Por todas las canciones que No eran para mí

C U A T R O

Muerta de los nervios.

Así me encontraba antes, durante y después de mi encuentro con Ezra aquella tarde en mi casa. Mientras estábamos solos.

Aprendí que hablarle sobre penes resultaba mucho más sencillo que hablar acerca de los sentimientos que ese chico de mirada tímida y de mejillas sonrojadas estaba comenzando a despertar dentro de mí.

Era como que si el mero hecho de tenerlo en frente me volviera tan torpe e insegura como se le notaba a él.

—Supongo que... que nos veremos en clases, Liz —pronunció, despidiéndose con la mano antes de atravesar el umbral, y con sólo mencionar ese diminutivo de mi nombre, con esa voz suave y aterciopelada, hizo que me diera un vuelco el corazón.

«Quédate un poco más»

Pensé en pedirle, y por los segundos que él permaneció en silencio, simplemente observándome, llegué a creer que estaba esperando que lo hiciera.

Llegué a pensar que no quería despedirse de mí.

Pero no lo hice, contuve esos impulsos de la misma manera en las que me obligué a no tomarlo del brazo y dejar el rastro de mis besos sobre la comisura de sus labios.

Y en cambio, me limité a sonreírle antes de cerrar la puerta y dejarme caer deslizando mi espalda contra la madera.

Esa tarde tuve que esperar un par de minutos antes de que mi corazón volviera a la latir con total normalidad.

Lo quería conquistar, eso lo tenía claro, pero... ¿Estaba preparada para todos los sentimientos que me invidian cuando estaba con él?

Esperaba que sí.

Esperaba no equivocarme.

Pero después de todo, lo hice. 

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❤️ Actualización TRIPLE ➡




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