Por siempre nuestro secreto

Capítulo 36 Tu Regalo.

Sara 

Después de escuchar la confesión que Leonardo me hizo no lo pude evitar y sentí la necesidad de besarlo quería consolarlo de alguna manera el dolor que podía ver en sus ojos me dolía a mí también no quería que sufriera. 

Así que no lo pensé dos beses y me a balance sobre él y lo bese inmediatamente correspondió mi beso. 

Sabía perfectamente que lo que estaba haciendo desde la noche anterior estaba rompiendo por completo con las cláusulas del contrato que yo había firmado más sin embargo parecía que no importaba pues no rechazaba los besos de Leo cuando me besaba. 

Todo lo contrario le seguí el juego y terminan os besándonos durante mucho rato siempre. 

Peor aún está vez había sido yo quien había tomado la iniciativa para besarlo las anteriores veces él había dicho que no había problema porque nadie se iba a dar cuenta, ya que él no le diría a nadie y si se enterraban diría que fue el quién empezó todo quien me beso. 

Pero esta vez era diferente pues yo comencé aquel beso, pero es que de verdad me dolía verlo así tan triste al borde del llanto. 

Quería reconfortarlo y por esa razón no lo pensé dos beses más y decidí besarlo.

Cuando me separe de él porque me falto el aliento de tanto tiempo que duramos besándonos sabía que tenía que distraerlo si no de lo contrario iba a volver a besarlo y eso era demasiado peligroso. 

Así que decidí actuar antes de que pasara eso así que debía comenzar a tener una conversación con él para distraerlo de la situación y sin más comencé a hablar. 

—de verdad Leo lamento mucho que tuvieras que pasar por lo que pasaste peor aun siendo tan pequeño realmente no quiero que vuelvas a pasar por algo así es por eso que te prometo que nunca volveré a salir sin decirte nada ni a caminar sola. 

—está muy bien pequeña muchas gracias por esto por todo el apoyo que me estás brindando eres un ángel Sarita. 

—no más bien gracias a ti por contarme una cosa tan privada para ti valoro mucho eso ahora ya no quiero  tristezas así que mejor cambiemos de tema te parece. 

—si me parece perfecto tienes razón ay que dejar las tristezas atrás hablemos de otra cosa que por cierto es otro tema que quiero tocar contigo pequeña.

—si claro dime que paso guapo. 

—cuando me mandas los mensajes de correo electrónico puedo notar que sigues utilizando el apellido González y no Montero quisiera preguntarte ¿por qué?, no as cambiado ese detalle. 

—la verdad no lo creí algo relevante Leo simplemente se me paso por esa razón no lo he hecho aparte solo estaremos casados por un año después tendré que volver a usar González así que pues por eso en parte también no lo considere. 

—eso lo se Sarita, pero eres mi esposa y todo el mundo lo sabe así que es lo correcto recuerda que ellos no saben que solo será un año aparte para eso aún falta mucho en ese tipo pueden pasar muchas cosas y estoy seguro de que llevar mi apellido te servirá por si algún día necesitas algo. 

—pues como guapo no lo creo tan relevante, pero lo are me colocaré tu apellido de ahora en adelante aunque no me quitaré ninguno de los míos solo en el correo cambiaré González por Montero. 

—muy pequeña no le veo problema a eso sí así tú lo deseas entonces de ahora la gente te conocerá como Sara Andrea González Cruz de Montero. 

—así es guapo. 

Después de haber tenido esa conversación nos fuimos a descansar pues Leo tenía que trabajar al día siguiente. 

De aquel en el que Leo me hizo aquella confesión han pasado dos semanas para ser exactos. 

Semanas en las que él y yo hemos estado muy unidos nos llevamos súper bien. 

La confianza que hay entre él y yo ha crecido bastante sobre Megan no he sabido nada realmente no sé si ha visto a Leo o no, pero para ser sinceros no quiero ni siquiera pensar en eso porque me duele el hecho de solo pensarlo. 

Pero en fin hoy es viernes y se llevará al cabo el evento donde el papá de Leo le entregará en público el control de todas las empresas. 

Así que estoy en mi cuarto alistando los últimos detalles de mi imagen para el evento del día de hoy. 

Para esta noche mi atuendo será un vestido corto color gris de tirantes acompañado con unas zapatillas color rojas mi cabello esta vez  lo, deje suelto con unos risos y un maquillaje discreto. 

Cuando salí de mi cuarto me encontré con Leo quien me estaba esperando en la sala vestido con un traje gris el cual lo hacía ver guapísimo. 

Cuando Leo me vio inmediatamente se levantó del sillón y me dijo. 

—pequeña que hermosa te vez estás radiante. 

—muchas gracias tú no te quedas atrás te vez guapísimo con ese traje. 

—no tanto como tu hermosa. 

—basta Leo vas a hacer que me sonroje. 

—esa es la intención pequeña  en fin vamos debemos irnos por qué ya nos están esperando y antes de llegar tengo una sorpresa para ti que quiero darte. 

—una sorpresa en serio, pero no estamos celebrando nada. 

—y quien dijo que se necesita una ocasión especial para poder darte una sorpresa. 

—no pues yo solo decía, ya que no estoy muy acostumbrada a recibir sorpresas así de la nada. 

—pues eso cambiará pequeña te tendrás que acostumbrar porque esto pasara más seguido. 

Antes de que pudiera decir algo Leo me tomo de la mano y me llevó hasta abajo del edificio en donde estaba el estacionamiento. 

Pero antes de entrar al estacionamiento Leo se puso detrás de mí y me tapó los ojos de tal manera que no viera nada. 

Él me dijo que me guiaría para que al caminar no me tropezara y me fuera a caer. 

Y fue así cuando comenzamos a caminar unos cuantos pasamos hasta que de repente nos detuvimos. 

Fue entonces cuando Leo quito sus manos de mi cara y me dijo que si tenía los ojos cerrados era momento de que los abriera. 

Así que le hice caso y cuando los abrí frente a mí estaba una pequeña y hermosa camioneta blanca que se miraba super costosa por cierto.




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