar.
Maicol me soltó y yo puse mi mano en la parte roja de mi brazo, miré al hombre…sí que es apuesto.
-Gracias…
-No pasa nada, soy abogado, es mi deber.
Sonreí agradecida, Maicol y sus amigos se fueron, pero para mi mala suerte mi jefe estaba entrando al restaurante.
Al ver que ellos se iban y las personas apenas dejaban de mirarme, se acercó y me llamó.
-Necesito hablar con usted señorita.
-Claro, déjeme llevo…
-No hace falta, está usted despedida.
-¿Qué?, no, por favor, necesito el empleo.
-Pues lo siento, pero no voy a cambiar de opinión así que deja tu uniforme en la estantería de atrás, ten este es tu pago, puedes irte.
-Mierda, esto no puede estar pasando.
Entro y me cambio el uniforme, tomo mis cosas y salgo, cuando alguien me detiene.
-Veo que se ha quedado sin empleo.
Es el mismo hombre de hace un rato, el abogado.
-Sí, me acaban de despedir, y no es usted el único que se ha dado cuenta.- estoy irritada, de verdad lo necesitaba, pero no debo desquitarme con él, y a este hombre parece divertirle.
-Soy Zacarías Steven Howman, y si, no soy el único que lo ha visto, pero por lo mismo, quiero ofrecerle empleo.
-¿Qué?, así… de la nada, sin conocerme… ¿está usted bien de la cabeza?
-Bueno…supongo que sí, pero es su decisión, si de verdad necesita el empleo pues le ofrezco uno, pero si no es así…
-No –digo interrumpiéndolo, soy demasiado descortés y grosera, pero no siempre –si lo necesito, no me he presentado, soy Margaret Camila Villa.-tendí mi mano hacia él quien me miró con una sonrisa y la tomó gustoso.
-Un placer, bueno cuénteme, ¿sabe usted cuidar niños?
-¿Cuidar niños? –repetí horrorizada, pero cambié inmediatamente mi expresión pues él me estaba ofreciendo trabajo…yo lo necesito y es lo único que tendré…así, que ¿Qué puede salir mal?
-Sí, necesito alguien que cuide de mis sobrinos en este momento, yo mantengo ocupado trabajando así que no puedo estar al pendiente suyo, además, le pagaré muy bien por ella, si es eso lo que le preocupa.
-¿Qué?, oh no, no es eso –intento negar rápidamente y siento mis mejillas arder al instante, la verdad es que nunca he tenido que lidiar con niños, tengo una hermana, pero es un año mayor que yo, así que no tengo mucha experiencia en esto. –es solo que nunca he trabajado en esto y no sé muy bien qué debo hacer.