CAROLINE
Tengo los pies enterrados en la calida arena, la cabeza la tengo inclinada hacia atrás, amo como el viento salado toca mi rostro, "esto es vida". lo único que traigo en el cuerpo son mis lentes y un sombrero, algo ridículo pues estoy desnuda por completo.
efectivamente, estoy en una playa nudista, me gusta experimentar de todo y por supuesto, ser libre de estigmas impuestos por una sociedad hipócrita. mientras sea feliz y no dañe a nadie puedo darme ciertas libertades, además es un acto placentero.
sigo caminando y no puedo obviar al hombre que esta detrás de mí, en el mismo estado que yo, esta para comérselo y bueno, ese será mi objetivo. soy una mujer de retos y por ende de Victorias. no me sigue, él viene inmerso en sus pensamientos viendo el panorama y con una tabla de Surf. me vuelvo a detener, pero esta vez no me quedo en la arena caliente, avanzo y me meto al agua.
el hombre de atrás hace lo mismo, el mar esta tranquilo, muy tranquilo. nado un poco, sin alejarme de la orilla, mi sombrero se me cae y comienza a flotar lejos de mí.
—la mala noticia es que su sombrero se ha mojado, la buena es que lo seguirá conservando. —me dice el hombre que yace sentado en la tabla de surf.
—Menos mal, me gusta demasiado como para perderlo. —le sonrío.
se acerca a mí y me lo entrega.
—una hermosa sonrisa, su novio debe ser afortunado de verla y tenerla.
suelto una carcajada, pues lo mío no son las parejas, no ha llegado la persona que me haga renunciar a mi bella soltería, siempre la dama más nunca la novia. además no se me antoja andar dando cuentas de lo que hago, ni mucho menos que otro me las rinda a mí.
—No tengo ningún afortunado. —comento con tranquilidad.
—justo lo que deseaba escuchar, por si lo preguntas yo también soy soltero.
juego con el agua y trato de esconder una sonrisa. yo también quería escuchar eso.
—no me lo preguntaba, pero ahora que lo sé no me es indiferente. —me distraigo con las olas, captando su atención.
—una chica con determinación... me gusta.
—no sabes cuánta. —me giro dándole la espalda.
—¿cena en el hotel? hoy a las ocho en punto.
sonrío y antes de voltear a verlo de nuevo la borró.
—por supuesto, siempre y cuando tu interés no sea saber de mi vida.
no me interesa nada personal, no me interesa saber de donde viene ni a que se dedica y no es un acto de grosería es un acto de cuidado para mí. una vez quedé colgada por un fulano y solo fue un par de noches de compartir la cama y la fiesta, después cada uno tomo su rumbo y nunca supe de él. en ese momento comprendí que no siempre que se desea tener sexo se debe tener una relación afectiva, pero si es importante tener un panorama claro.
salgo del agua, voy directamente a una tumbona, sacó mis audífonos y pongo la música, mientras disfruto mi intimidad, mientras me disfruto a mí. todas las mujeres deberíamos poder salir y estar a solas sin que nada nos aflija, solo nosotras. pero el mundo esta lleno de todo, menos de tranquilidad y menos para una mujer.
lo bueno de todo, es que la dueña de este hotel es mujer y cuida la seguridad de todos aquí, es una playa privada y mantiene una gran seguridad al momento en que dejas el lugar, por eso vengo con frecuencia.
veo la hora y si quiero asistir a la cena debo prepararme y por supuesto arreglarme.
opto por ponerme un vestido suelto color aqua. y unas sandalias del mismo tono, me hago unas ondas en mi cabello y evito el maquillaje, no soy fanática de usarlo. no uso ropa interior y fianlmente me veo en el espejo.
—¡Pero que fantástica te ves Carol! soy una Diosa.— me gusta lo que veo.
salgo y me dirijo al sitio dónde cenaremos. lo veo sentado en una mesa, trae una camisa color naranja y una bermuda blanca, es guapo.
se pone de pie cuando me ve, su sonrisa me indica que le gusta el resultado.
—Qué guapa. —me da un beso en la mejilla.
cenamos y hablamos de todo lo banal, después de la cena vamos a la pista de baile que ofrece el hotel, no suelo beber, no cuando no estoy en mi lugar ni con personas que son de mi entera confianza.
pasan las horas y seguimos en la pista bailando y sudando. pero después de eso vamos al fin de nuestro objetivo que es acostarnos, mañana me voy así que me permito disfrutar un par de caricias.
debo admitir que es bueno, que me hace apretar las manos en las sábanas y que no es un precoz, pero solo es sexo.
"solo satisfacemos las necesidades del otro, no hay otro fin más que eso". me repito una vez más.
después de repetir un par de veces, me pongo de pie, tomo mis cosas y él me mira raro.
—¿Te vas? quédate otro rato.
—tengo que preparar mi maleta, en unas horas sale mi vuelo. —le sonrío y salgo de su habitación.
A la mañana siguiente en cuanto abro los ojos, me espabilo y hago lo que tengo que hacer y me doy una ducha. bajo al lobby y la recepcionista me da una rosa Roja. debo aclarar que no me gustan, no me gusta que las arranquen solo por capricho y las den como muestra de afecto.
—Gracias. —la tomo y salgo.
veo que trae una nota en el tallo, la abro y leo:
"ERES UNA MUJER MUY INTERESANTE Y ESO QUE NO SÉ NADA DE TI, PERO DENOTAS SEGURIDAD, AUTOESTIMA Y UNA AUTENTICIDAD INIGUALABLE, AFORTUNADO EL HOMBRE QUE TE LOGRE CONQUISTAR, PUES TÚ CONQUISTAS A LA PRIMERA".
abajo esta escrito su nombre y su número telefónico. me pregunto si algún día llegará ese afortunado. ¿Quién será? ¿cómo será? ¿qué me va a cautivar de él? ¿será amor a primera vista? o eso de la primera vista solo son tonterías que nos han vendido. ¿a qué se dedicará? son preguntas que con frecuencia me hago, aunque quisiera no hacérmelas, solo me emociono y la química de mi cerebro se altera. Antes de marcharme del lugar echo a la basura la nota y la flor la coloco en un jarrón del hotel, mi lema es no cargar con cosas que no puedo. y así me marcho del sitio para volver a mi vida cotidiana.
#1575 en Otros
#435 en Humor
#928 en Novela contemporánea
amor romance humor, jefe empleada celos comedia romantica, amor celos
Editado: 04.03.2024