SKYE🌻
Mientras regresaba a la residencia, mi móvil empezó a sonar, pero lo ignore hasta llegar a la residencia. Dejé mi mochila en el suelo, fui hasta mi cama y me lancé. Tomé tanto aire que al botarlo todo me sentía vacía por dentro, ya no había pedazos de aquella persona que fui hace unos años, de interminables noches donde la inseguridad tocaba mi puerta, y me seguía a todos lados.
Luego de unos minutos me levanté y fui por mis pinturas, puse todo en la mesa y abrí la ventana que estaba al frente mío, voy por los pinceles que tenía en la mochila, pero una rara sensación me hace buscar mi cuadernillo, pero no lo encuentro. Poco a poco voy sacando todas las cosas que llevaba conmigo en la mochila hasta dejarla vacía, entre hojas llenas de pinturas y apuntes de la universidad, no encontraba mi cuadernillo.
Comienzo a caminar por todo el piso, viendo si tal vez se ha caído por ahí, me doy cuenta del terrible desorden que ya tenía hace varios días y que no ayuda en nada. Escucho que abren la puerta y sé que es Madison, ella entra y se me queda viendo extrañada. Estoy caminando por todo el piso, busco en los cajones y en la montaña de ropa que hay en una esquina, pero no encuentro mi cuadernillo.
—¿Sucede algo? —pregunta algo tímida ya que debe saber que sigo enojada.
—Mi cuadernillo…no está… —dije algo preocupada.
Ella se acerca hasta mí y me toma de los hombros, sabe la razón por la cual ese cuadernillo es muy importante para mí.
—Lo encontraremos —dice y me mira a los ojos tratando de apaciguar mi nerviosismo.
Llevábamos ya 2 horas buscando, y no había rastro de mi cuadernillo, trato de mantenerme tranquila, pero es imposible ya que ese cuadernillo es lo más importante en mi vida.
—¿Recuerdas la última vez que lo usaste? —Madison pregunta mientras se apoya en la mesa.
—Sí, fue hoy justo después de…
Lo recordé, lo había utilizado justo en el receso de medio día, fui hacia el jardín de la universidad y estuve ahí por un buen rato dibujando hasta que Madison llamo y…
—Lo perdiste…
—Eso creo —dije mientras pedía por dentro que nadie lo haya encontrado y haya visto mis dibujos.
—Sobre lo de…
—Lo haré, solo porque eres mi amiga y porque ese proyecto es importante.
Madison salto de alegría y fue hacia mí, me dio las gracias y que jamás volvería a pasar algo así. Entre todo eso me hablo de alguien más que necesitaba para su proyecto, era un chico que aquel nombre se me hacía familiar, pero que simplemente no hice caso.
Luego de un rato Madison se fue a su habitación alegre por el favor que le estaba haciendo. Fui hacia aquella mesa y tomé asiento para poder pintar al fin, puse algo de música para dejar el silencio de lado y sentir la primavera.
Saque aquella púa que había tenido todo este tiempo en mi bolsillo, lo deje en la mesa de noche y volví a mi lugar. Encendí la lampara de mi costado y comencé a pintar y mezclar colores. No medí cuanto tiempo estuve así, profundamente concentrada en lo que estaba haciendo hasta que la hora en mi móvil. Son las 3:47 de la mañana, dejé las cosas como estaban y fui a la cama.
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La luz de día alumbraba mi habitación, hasta poder fastidiarme los ojos. Me doy la vuelta sin saber que estaba al filo de la cama y caí. Madison entra como siempre para saber si estoy bien.
—¿Te encuentras bien? —se acerca hasta mí y me ayuda.
—Si, solo que… —me sujete la barbilla y me doy cuenta que está un poco rojo, al parecer la caída no era de buena suerte.
—Mierda, Skye —ella ve el moretón que me he hecho al caer de la cama y me lleva hasta el baño.
Mientras buscaba algunas pomadas, yo sostenía un hielo en la parte dolorida de mi rostro. Luego de un rato ella me cura y se va de la habitación, felizmente hoy yo no tenía clases. Madison se despide y me dice que tenga más cuidado, yo solo asiento y me despido.
Me encontraba recostada en mi cama, pero no podía estar tranquila entre tanto desorden. Así que comencé a limpiar este piso. Había encontrado dibujos míos algo antiguos, pero que tenían un valor. Guardé todo en mi armario y me di cuenta que la mayor parte de mi ropa tiene manchas de pintura, como siempre.
En medio de mis pensamientos mi móvil comenzó a sonar, un numero desconocido aparecía en la pantalla, pero en el fondo sabía quién era. Apagué mi móvil y seguí con mis cosas.
Por la tarde simplemente me dedique a dormir, trataba de que esos recuerdos no vengan a mi mente como siempre me pasaba cuando aquel número aparecía en mi móvil. Escuche la puerta abrir, Madison había llegado, ella entra a mi habitación algo alegre, no era raro ver a Madison alegre, lo raro era verla dar saltitos. Eso significa que ha conseguido algo.
—¿Qué hiciste ahora Madison? —pregunte algo somnolienta.
—No es nada malo como tú crees. ¡Pero no me lo vas a creer! —su voz sonaba muy contenta.
—¿Que sucede? —me levante de la cama para escucharla mejor.
—¿Recuerdas el otro día que te dije que necesitaba al chico nuevo para mi proyecto?
—¿Él chico nuevo? —no entendía a quien se refería.
—Por dios, tú y tu mala memoria—suspira dedicándome una mirada algo molesta—. Como te decía, hay un chico nuevo en la escuela, pertenece a la banda del profesor Savard. Los últimos días lo estuve viendo para saber si podía estar en mi proyecto, ya que solo me faltaba una persona. Johan me pidió estar en el proyecto, pero le dije que no.
—¿Y qué te dijo ese chico? —suspire y me levante de la cama hacia el espejo del baño para poder ver aquel moretón que tenía en el rostro.
—La primera vez que hablé con él no me quiso escuchar, simplemente me cerró la puerta en la cara, ¡lo puedes creer!
—De seguro —respondí algo distraída ya que no dejaba de ver aquella púa que estaba en la mesa de noche.