¿por qué te elegí a ti?

Capítulo IV [Parte 1] .- “¿Estás embarazada?”

Narra Elaine

— El trabajo que me van a presentar el día de mañana, deberán hacerlo en grupo. El grupo deberá estar conformado por cuatro estudiantes, no puede ser ni más ni menos. Si no obedecen aquel requisito no les recibiré el trabajo. — Dice el doctor Alberto García guardando el material de clase en su maletín. — Por cierto, no se olviden que la otra semana deberán asistir al museo de cera y la exposición de arte “éxtasis de color”. Sin más que decir, linda tarde estudiantes. — Sale del salón.

— Nos falta un integrante ¿Qué vamos a hacer? — Pregunta Ariadne.

— Hagamos los tres el trabajo. — Dice Gilbert.

— Hippie ¿Eres sordo? No acabas de oír lo que dijo el doctor, que si no cumplimos con el requisito de los integrantes no nos va a aceptar el trabajo. — Dice Ariadne alterada.

— Si lo sé, pero no nos queda otra opción. — Dice Gilbert.

— Elaine ¿Tienes alguna idea? — Me pregunta Ariadne.

— No se me ocurre nada. — Digo masajeando mis sienes. — Mejor vamos a la biblioteca para buscar libros sobre el tema, tal vez en el camino se nos ocurra algo referente al cuarto integrante. — Ariadne y Gilbert asienten con sus cabezas. Salimos del salón y caminos por los pasillos.

— Si no encontramos a otro integrante, estamos jodidos. — Dice Ariadne alarmada.

— La verdad si, el doctor nos pondrá cero y tal vez no pasaremos la materia. — Dice Gilbert haciendo angustiar más a Ariadne. — Aunque posiblemente si manda otro trabajo nos podemos recuperar en ese. — Finaliza.

Estamos a un par de minutos de llegar a la biblioteca de la facultad. 

— Hippie, te puedes callar porque solo haces que me de ansiedad. — Dice Ariadne y Gilbert se ríe.

—  Hola. — Dice Chase apareciendo de la nada, y aquello provoca que Ariadne grite, debido que se ha asustado. Chase la mira raro y Ariadne se sonroja.

— Lo siento. — Dice Ariadne apenada.

— Chase ¿A qué se debe tu presencia? El cual ha hecho asustar a mi amiga. — Le digo.

— Ariadne lamento haberte asustado. — Chase pide disculpa. — quería preguntarles ¿Si puedo hacer el trabajo con ustedes? — Pregunta.

— Si – No — Dicen al unísono Ariadne y Gilbert. Está claro que el que dijo “no” es Gilbert.

— Por supuesto que puedes estar en nuestro grupo. — Dice Ariadne fulminando con la mirada a Gilbert.

— Pero creo que a Gilbert no le agrada la idea. — Dice Chase.

— No le hagas casis, él suele bromear demasiado ¿Verdad Elaine? — Ariadne me mira.

— Si, Gilbert es muy bromista. — Digo.

— Excelente, hemos conseguido al cuarto integrante. — Dice Ariadne con emoción. — Ahora prosigue ir a la biblioteca para buscar libros y poder hacer el trabajo. — Ariadne se acerca a Gilbert, lo toma del brazo y lo lleva arrastre hacia la biblioteca. Chase y yo vamos detrás de ellos.

— Elaine ¿seguro que está bien que haga el trabajo con ustedes? — Gilbert pregunta dudoso.

— Si, con tal que ayudes hacer el trabajo, todo está bien. — Le digo sonriendo. Entramos a la biblioteca.

— Si quieres podemos compartir locker. — Me dice Gilbert.

— Ok. — Le digo.

Él se acerca a la recepción de la biblioteca para que le den una llave de algún locker. Una vez que le dan la llave ser acerca de nuevo a mí.

— Nos han dado el locker número 25. — Me informa Gilbert.

Nos acercamos al locker que nos asignaron y guardamos nuestras mochilas.

— ¿Dónde estarán Gilbert y Ariadne? — Pregunto.

— Tal vez estén en el segundo piso. — Dice Gilbert. Subimos al segundo piso y efectivamente ellos se encuentran allí y están cerca de las estanterías de los libros.

— Chicos, ahora si manos a la obra para salir pronto de este lugar. — Dice Ariadne. — Gilbert y Chase revisaran la estantería que esta allá. — Ariadne con su dedo indica a punta a la estantería ubicada en lado derecho. — Elaine y yo por ende revisaremos la que está del otro lado. No olviden buscar libro referente a técnicas para expresar las emociones de una manera adecuada ¿Entendido? — Pregunta y nosotros solo asentimos con la cabeza. — Vamos Elaine. — Me lleva a paso apresurado a la estantería derecha.

— Ariadne veo que tiene prisa. — Le digo mientras busco en la sección “E-F”. — ¿Tienes que ir algún lugar importante? — Pregunto con interés.

— Es que me encontrare con Lorenzo porque debo decirle algo muy importante. — Me dice.

— No me digas ¿Estás embarazada? — Pregunto sobresaltada.

— ¡Que! ¡No! ¡Claro que no! — Ella enseguida exclama. — ¿Cómo se te pudo ocurrir aquello?

 — Entonces ¿sobre qué es? — Le pregunto.

— He estado pensando demasiado lo que me dijiste con respecto de que debería terminar con Lorenzo.

— ¿Al fin lo harás? — La miro, pero rápidamente mi mirada se posa a los libros de la sección “A-D”.




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