CAPÍTULO 37

CAROLINE.

Estamos a las afueras del hotel que será inaugurado, la fachada es preciosa, es tan verde, tan clásica, tan delicada a la vez, grandes enredaderas cuelgan de la fachada tipo Partenon.

El nombre del hotel lo cubre una manta roja. lo cual aun es un misterio.

Las enormes puertas de madera privan la vista del interior.

Una chica guapísima, cortara el listón.

—Me encantan sus rizos, son tan definidos.—le susurro al odioso de Adam.

 me mira.

—no eres a la única que le gustan.

—¿Qué?

Algo resurge de mi interior, algo llamado celos. él enarca una ceja y una media sonrisa lo acompaña.

Ya no me contesta porque en ese momento las puertas se abren y su belleza interior es Arte.

Nos encaminamos a explorar, es, es Inefable…

—Guau, que Belleza.

—Ese hijo de puta es un maldito artista, todo esta donde debe estar.

—¿Tu amigo diseño esto?

—Me temo que sí. —responde. —Un genio de la arquitectura.

Nos empiezan a explicar cada parte y cada piso del hotel, un Poseidón nos dirige hacia la playa, las pantallas a los costados nos muestran un mar embravecido, encima está el firmamento con Zeus lanzando rayos.

La estructura es cuidada y detallada.

—¿Dónde está tu amigo?

—Un fanático de Gatsby, seguro esta recreando esa escena, donde Nick lo busca por todas partes y Gatsby no aparece, hará una entrada de ese tipo, estoy convencido de ello.

—¿Fanático de Gatsby? —lo miro asombrada.

—Por supuesto, e incluso creo que esta idea se la robo a él.

—¿Por qué?

—Gatsby hacía fiestas para ver a alguien en particular y este hotel también tiene un propósito en particular.

no entiendo de que me habla.

—Entiendo, ¿qué le ven a ese libro? nunca lo pude terminar.

en verdad, jamás lo he entendido.

—Bueno, todos tienen una diferente versión de lo que quiere dar a entender, —carraspea, —para mí el significado sería, que Gatsby se obsesiono tanto con una idea, con un objetivo; riqueza. que cuando lo tuvo no vio, ya que en el proceso se enamoro y quería bajarle la luna a Daisy, a veces luchamos tanto por obtener algo que no lo vemos ni disfrutamos por querer complacer a otros, cuando a los únicos que debemos complacernos es a nosotros mismos.

no lo había visto desde ese punto, ya sabes, solo creía que era un obsesionado con la chica.

pero ahora que lo veo del modo de Adam es cierto.

Gatsby sacrifico todo para cumplir su sueño de superarse, no de una buena forma, pero lo hizo. lamentablemente el amor acabo con el Gran Gatsby.

Unos encargados se dirigen a nosotros y nos llevan a otro piso.

—El señor, nos pidió que les mostremos su habitación.

Nos quedaremos esta noche y parte de la mañana, después iremos a Alemania, ya que los padres de Adam se retiran del trabajo; razones no las sé, e incluso creo que él tampoco.

ADAM.

Nos dirigen al ala de Eros, sonrío al recordar lo que me dijo Ulises.

Es un pasillo con habitaciones por ambos lados, las luces son tenues y con bordes dorados.

Nos abren una habitación y es tan discreta, pero a la vez tan provocativa, es sensual.

—Los esperamos abajo para la cena.

Salen y nos dejan solos.

La cama tiene sabanas de seda rojas y muchos detalles eróticos dentro de la habitación, desde desnudos en pinturas y esculturas y otros detalles.

—Bueno, esta noche comprobaremos si es verdad que son insonoras. —comento.

—¿Qué?

—Ulises dijo que eran insonoras, espero que sea verdad, porque gritaras mucho.

—Y ¿Ulises cómo sabe qué haces gritar?

Me quedo pensando.

Mientras ella me escruta con la mirada.

¿Tengo que darle explicaciones?

No, no creo.

—Supongo que por eso hizo este piso exclusivo.

—eres incorregible, Adam Hoffmann…

—¿Estás celosa?

—Mucho.

sonrío ampliamente al ponerla así, ya que sus mejillas se tiñen de un marcado rojo, y tuerce esa bendita boca que me tiene loco.

—Te demostraré, cuán incorregible soy.

—Eso espero, —Se acerca y me besa, —te quiero.

—Comienzo a creerlo.

—Puedes dudar todo, menos de que te quiero.

asiento, mientras trato de reprimir una sonrisa.

—Si usted lo dice Cooper.

Me da un golpecito en el brazo.

se va de mi lado y se deja caer en la cama como si nunca hubiese tenido una, pero así es Caroline, se emociona con todo y todo le agrada como si fuese la primera vez que ve o toca algo.

sonrío y no puedo evitar pensar.

En verdad comienzo a creer que esta mujer tan adorable me quiere y de la mejor forma.