Porque tú lo querías así

⟡ Capítulo 34 - Adiós ⟡

Han pasado dos semanas desde que fui al departamento de Salomé. arreglé todo lo que tenía que hacer respecto a la universidad, mi título, las fotografías, incluso rechacé el empleo que me ofrecieron en el lugar donde realicé mis pasantías. No era una mala oferta pero simplemente no es algo que me gusta, y no quiero dedicarle mi vida a algo que nunca me gustó. Con todo eso solucionado solo quedan dos problemas por solucionar, quiza los más complicados.

—Bien, ¿Qué te trae por aquí? —dice Kiran sentado en un sillón al verme entrar a su oficina—. Aunque me agrada tu visita.

El lugar es amplio tiene un par de estanterías alrededor que están llenas de libros, es iluminado a pesar de tener un color café oscuro que predomina en todo el cuarto, y como no va a serlo si detrás del gran escritorio en C hay un ventanal que llega desde el piso hasta el suelo permitiendo que la luz natural entre durante el día.

—Vengo a agradecerte, es todo. —levanta las cejas ante mis palabras que al parecer lo confunden. Me siento en el sofá frente a él y lo veo servir vino en dos copas que hay en la pequeña mesa central—. Te haz encargado de mi durante años.

La verdad es que siento que no puedo desaparecer de la nada sin agradecerle a Kiran. el simplemente no tiene nada que ver conmigo y sin embargo me recibió en su casa por capricho de Catalina, me dio una casa, comida, estudios y todo lo que necesité para estar bien, Sin lazos de sangre, sin lazos afectivos, se hizo responsable de mi como un padre, lastima que nunca pude verlo de esa forma. Quitandole todo el maltrato que me gané por defender a Yui no considero que haya sido un mal hombre ni un mal padre, pues en su estado de sobriedad siempre resulto ser u hombre amable, bondadoso y humilde a pesar de su fortuna.

—¿Y el motivo? —Me mira confundido pues no es normal que lo visite y menos para decirle algo como esto.

—En un par de días me iré, necesito un cambio creo —levanta las cejas en señal de sorpresa y me ofrece una copa asintiendo con la cabeza. No entiendo si se lo ha tomado bien o mal pero parece aceptarlo, y estoy bien con eso.

—¿Tu madre lo sabe? —cuestiona tomándome por sorpresa.

Ni siquiera he pensado en ella. mi rencor hacia ella nunca disminuyó a pesar de los años, y aunque existieron ocasiones en las que pensé que podía perdonarla nunca lo hice, porque entre ella y yo, ninguno hizo un esfuerzo por arreglar las cosas. Yui lo notaba y en muchas ocasiones se esforzó por hacer lo que era trabajo de Catalina y mío, pero no lo logró. Y desde su muerte simplemente le quité atención sobre todo a Catalina a quien consideré siempre la madre de Yui nada más.

—No, aún no se lo he dicho —Ni pienso hacerlo.

—Lua —me mira acomodándose en el sillón poniendose más cerca de mi con sus codos sobre las rodillas aún sostendiendo l copa de vino— Debes decirle, aunque no quieras —Blanqueo los ojos ante sus palabras—, Es tu madre.

Madre, es una palabra que nunca he usado y menos refiriendome a Catalina, pero aunque no sea algo que no me gusta admitir, es algo que siempre evitaré mencionar. Tengo una progenitora, no una madre, nunca recibí por su parte ninguna muestra de cariño materno y claramente tampoco lo necesité.

— Ni siquiera le va a importar —respondo bebiendo de mi copa— sería solo una perdida de tiempo.

— Bien, Lua. —toma un gran sorbo terminandose hasta la ultima gota del liquido carmesí—. Hazlo por mí. tengo un dicho lo recuerdas.

— Acciones antes que palabras —Repito aquella frase que recitaba el hombre cada vez que Yui pedia una disculpa—. pero que tiene que ver.

— Se que la relacion que tienes con tu madre nunca fue buena, es algo claro a simple vista —menciona recostando su espalda contra el sillón nuevamente—. Entonces demuestrame que estás agradecido conmigo, con un ultimo acto.

— Decirle que me voy ¿es suficiente? —cuestiono con gran confusión

— Si, pero además deben hablar, intentar aclarar las cosas, ella no es tan mala como tu la percibes, Lua.

♡♡♡

Estaciono el auto en el garaje de la casa de Kiran tragándome todo el orgullo que puedo, camino entrando a la casa, subo las escaleras pero me detengo quedándome frente a la puerta del cuarto de Catalina. Noup, no puedo. Doy media vuelta y bajo de nuevo a la sala.

Cobarde

—Tu callate, soy orgulloso que es diferente. —hablo con la voz en mi cabeza, sin percatarme de una segunda presencia de tras de mi.

—El orgullo es malo, ¿Sabías? —Escucho a Catalina hablar y me quedo frío. Nunca nadie me había escuchado discutir con la voz antes.

—Buenas tardes —digo intentando que olvide lo que escuchó, pero no lo consigo.

—Hablar solo no es nada malo —avisa con una sonrisa en su rostro—. Asi que quita la cara de susto que tienes.

Ves, y tu evitándome como que fuera una enfermedad.

Seguramente lo eres

Blanqueo los ojos levantándome del sillón—. ¿Podemos hablar? —pregunto y Catalina voltea a verme mientras se pone su abrigo rojo.

—Iré a comer algo —invita cogiendo las llaves de su auto—, ¿Vienes?

Asiento y la sigo. El viaje al club es tranquilo. ninguno habla pero tampoco se siente la tensión que había hace años. Quizá ninguno de los dos nunca intentó solucionar nada, pero tampoco agrandamos la brecha que ya teniamos, simplemente seguimos nuestra vida, aprendiendo a convivir juntos bajo el mismo techo.

—Y bien, ¿Qué es lo que querias decirme? —menciona cuando el mesero se retira después de dejar nuestros pedidos.

Ella pide un plato de gambas al ajillo y yo me conformo con un plato de pollo con salsa de champiñones. Le doy un sorbo a la copa de vino antes de empezar a hablar con ella.

—En un par de días me iré a vivir solo —suelto y ella levanta la vista asombrada—. Solo quería avisarte.

—¿A donde irás? —cuestiona y mi plan improvisado cae. No había pensado en el resto de la mentira, no pensé que esto le iba resultar importante así que no preparé nada adicional, nunca a pensado darle importancia a lo que hago o digo, ¿Por que hacerlo hoy?—. Porque supongo que ya tienes todo listo, ¿No?




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