Por Ti

CAPITULO 31

Frederick dirige el camino, junto a su abogado, hasta su despacho.

Fue extraño que él solicitase mi ayuda pero, no tanto como recibir su llamada la noche anterior, cuando me informó sobre lo ocurrido, sin muchos detalles, para mi disgusto, solo expresándome que necesitaba mi presencia para que estuviera con su hija. Totalmente extraño… por lo que fue de mucha ayuda que las gemelas y Julián me lo hayan contado todo, con lujos y detalles, en cuanto llegué aquí.

Al él solicitar mi presencia junto a Lyane, me encontré viniendo de inmediato, más aún después de la declaración que hizo mi madre sobre su amorío con Armando. Ya no tenía que preocuparme por dejarla sola, atendiendo los asuntos del rancho, y aunque se todavía su relación es nueva, me encuentro increíblemente feliz por ella. Ya era hora de que encontrara nuevamente la felicidad, aunque ciertamente tendría que pasar algunas palabras con Armando.

Cosas de hijo protector. 

El padre de Lyane cierra la puerta del despacho, de inmediato instándonos para que tomemos asiento. Lo hacemos.

—Hijo —dirige su mirada a mí y su calidez se ha esfumado, dando paso a la seriedad del momento—, como ya sabes, este hombre se ha aparecido aquí para una única cosa, atormentar a mi hija, y necesito que estés a su lado cuando se presente nuevamente en esta casa.  Por lo que comentaron las chicas, Nolan tiene la lengua larga y ya sabemos que mi hija no se le va a quedar callada —suspira y estruja su pelo, con frustración. Todo en sí denota su cansancio, lo que me hace pensar que ha dedicado toda la noche trabajando en este asunto—. Cuéntale lo que sabes, Ricardo.

El abogado se acomoda en su silla y saca unos documentos de su maletín.

—Como también trabajo en conjunto con el departamento de policía de la ciudad, tengo conocimiento de un caso en el cual está podría estar involucrado el señor Nolan West. Se sospecha que está implicado con una banda contrabandista de drogas que tenemos bastante tiempo buscando. Con Frederick, hemos organizado una emboscada —toma un pequeño dispositivo en sus manos para colocarlo en la mesa—. Colocaremos este dispositivo de rastreo en el maletín que contiene el dinero y veremos si nos lleva hasta ellos. Sospechamos que, por la cantidad que ha solicitado, desea utilizarla para ganarse el respeto de la banda y poder estar bajo la protección de la misma.

No esperaba esta información.

—Cuando firme los papeles, abandonando sus derechos como padre de mi nieto, entonces le entregamos el maletín y descubrimos si tiene o no que ver con la banda —culmina Frederick.

— ¿Y en donde entro yo? —pregunto, un tanto confundido.

—Tú estarás al lado de mi hija para que no se exalte cuando él eventualmente abra la boca. Necesitamos que firme los documentos, es lo más importante para nosotros, que ese chico no se vuelva a meter con ella y Austin. Que desaparezca de una vez por todas de sus vidas.

Asiento, dispuesto a cumplir con mi parte pues lo que más deseo en el mundo es el bienestar de mis dos amores.

Terminamos conversamos unos minutos más, coordinando los últimos detalles del plan. Mientras lo hacemos, no dejo de rogar a los cielos porque ese imbécil sí esté involucrado con la banda que mencionó Ricardo, para que de una u otra forma termine pagando todo lo que le ha hecho a mi Lyane.

 

[…]

 

—Cálmate, amor —digo, mientras la envuelvo en mis brazos, brindándole el apoyo que necesita.

—Podría estar aquí en cualquier momento —habla—, temo que se niegue a firmar los documentos…

—No tienes por qué temer —beso su frente—, él lo hará.

Ella no parece muy convencida de ello.

—Podría negarse, querer llevar esto a los tribunales —continua con sus dudas.

—No pienses así, eso no es lo que va a pasar —beso sus dulces labios y la escucho suspirar.

Un toque en la puerta nos interrumpe y luego Anastasia entra a la habitación, sosteniendo a Austin en brazos.

—Ya ha llegado —dice y noto como Lyane se tensa a mi lado.

Nos levantamos de la cama, listos para terminar de una vez por todas con aquello. Antes de irnos, Lyane besa tiernamente la cabecita de Austin y se lamenta por no poder tomarlo en brazos cuando este se inclina hacia ella, añorando su contacto.

—Más tarde bebito hermoso —promete, besando su mejilla, dejándole con Ana.

Después de esto bajamos las escaleras y, mientras lo hacemos, aprieto su mano, que empieza a temblar un poco, por los nervios.

—Todo estará bien, nena —le tranquilizo, ahora parados frente a las puertas que nos separan de la presencia de aquel hombre.

Ella toma varias respiraciones, tratando de dejar su nerviosismo atrás, antes de entrar al despacho y encontrarle a él allí, junto a su padre y el abogado.

—Vaya, vaya… —dice el rubio, cuando entramos al despacho— Sí que te los consigues rápido —suelta una risita y tenso mis puños.

Lyane se tensa a mi lado y quiero, en sobremanera, partirle la cara de mierda a Nolan.




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