Leonardo
Había pasado alrededor de 1 hora desde que Sara se fue llorando y en todo este tiempo mis hombres no logran localizarla.
Siento que no puedo con esta angustia le he marcado muchas veces, pero no me contesta de hecho ya hasta apago el teléfono.
Cosa que me tiene desquiciado fuera de juicio estoy de pésimo humor me siento tan impotente porque no me dejan levantarme de esta cama para salir a buscarla yo mismo.
Por si fuera poco en medio de toda la desesperación que siento mi madre no ayuda a mejorar la situación.
Pues asegura estar 100 % segura de que la discusión con Sara fue por Megan me culpa de todo.
Yo por supuesto niego todo pues por ningún motivo voy a aceptar tal acusación aunque yo sé perfectamente.
Que ella tiene toda la razón no se lo diré pues eso la pondría como loca y para ser sinceros no sé qué pasaría.
Ni quisiera averiguarlo porque bastante tengo con la desaparición de mi pequeña como para aguantar toda la de regaño y discursos que mi madre me diría.
Los minutos pasaban y como ya mencioné antes no tenía noticias de mi esposa miles de pensamientos pasaban por mi mente.
Especialmente aquellas palabras que menciono antes de salir de la habitación.
De verdad se enamoró de mí si lo que dijo es cierto esto cambiaría las cosas pues pasa por mi mente la idea de formar una familia con ella y nuestro bebé.
Después de todo yo le he tomado mucho cariño ella significa mucho para mí.
Pase prácticamente toda la tarde intentando contactarme con ella, pero todos mis esfuerzos fueron en vano.
Pues como ya lo mencione mi pequeña había apagado el celular haciendo que cada intento fallido por saber de ella aumentara mi desesperación.
La sola idea de que algo le pase a ella o a mi bebé me pone mal pues siento como si algo me faltara.
Entre la falta de información y la desesperación fue como avanzó el día llegándose así la noche.
Totalmente, me encontraba en estado de desesperación total ya no sabía que hacer no tenía noticias de mi pequeña sentía que me estaba volviendo loco.
Cómo dije no sabía que hacer así que para intentar calmar la angustia y la ansiedad que sentía me puse revisar mi celular para intentar calmarme.
Pero al final esto resulto contraproducente pues me encontré con las fotografías de mi boda con Sara y de nuestra luna de miel.
Cuando las vi mi angustia creció aún más pues tengo debo aceptar que tal vez el cariño que siento por ella es más fuerte.
De lo que me gustaría admitir pues la sola idea de pensar en que tal vez nunca más la vuelva a ver me causa una extraña sensación de dolor.
Siento que me falta algo la extraño demasiado necesito estar con ella y con mi bebé debo hablar con ella para aclararlo todo.
Quiero que me explique todo estoy dispuesto a creerle sin cuestionarle nada.
Pero lo único que necesito es que regrese a mi lado la necesito.
Debo encontrarla al costo que sea nuevamente comienzo a mandarle mensajes sin obtener respuesta, sin embargo, pude notar.
Que Sara había encendido nuevamente el celular y cuando me percate de esto una idea vino a mi mente.
Esta idea era rastrear el teléfono de mi esposa, ya que cuando se lo regale ordene ponerle un chip rastreador por si algún día pasaba algo como esto.
Así que sin perder más tiempo inmediatamente me dispuse a llamarle a Enrique para que rastrear al teléfono.
Mi amigo inmediatamente me dijo que ya tenía la ubicación donde se encontraba mi mujer.
Al escuchar esto inmediatamente le dije que lo quería ver en mi habitación pues quería.
Que me ayudara a levantarme de la cama para ir yo personalmente a buscar a mi esposa tenía que encontrarla y nada podría evitarme hacerlo.
También debo confesar que corrí con suerte pues mis padres no se encontraban en el hospital fueron a su casa a cambiarse y a ver si había nuevas noticias de mi esposa aunque si hubieran estado poco hubiera cambiado.
Si les parecía o no el hecho de que yo me parara de esa cama donde para ser sinceros.
Siento que no sirvo para nada era momento de levantarme pues decidí recuperar a mi esposa y a mi bebé en pocas palabras a mi familia.
Cuando Enrique me ayuda a levantarme sentí un ligero mareo supongo que era normal pues estuve por meses recostado en ella por suerte inmediatamente se me pasó y con cuidado me puse ropa decente y me quite la horrenda bata de hospital.
Todo estaba listo para irme cuando de repente a la habitación entro una de las Enfermeras quien al ver lo que estaba pasando.
Inmediatamente, me dijo que mis acciones no estaban bien.
Yo por mi parte le dije que me sentía bien y que debía irme pues tenía un asunto pendiente por arreglar.
También le dije que no se preocupara que yo asumía toda la responsabilidad en caso de pasar algo nadie le diría nada a ella pues fue mi voluntad el irme del hospital.
Habiendo arreglado ese problema salí del hospital caminando a paso lento acompañado de Enrique y de otros 8 guardaespaldas.
Fue así como emprendimos nuestro camino hacia el lugar donde se encontraba mi esposa.
Enrique me dijo que ya habíamos llegado fue entonces cuando baje de la camioneta cuidadosamente pues aún me dolía bastante la espalda.
Cuando me encontraba ya en el suelo pude observar que estábamos en un vecindario humilde pero muy bonito.
Me encontraba enfrente de una bonita casa Enrique me dijo que ay era donde marcaba la ubicación del celular de mi pequeña.
Así que sin perder tiempo me acerque a la puerta y toque el timbre.
La puerta se abrió y del otro lado estaba una señora de avanzada edad vestida con una bata para dormir quien al verme me dijo.
—no puede ser, pero si es nada más y nada menos que el joven Leonardo Montero.