Era un día como cualquier otro, regresas de vacaciones y te encuentras con tus compañeros de siempre, e incluso conoces a alumnos nuevos, algunos opinan que la preparatoria es una gran oportunidad que te ofrece la vida, para disfrutar, divertirte y ser feliz, es un lugar en el que convives a diario con distintas personas y cada una de ellas ofrece algo nuevo para enseñarte.
Pero también existen personas que opinan que la preparatoria es el lugar donde encuentras cuál es tu personalidad realmente.
Yo opino que la escuela es más que eso, es más de lo que todos piensan, claro basándome en mi experiencia.
Mi nombre es Cristal, tengo 17 años, estudio en el Colegio Montecarlo, uno de los mejores del país, físicamente soy una joven hermosa, estatura mediana, cabello rojizo, de complexión delgada, ojos café claro, tez blanca, y si, ahora soy popular en la escuela, pero, no siempre lo fui, eso es asunto del pasado de cual no quisiera hablar.
Soy todo lo que una adolescente quisiera ser, siempre consigo lo que quiero y eso es algo que me ha caracterizado. Todos me conocen como la chica pelirroja, la que siempre consigue todo, y eso es bueno, no lo niego, se siente bien ser el centro de atención, que los demás conozcan de tu vida, tus amistades, lo que más te gusta, e incluso que conozcan tus secretos, aunque en esa parte, todo puede salirse de control, es raro que los demás te conozcan mejor que tú misma.
-Cristal. –Escucho una voz llamándome a mis espaldas, entonces volteo para ver quién es, y allí está ella, Andrea mi mejor amiga, desde que recuerdo siempre ha estado a mi lado, para apoyarme en las buenas y en las malas, es mi amiga de la infancia, conoce todo sobre mi.
-Hola Andy, cuanto tiempo sin verte. –Le respondí, al mismo tiempo en que nos abrazábamos.
-Tampoco es para tanto Cristal, solo nos alejamos durante las vacaciones de verano, y además en la mañana nos comunicamos por video chat.
-Si lo sé, pero no es lo mismo que verte en persona.
- Y ¿Entonces? Entramos a la escuela o nos quedamos aquí en la entrada para observar a todos lo que llegan.
-Mala idea no es. –Respondí sarcásticamente. –Pero es mejor entrar.
-Si nos espera un gran semestre, y quizás ahora sí encuentres al amor de tu vida.
-Ahh si, tienes ideas muy locas, a esta edad el amor verdadero no se encuentra, y si encuentras el amor no será para siempre.
-Ya te veo cuando por fin lo encuentres y así cambiaras de opinión, y entonces tú compañerita me darás la razón.
Compañerita es así como me llama desde que nos conocimos, ya que fuimos compañeras de campamento y compartimos habitación, además es porque soy un año menor que ella.
-Te odio. Contesté fingiendo enojo.
-Yo igual, y por eso eres mi mejor amiga. Me dijo con una de esas sonrisas que hacen que tu día se llene de alegría.
-Lo sé, entonces hay que entrar, y descubrir todas las aventuras que nos esperan.
– ¿Lista? Pregunté.
- Siempre lista.
- Entonces adelante. Entre risas cruzamos el enorme portón de la escuela.
El colegio Montecarlo, es antiguo pero a la vez moderno, tiene elegancia, durante mucho tiempo ha sido considerando de los mejores del país. No es un edificio sombrío como suelen ser otros colegios, en realidad tiene un aspecto muy moderno, a la entrada se observa un letrero con el nombre de la escuela, por fuera pareciera que es una más de tantas escuelas, pero por dentro es algo muy distinto, es algo especial, sus paredes son de color blanco, combinadas con toque de color azul claro, y color crema, los pasillos son amplios, cada uno te dirige hacia un salón distinto, cuenta con gran iluminación, por los largos corredores hay ventanales por los que puedes observar hacia el jardín.
Nuestro uniforme es de color negro combinado con rojo y blanco, usamos faldas un poco cortas, con tablas, su estampado son cuadros grandes, la playera es de color blanco con el logo del colegio, con un moño color rojo con estampado en cuadros, algunas ocasiones llevamos un saco negro con aplicaciones en rojo y blanco, pero por lo general casi no lo utilizamos, usamos calcetas rojas con zapatos escolares, en si nuestro uniforme es algo peculiar.
Al entrar al colegio nos esperaba Anthony, nuestro buen amigo, muchos de la escuela decían que él era gay, no solo por su obsesión por la higiene y la limpieza, sin olvidar también que todas sus cosas debían de estar bien organizadas, era mejor que una chica en esas cosas, sino también por cómo se comportaba, en algunas ocasiones me preguntaba si en realidad era o no gay, aunque siempre me quedaba con la duda.
Muchos lo criticaban por la manera en la que le gustaba la música y su afinidad por la moda, de hecho a mí me parecía interesante, pero en fin, Anthony era nuestro mejor amigo, casi siempre hacíamos las cosas juntos.
– Hola chicas, ¿Qué tal su verano? –Preguntó Anthony.
–Seguramente debes estar ansioso por saber todas las cosas que hicimos. –Respondió Andy.
–Esa frase no sé si es un elogio, o es una ofensa, acaso ¿Crees que soy chismoso o algo parecido? Dijo llevándose la mano derecha al pecho, fingiendo indignación.
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Editado: 20.07.2020