Visualice por el salón, no la veia por ninguna parte, me acerque a donde está el Señor Gallur.
- ¿cómo vamos? pregunte
- bien…. hijo, trabajando duro en este proyecto, estaba decidido quedarme a descansar, pero ya sabe usted como es mi hija.
- uuummm.
- “a propósito, no la he visto” - debía sacar información a su padre. Porque conociéndola bien habría huido.
- a… si…. Me llamo para informarme que se retiraría……
- a ya, le sonrei a su padre.
- ven conmigo un momento,
Sigo al señor Deluke, que no entiendo a que se deba su discreción.
- sé que no soy la persona indicada para decirte esto, pero mi hija y tu tienen muchas cosas que hablar y aclarar, no estoy de acuerdo como padre ver lo que ella esta haciendo, tienes derecho saber muchas cosas.
- ¿a… que se refiere señor Gallur?, su hija y yo no tenemos nada, ni somos nada.
- lo se hijo, pero tiene algo en común, algo de ustedes dos.
- A…. mañana se ira muy temprano
Quede en total bloqueo con sus palabras.
¿algo en común…? ¿algo de los dos…? Mi corazón palpitaba como danza de indios.
Retrocedí mis recuerdos.
- estoy a acompañado con mi novia que hiso el sacrificio de dejar los negocios en Inglaterra, esta noche estamos felices por los dos años que llevábamos con el funcionamiento de hotel. habla Hector
- qué bueno amigo- con una mujer y una hija, me imagino lo feliz que te debes sentirte. Le digo con ironia, celos tal vez.
Héctor palmea mi hombro.
- cuanto más quisiera…. amigo mío… pero Valeria es mi ahijada, no mi hija. Dichoso el padre de ella, que ojalá algún día se entre de su existencia.
Busque una silla, tenía que descargar mis piernas temerosa, ¿una hija?
- carajo, carajo… Violeta…. ¿Por qué? ¿que hice mal?
Quería llorar, estaba confundido, ofuscado. Salí como pude del salón dejando atrás Jessica.
- no quería hablar
- no quería escuchar a la gente parlotear
- solo quería escuchar la vedad… y la única era ella…. Violeta.
Me acurruque en un rincón, metiendo mi cabeza entre mis manos ¿que debía hacer?, era de madrugada para llegar a su casa, pero no podía dejarla ir con mi hija.
No otra vez…
Atente conmigo, porque de esta no saldrás viva.
Llame a Mark, para que me esperara a la salida, le pedí que me llevara a donde mi madre, no quería encontrarme con Jessica, nuestra relación se había terminado, ella había asistido conmigo al evento porque estábamos invitados y según para mis conocidos era mi comprometida.
- abril la puerta, cuando vi mi madre que salía dormida
- ¡oh ¡hijo, que cara traes..., ¿que paso?.
me lance a los brazos de mi madre.
lloré como niño chiquito, necesitaba desahogar este trago amargo, en que me había llevado Violeta, esa felicidad de saber que era padre, de aquella niña que tuve cerca de mí.
- ¿Qué paso mi amor?
mis palabras no salía, mi garganta estaba enlagunada.
- soy…. papá….
Mamá, enseguida me aparto para mirarme a los ojos.
- ¿Qué…?
- chi… ma. respondi llorando
- ¿con Jessica?
- no…. mamá, puedes estar tranquila, nosotros hemos terminado.
- por favor…. explícate que no te entiendo hijo.
- con una mujer con la que tuve un romance hace dos años
- wooo…. o sea que él bebe… ¿tiene dos años?
- si…. Y es una niña.
- “hay Dios”, hijo quiero verla.
- cálmate mamá, primero tengo que arreglar un asunto con la mamá.
- está bien hijo, ve a dormir que estas terrible.
Mi mamá me dio un beso, para irme a la habitación que me tenía reservado para mí.
Me despoje de todo quedándome en bóxer, no tenía ganas de buscar pijama, me acosté tratando dormir, pero mi cabeza daba vuelta, pensando como le daría el golpe estado a Violeta. No pude dormir pase de largo.
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Editado: 02.05.2022