Entra a su salón y lo primero que hace es, tirar su mochila al costado de su asiento, para luego sentarse en su silla y dejar caer su cabeza en la mesa, como signo de que no puede más.
-Hombre, parece como si hubieras estado en una maratón de exámenes sorpresa -Elías levanta la mirada, para ver de quien se trata, el dueño de la voz es un chico bajito y con el cabello algo desgarbado.
-La loca de mi hermana me trajo corriendo de mi casa al colegio. ¡En tiempo récord! -sonaba claramente indignado.
-¿Tu hermana? ¿Aquella chica guapa con la que llegaste? -esta vez quien habla es un joven más alto que el anterior, pero con el cabello mucho más corto. Lo dicho hace unos segundos, no le agrado a Elías el cual ni intento ocultarlo, su cara de cansancio con la que entro se volvió en una seria en un periodo de tiempo tan corto, como esas dos preguntas
- Si sabes que estás hablando de mi hermana, además es mayor que tú y aunque no lo fuera, nunca se fijaría en alguien como tú -lanza una mirada tan seria que cualquiera diría que lo desprecia.
-Pero, no me parece que eso sea tan difícil -añade el más bajo de los tres, al cual le causa mucha gracia lo que está pasando.
-Lo que dijo él -afirma el chico con cabello corto.
-¿En serio piensas eso? -no le da gracia, nada de gracia.
-Obvio que no, solo un tonto creería algo así -vuelve hablar el del cabello desgarbado. El otro chico no dice nada, se limita a observar incrédulo, él sí que se la había creído-. Todos saben que esta con ese tal Valentín.
-Bueno, en eso tienes razón, sus fanáticas siempre hablan enojadas sobre el tema cada que los ven pasar juntos, lo cual es todos los días ¿No es así hermano sobreprotector? -y le lanza una sonrisa burlona, la cual no se esforzó ni un poco en disimularla.
-¿Tan vigilada tienes a mi hermana? Yo tendría cuidado en no acercarte mucho a ella si fuera tú.
-Acaso Valentín es de esos agresivos hacia los amigos de su novia.
-Primero que nada, no son novios; segundo, él no es agresivo, si fuera así no lo dejaría pasar tiempo con ella; tercero, mi hermana no está en ninguna relación; por último, pero más importante, de quien debes tener cuidado es de mí -la última parte lo dijo con una voz amenazante, además de la mirada que le lanzo, una mirada tan aterradora que, si fuera un arma, seria de las que te matan de un solo golpe, sin importar donde te caiga.
-¿Tanto te desagrado?
-Para nada, más bien es todo lo contrario, eres de los que mejor me cae, por eso te lo estoy diciendo, de otra forma seria peor.
-Con razón tu hermana no tiene novio -lo menciona con algo de nerviosismo ante el comportamiento que está demostrando su amigo.
-No me des el crédito, no me lo merezco, lamentablemente -finge que eso lo pone triste-. Como te dije, solo te lo estoy contando a ti porque me caes bien, de lo contrario ni te enterarías que vigilo cada movimiento que das -retoma su sonrisa despues de lo dicho.
-Oye Elías, me estás dando miedo y eso que ni me lo estás diciendo a mí -dijo el más bajito, el cual solo se había quedado al margen, escuchando la conversación de sus dos amigos-. ¿Por qué tanta sobre protección? Solo es un novio, es normal que tenga novio en algún momento de su vida.
-Lo sé, pero si actuó así es porque me preocupo por ella, es mi única hermana, no me gustaría que saliera con un bueno para nada que solo se aprovecha de ella -esto hace que los dos jóvenes los cuales lo están escuchando atentamente, se den cuenta que ellos tampoco quisieran que sus hermanas salgan con alguien así, pero nunca se les paso tomarlo como prioridad-. Por eso quieres que me contestes -refiriéndose al del cabello corto-. ¿Te gusta mi hermana?
El chico se queda helado con esa pregunta repentina. ¿Le gusta esa chica? Nunca se lo había pensado, la lleva observando desde hace tiempo, desde lejos, pero no se detuvo a pensar porque lo hacía, ¿Qué pasa si le dice que sí le gusta? Pero ¿Y qué pasa si no le gusta y solo esta confundido? Sabe que tiene interés en esa chica, que la quiere conocer, desde el primer momento que la vio junto a su amigo el primer día de clases el año pasado.
-Bueno -¿enserio lo va a decir? Ni siquiera sabe porque de repente decidido hablar-. La verdad es que ella a mí...
-¡EL PROFESOR! ¡Ay viene! -grita uno de sus compañeros al entrar al aula a toda velocidad.
Se ha salvado, ¿Pero de qué? Si ke iba a decir que no le gustaba su hermana ¿o no era así? En ese momento entra el profesor de matemáticas y da inicio a la clase.
-¿PERO DONDE ESTÁN? -Elías escucha la voz de su hermana y voltea hacia la ventana, situada al costado de su asiento, y ahí la ve, caminando a gran velocidad.
-Porque tienes que ser así hermanita -dice susurrando y sonriéndole a la ventana.
-¡ELÍAS! Que haces viendo a otro lado que no sea la pizarra -le reclama el profesor.
-Lo siento, no volverá a pasar.
-Eso espero, ahora ve al frente y resuelve ese problema.
No necesito que solo digan dos veces, se levantó y se fue cual rayo a la pizarra.