Por Ti, Soy Todo...

Capitulo 4

No me dejes… - susurré en mi inconsciencia – no me dejes, sigo siendo yo…

 

¿Pero que soy en verdad quién soy?

 

¿Daniel…? – oí a  Jaycob de fondo.

 

Abrí los ojos, me ardían, creo que lloré muy fuerte. Nos vimos fijamente.

 

Llamabas a Daniel, ¿Lo quieres mucho? – preguntó Jaycob con miedo.

Él se quedo allá y yo vine – respondí, no me reconocía aun – creo vivimos todo este tiempo juntos…

 

Y aun lo tengo dentro de mí…

 

Me sequé las lágrimas y me levanté.

 

Es de noche, prefiero que vayas a tu casa, tus padres deben estar preocupados – dije arreglándome la bata – te agradezco y descuida, mañana iré, sera un nuevo día y seguiremos siendo amigos…

 

Me miró examinándome.

 

Te esperaré en la entrada – dijo queriendo sonreir – por favor si te sientes mal, dime y vendré

 

 

Quería ser amable, a pesar de lo que me hirió, le gustaba Daniel, ¿Por qué no me lo dijo antes de irme?, bueno no podría haber hecho nada, mi transformación hubiera ocurrido con su confesión y quería que si lo hubiera sabido, me habría hecho daño, más del que me hice cuando empezó mi proceso.

 

Ya sola, subí a mi cuarto y me envolví en las cobijas de mi cama. Quiero llorar y al rato, suelto todo.

 

En la oscuridad, tocó mis brazos y siento las heridas de mis cicatrices, hace poco me hice la ultima herida, Thomas me encontró y me pidió que no lo hiciera de nuevo, amo a cada uno de mis hermanos y a mis padres, por esa razón no he hecho mayor locura, creo que soy como muchos muchachos, no me he muerto por no causar más dolor a mi familia.

 

Me quedé dormida hasta que salió el sol.

 

Debo pensar en como voy a enfrentarme, debo preparar a Jaycob, no me importa que el resto me vea como un fenómeno, solo quiero ser especial para él. ¿Por qué quiero esto?

 

Podría simplemente iniciar todo, seducirlo, pero él… él ama a Daniel.

 

¿Podría amar a Sophie?

 

Y si lo intento – susurré poniéndome el sostén y la braga viéndome al espejo.

 

Mi amor por él no me va a dejar sola, lo amo tanto, este amor no debe dejarme sola, debo ser fuerte.

 

Tomé el collar que aún conservaba que Jaycob me regalo junto al chaleco.

 

Comí y salí hasta la entrada del autobús y miré mi celular, mis padres me enviaron fotos de ellos, las diabluras de los gemelos y mi pequeña Phillipa.

 

Mi familia era perfecta – dije guardando el celular.

 

Al bajar, salí y sonreí contenta. Me estaba esperando.

 

Me alegro que vinieras, ¿Cómo estas? – pregunto contento – te ves bonita con ese chaleco, te queda bonita…

Eres tan lindo alagando, seguro se lo dices a cualquier chica – dije contenta entrando juntos.

No me gusta hablar con muchas chicas – dijo viendo la entrada – para ellas soy una fuente de trabajos fáciles…

No todas – dije viendo al grupo de los problemáticos - solo unas pocas, que tienen más tetas y creen que dominaran con ese escote…

Te entiendo – dijo sonriéndome.

 

Creo que me gusta esta amistad, aunque no olvido que él debe saber de mi boca este secreto, pero tal vez lo decepcioné…

 

No confié en él en su momento. Tengo tanto miedo que me odié por ser una transexual, ya sufrí odio en mi escuela en Italia, mis padres me cambiaban cada cierto tiempo hasta que decidieron que estudiaría en casa.




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