ADAM
—¿me harás usar la fuerza? —me mira con desafío. —contesta.
Niega y le dedico una pequeña sonrisa.
—Tú decidiste.
Le empiezo a hacer cosquillas y a la vez le beso el cuello ese es uno de sus puntos más débiles.
No tarda nada cuando comienza a revolcarse y a perder toda la decencia que suele tener.
Sus risas se convierten en carcajadas y esas en gritos.
—¡Para! ¡Para!
—Solo tienes que decir dos cosas, Hübsch.
Sigue negando y empleo mas de su tortura. Me empieza a golpear y a empujarme, pero no puede.
—¡Basta Adam o no dormiré contigo!
Disminuyo el ataque.
—¿Qué dijiste?
—Que dormiré contigo, Adam. —contesta agitada.
—No era la forma en que quería que te agitaras.
—tampoco yo.
—Bueno, yo siempre me salgo con la mía.
—excelente hombre de negocios.
Afirmo y le doy un delicado beso en los labios el cuál es correspondido de inmediato.
—eso es, eres un buen chico.
—él mejor y lo comprobarás a hora, —me mira con picardía. —agradecerás que haya llegado y te haya hecho venir conmigo.
—Espero y eso de venirse contigo, sea cierto.
—vengo muy inspirado Caroline, ya lo sentirás.
Se siente tan bien, tener su cuerpo sobre el mío, sus cálidas manos enredadas en mi nuca. Sus labios sobre los míos, sus caderas meciéndose, nuestros cuerpos siendo uno mismo, es un puto elixir, se siente diferente, con ella hasta el sexo es diferente, ella hace de todo lo que conocía mi momento Predilecto, pero no lo sabe, ni lo sabrá.
Al despertar la veo a mi lado, tiene el cabello enmarañado y un pequeño hilo de saliva le cuelga, una pierna rodea mi cintura. Si me preguntan sí, esta romantizado el ver dormir a alguien que te atrae.
Con cuidado la aparto y me pongo de pie, me lavo los dientes y la cara.
—Dunkel —lo llamo antes de rellenarle su plato de comida.
Viene y se pone en dos patas lameteándome los brazos.
—Buen día.
Me preparo un café y mando pedir un desayuno para dos.
Hago una videollamada con el arquitecto encargado de uno de mis edificios en Londres.
—Ya está todo listo, Hoffmann. sé que ese lugar está hecho a tú medida y perfeccionismo. Le he puesto un gran empeño a tus peticiones.
Me enseña las fotos del resultado final y son impresionantes, desde la estructura hasta los baños, ese hombre es un genio con sus diseños arquitectónicos.
—arquitectura sustentable, para tu tecnología.
—Ulises Ferreira, quedo satisfecho con tu trabajo, no cabe duda que esa es tu especialidad.
—No te enamores de mí Adam, sabes que no me van los hombres.
—Solo te halago, imbécil.
—y agradezco eso, vivo de halagos, —dice con sarcasmo— aunque aún no has visto nada, tengo un proyecto que esta apunto de finalizar y sé que me halagaras más.
—De halagos y de la fortuna que cobras ¿de qué trata?
—Un hotel, te haré llegar la invitación. Fuiste uno de mis primeros clientes y ya tienes tu pase Vip.
—cuándo veo talento lo apoyo, y mira que en estos cuatro años me dejas sorprendido.
—y eso que eres de pocas palabras, aunque nunca me agrado que me dijeras todo con señas, aquí estamos cerrando el segundo contrato.
—me gusta poner aprueba las capacidades de los demás.
—y la maldita poca paciencia que tengo.
—¿por qué un hotel? Creí que no seguirías los pasos Hoteleros de tu amado Padre.
Tuerce la boca y pone su cara de mala leche.
—¿te has enamorado?
Niego.
—¿qué tiene que ver el amor?
—Bueno, yo solo lo he hecho una vez y llevo cinco años enamorado de mi preciosa Emma, le prometí que le cumpliría todo lo que me pidiera y en sus peticiones estaba un hotel con temática.
Nunca me he visto enamorado de alguien, a comparación de Ulises, él siempre ha sido una persona qué ha sido amado y respetado, y no ha tenido miedo a demostrar lo que sentía. A comparación de mí que nunca me he sentido así; mas que por mí mismo (y a veces se me olvida) y no sabría dar lo que nunca se me inculco y no, no me estoy justificando. Teniendo solo a Dunkel y mi carrera que en contra de mis padres formé.
—Hombre de palabra, espero mi invitación y que dejen entrar a…
—A Dunkel, ese animal ya tiene una habitación reservada. Procura llevar a alguien más. Alguien del sexo opuesto sería mejor. Para que disfrutes de las habitaciones insonoras del ala de Eros.
—Eres un imbécil…
Hemos compartido otros momentos fuera del trabajo.
—¿Qué? Eres aparentemente silencioso, pero te gusta hacer gritar a las chicas, de hecho me diste tú la idea de que esa área exclusiva de amantes, fuera insonora.
—compruebo que eres un total Imbécil.
Detrás de él se posa su actual compañera, le saluda.
Él le sonríe, pero el entusiasmo con el que me hablaba del hotel y de su eterna amada, se esfuman, trayendo de vuelta su mirada un poco perdida y esa sonrisa apagada.
Soy un excelente Observador y un experto escuchando, tanto tiempo vivir en las sombras de la invisibilidad hace que desarrolles esos sentidos.
Lo aprecio, pero como muchas de las personas que aprecio, no lo sabe.
Él me regalo a Dunkel, en un acto de agradecimiento por haberle dado un proyecto tan importante.
Ulises Ferreira es un hombre en toda la extensión de la palabra, es tal y como dice su lema personal “Justo, Leal y Honesto.”
Hola, esperando que se encuentren muy bien y esperando que el libro les este gustando.
ya saben que mientras haya una persona que me lea yo seguiré la historia. son un pedazo de mi imaginación que comparto amablemente con ustedes.
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Editado: 04.03.2024