SKYE🌻
Los mensajes de Marcus habían cesado desde la última vez, sé que lo vi la otra vez con una chica, pero tengo miedo de que se haya aburrido de mí. El timbre del cambio de hora suena, pero yo ya no tenía otra clase más. Salí del salón mientras buscaba una música en mi móvil para ponerla y regresar a la residencia, pero a lo lejos vi a Marcus. Tenía miedo a acercarme y decirle algo, pero lo único que se me ocurrió para poder llamar su atención fue tomar del brazo a la única persona que reconocí en ese momento.
El chico de la guitarra estaba a unos metros delante de mí, trate de caminar rápido y pasar entre tanta gente hasta que lo tome del brazo, él se giró y me miro, yo también lo mire y sentí que por primera vez alguien me entendía con solo mirarme.
Pude notar como la rigidez de su rostro como si estuviera nervioso, pero a la vez no incómodo. Caminamos en línea recta, ninguno sin preguntar nada, hasta que una idea paso por mi cabeza, no sé si era la mejor idea, podría ser la idea más cliché del mundo, pero era la única idea que podía hacer para llamar la atención de Marcus.
Respire hondo, mi rostro se sentía caliente al estar de nuevo cerca de él. Hasta que luego de cruzar varias calles, me solté de él.
—Perdóname —dije mientras me tapaba el rostro.
Tenía esta puta idea en la cabeza, de preguntarle esto que puede parecer loco y espero que no acepte de verdad.
—¿Por qué?
—Por esto.
Dije sin saber que lo que pasaba en mi cabeza. El seguía sin entender a lo que me refería.
—No ha pasado nada malo, así que no hay problema —él lo dijo en un tono relajado.
Mientras yo por dentro me mordía la mejilla por querer preguntar esto de la nada.
—Okey, ¿entonces no te fastidio ni nada lo que hice? —pregunté tímidamente.
—No, para nada.
Y una sonrisa cálida se dibujaba en él.
—Discúlpame, pero hasta ahora no te pregunte tu nombre.
—Soy Ashton Parker
Su apellido ya lo había escuchado, pero no lo había recordado.
—Yo me llamo… —Mi móvil sonó, era un mensaje de Madison— Lo siento me tengo que ir, igual gracias.
Y antes de dejarlo ahí en medio de la acera me giré y le dije que nos veríamos pronto para devolverle la camiseta que le había manchado esta mañana.
Seguí mi camino rápidamente a la residencia, mientras por dentro me pregunté si sería buena idea pedirle ayuda a Ashton, mi intención no era una relación falsa con él, solo quería que Marcus se diera cuenta de que no me afecta de que el este saliendo con otra chica, tal vez era algo de celos, pero solo quería llamar su atención. Estoy sonando como una loca quizás, desesperada no tanto, pero quería saber si en verdad le intereso a Marcus. Se que Johan me ayudaría, pero después de mis sentimientos reprimidos por él, no quiero volver a enamorarme y que la otra persona no sienta lo mismo, creo que por eso me estaba aferrando a Marcus, tal vez no con la mejor idea, pero tampoco no sabía expresar lo que siento
Llegue a la residencia, busque la llave en mi bolso, pero justo Madison abrió la puerta.
—¿Sucedió algo? —pregunte mientras entraba por la puerta.
Pero vi justo una silueta apoyada en el mostrador de la cocina, mi madre estaba aquí. Hace mucho tiempo que no la veía y eso me hizo sentir nostálgica. Me acerque a ella rápidamente dejando caer mi bolso y la abrace fuerte, mientras ella acariciaba mi cabello.
—Te eche de menos mamá.
—Yo más hija.
La invite a pasar al sofá, mientras Madison dijo que saldría un momento para dejarnos solas.
—Y cuéntame hija, ¿Cómo vas las cosas por aquí?
Me hubiera gustado escribir todas las cosas que han pasado desde que me fui de casa, en cierta parte abandonando más a mi madre que a mi padre y en el momento que me abandone a mí misma.
—Uff, este segundo año está siendo mejor, tengo los mismos amigos de siempre, la universidad es inmensa y cálida, tengo una vista increíble desde aquí. Tengo las manos sucias de pintura todos los días, pero me encanta.
Podía ver en mi madre el brillo en sus ojos, lo bien que me estaba yendo, haciendo lo que más me gusta.
—Esto me alegra mucho hija.
—Si, perdón por no responder tus llamadas.
—No te preocupes, tiene una nueva vida aquí, sé que ha sido difícil adaptarte. Habido días donde quise llamarte y lo hice, pero no contestabas, supuse que debía darte tu espacio.
—No te preocupes, todo está mejor cada vez.
Mentía, sentía que tenía la necesidad de preguntar por mi padre, pero a la vez no quería saber nada de él, porque eso fue lo último que dije antes de irme de casa.
—¿Quieres saber cómo esta…?
—Mejor vamos a caminar mamá. —dije y la tomé del brazo saliendo de la residencia.
Comenzamos a caminar y quería esquivar cualquier cosa sobre mi padre, para mi el ya no existía. La única persona que tenía era mi madre.
Mi madre me comenzó a hablar sobre su trabajo, ella era enfermera en un asilo de ancianos. La escuche atentamente toda una hora, extrañaba escucharla y tenerla a mi lado.
Luego de una hora ella tenía que irse, pidió un taxi y en los 10 minutos que el taxi demoraba en venir, sentía que ella tenía algo más que decirme, pero supuse que era solo de mi padre así que lo ignoré.
Su taxi llego y me despedí de ella con un abrazo muy fuerte, luego la vi alejarse.
Subí a la residencia, y vi a Madison sentada en el sofá tomando un té helado.
—¿Todo bien? —pregunto, pero en su voz se notaba su preocupación.
—Si —fruncí el ceño porque las dudas volvían y tal vez mi madre tenía algo enserio que decirme.
Fui a mi habitación, me lancé hacia mi cama mirando el techo, su nombre seguía en mi cabeza, y las dudas me comían entera al querer preguntarle sobre esta terrible propuesta, pero lo único que hice fue buscar el bolso donde tenía su camiseta manchada de pintura. Tenía una excusa perfecta para poder acercarme a él.