Príncipe Encubierto

4

Mi despertar fue un tanto desastroso pues no desperté en mi cama ni con los gritos de Kiara o alguna doncella, si no que desperté en la tierra y muy sucio, mi pijama de seda está cubierta de barro y se encuentra húmeda, mi cabello parece ser un nido de pájaros y realmente no necesito un espejo para saber que parezco un zombie viviente.

El amanecer realmente ya está en su punto máximo y eso solo significa una cosa...

Problemas !!!

Demonios!! Seguramente los guardias y mis Padres me han de estar buscando y no tardarán mucho en hacerlo, rápidamente me levanto del suelo y hecho a correr con todas las fuerzas que mi cansado cuerpo me permite.

Al vislumbrar el castillo a la lejanía también observo un sin fin de guardias corriendo de un lado a otro.

Maldición!!

Y de la misma forma en la que escapé la noche anterior de esa misma forma entro al palacio de nuevo y con todo el sigilo que hay me escabulló a mi habitación y como un tornado entró a la ducha, y empiezo a lavar mi cuerpo lo más rápido que puedo, salgo de ella con demasiada prisa y casi me provoco una caída que por fortuna no sucedio me voy rápidamente a mi armario y saco un traje de corte ajustado Armani en color negro y me visto de prisa, ni tiempo tuve para peinarme y tuve una cabellera rebelde con eso y más prisas que nunca, salí corriendo al comedor principal donde los guardias al verme a lo lejos abrieron las puertas para mi.

Mis Padres y mi hermana ya estaban en sus sitios respectivos y apenas entre mi Madre me atacó con preguntas

—Anthony Nathaniel Windsor Ackerman podrías explicarme en dónde te habías metido y que son estas horas de llegar a desayunar—

Me miraba con su ceño fruncido desde su asiento, mi Padre y hermana solo seguían comiendo en silencio aunque Kiara escondía su rostro de burla.

—Anthony te estoy hablando —

—Lo lamento Madre, estaba en la biblioteca y se me fue el tiempo —le dije.

—Anthony no me mientas, mande a Diana a que te buscara en la biblioteca y no te encontró así que dime en realidad donde estabas— sus grandes ojos verdes me miraban con molestia

—no miento Madre, yo si estaba en la biblioteca pero no en la principal si no que estaba en la biblioteca del ala oeste —le dije firme aunque con nerviosismo

—eso espero Anthony, ahora siéntate y come tu desayuno —le hizo señas a una de las doncellas para que trajera mi desayuno.

Sin querer hacer la  enfadar más me senté en mi lugar y esperé a que trajeran mi desayuno.

No espere mucho pues rápidamente una de las doncellas coloco un plato con ensalada escalfada de menta, jugo de naranja, tostadas con mermelada y una taza de té negro de Darjeeling.

Todo se ve tan delicioso y sin más empiezo a comer, el silencio sigue reinando en el comedor y nadie hace intento por romperlo.

Cuando voy por mi última tostada es cuando mi Padre por fin se decide a hablar.

— Anthony el día de hoy es un poco difícil para tu Madre y para mi, enviarlos lejos jamás fue algo que cruzara por nuestras mentes pero lo que esta sucediendo es algo muy delicado—

Hago intento de hablar pero su mirada me indica que no lo haga y obedezco

—y si las cosas continúan como van es posible que Inglaterra entre en guerra con Alemania y con Países que se unan a Alemania y mi deber como Monarca es proteger mi País y no solamente eso sino que como Padre también tengo una responsabilidad y eso es guardar y velar por la vida de mi familia, esta decisión fue muy dura para tu madre y para mi, así que te pido que entiendas y que al lugar donde serán enviados cuides de Kiara y de ti mismo—

Se que la situación es difícil pero escuchar a mi Padre decir eso me estruja el corazón y más al ser consciente que solamente nos iremos Kiara y yo y que ellos se quedan como blanco de ataque.

—hijo esto lo hago por el bien de todos y no debes preocuparte porque se que en estos momentos tu cabeza esta teniendo ideas no muy agradables nosotros estaremos bien, así cuando terminen de comer y tengan todo listo partirán a Wistterf y se alojarán en una pequeña casa que ya se encuentra equipada con lo necesario para que ustedes vivan, no tendrán las mismas comodidades que tienen aquí pero podrán sobrevivir y las medidas de seguridad ya están instaladas y verificadas así que no habrá ningún problema, su matrícula en la universidad ya está lista y todo está arreglado usarán los nombres Madeleine y Nathaniel Vlasov Clark tienen ascendencia Rusa y se mudaron por un cambio de aires, están matriculados en la carrera de Administración de empresas, su familia falleció a causa de un accidente automovilístico cuando tenían 10 años y quedaron a cargo de su abuelo paterno Il'ya Vlasov quien actualmente vive en Rusia, tengan mucho cuidado y manténganse al margen, es todo retirense y vayan por sus cosas—mi Padre se retiró y al instante se le acercó Alfred el mayordomo y le dijo que tenía una junta con el primer ministro de Camboya.

En cambio mi madre se levantó y nos abrazó a Kiara y a mi.

—mis niños como han crecido, todavía recuerdo cuando nacieron eran unos pedacitos de cielo tan bonitos, como ah pasado el tiempo—nos dio un apretón en las mejillas — Anthony cuida mucho de Kiara, cuídense entre ustedes y hagan me sentir orgullosa mis niños—de su bolso saco dos tarjetas negras y nos las dio—tengan están son tarjetas sin límite usen las solamente para algo necesario y mantengan un perfil bajo—nos dio un beso en la mejilla —anden mis niños vayan por sus cosas los esperaré afuera—.

Nos levantamos y cada uno fue a su habitación, yo entré a la mía y admiré por última vez la habitación en la que pasé mis últimos años en la viví demasiado, se que el tiempo pasara rápido pero aún así la nostalgia me invade, alejando esos pensamientos de mi cabeza saque una maleta y empecé a sacar de mí armario la ropa más informal que tengo y la tarea fue algo difícil y ahora me arrepiento de no haberlo hecho ayer pero ya no hay vuelta atrás, entre todos los trajes que tengo logré encontrar dos camisas informales y pantalones meti a la maleta solo lo necesario y se que estando en Wistterf comprare más prendas, dejando eso de lado y meti mi laptop y mi iPad a la maleta no importa que esté en un lugar lejano aún tengo responsabilidades y se que el parlamento me estará notificando mis tareas así que estos objetos son necesarios, fue todo lo que meti a mi maleta y un par de zapatos y ya, me acerqué a mi librero y de ahí saqué el pequeño cuadernillo que Él me había regalado y también lo meti a la maleta, las placas aún seguían en mi cuello y eso es algo que ya no cambiara, aunque él ya no esté siempre lo estará en mi mente, corazón y Alma.




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