23/Nov/22
Que necesario es un diario.
Ayer fue el cumpleaños de un amigo del gym, usualmente no salgo a fiestas, pero mamá insistió que fuera a distraerme un rato.
Le dije que era cerca de la casa, que un amigo me esperaría para irnos juntos a su casa. Pero al final ella quiso llevarme y al yo no saber la dirección exacta del lugar no me dejó ir.
Ya hasta había comprado el regalo, me dejó encerrada para que no escapara. Le pedí la dirección a mi amigo, le dije a mamá que ya la tenía para que me llevará pero rotundamente dijo que no iría.
Ya hasta estaba cambiada, nuevamente fue una pelea con gritos, cada que la furia me apodera hace que grite a más no poder.
Vine a mi cuarto, me cambié la ropa, llore hasta que mi cara se puso hinchada y roja pero mi cuerpo necesitaba el vicio de dañar todo lo que toca.
Ese periquito de la ropa siempre es mi salvación pero ahora lo encaje con más profundidad detrás de los dedos de las manos, rápidamente brotó la sangre. Los dedos me ardían, era una sensación que me calmaba.
24/Nov/22
Que necesario es un diario.
Mamá quiso arreglar las cosas pero siempre que lo hace peleamos. Es un ciclo sin fin. Con el tiempo mi cuerpo necesitará romper más a su paso, tengo miedo de que pinchar los dedos ya no sea suficiente.
No quiero volver a retroceder, hable de todo esto con mi novio quién está estudiando psicología, fui su experimento para un proyecto, la conclusión a la que llegó es que estoy estable pero debo arreglar lo que hay reparar: mi relación con mamá.
De verdad no puedo evitarlo siempre que peleamos por instinto subo la voz, hoy se me salieron las lágrimas, trato de calmarme, hoy grite menos que ayer.
Sé que es algo que debo mejorar, pero lo intento. Hay veces que todo esto me consume y no quiero que esto me mate.
Escribiré cada vez que de nuevo pase.