Príncipe Encubierto

6

Desperté con un dolor de cabeza de los mil demonios, y todo por estar bebiendo como un loco, me levanté de la cama, tomé una toalla y me adentre al baño, el agua caliente me dio la bienvenida y empecé a lavar mi cuerpo y cabello, me pierdo en mis pensamientos cuando el recuerdo de una sonrisa hace eco en mi memoria pero sentir el agua quemando contra mi piel hace que vuelva a la cruda realidad que vivo, me quedo un momento más, para sentir ese calor quemando mi piel, me terminé de bañar lo más rápido que pude y al salir del baño me di cuenta que para ser la primera noche que paso en mi nueva habitación ya está hecha un completo desastre, la colcha de la cama junto con las almohadas están dispersas en la habitación y mi ropa de igual forma, mi maleta donde guardo el licor esta en el suelo y las botella vacías me dicen que no fue solo una botella la que bebí si no que me las tome todas.

 

Diablos!! Esto no era parte del plan

 

Me hago la promesa de que al volver arreglare este desastre
 

Voy directo al armario y saco un traje negro y justo cuando me voy poniendo la camisa me viene el recuerdo de que tengo que vestir como un chico común 
Vuelvo a poner el traje en su lugar y saco una camiseta que me queda un poco más grande y unos jeans ajustados 
Y para completar el atuendo me pongo unos tenis, me lavo los dientes y por fin bajó a buscar a Kiara, al llegar a la planta baja me percató que no hay ni un solo ruido y tampoco rastro de mi hermana así que vuelvo a subir y la llamo pero al no recibir respuesta alguna decido entrar y lo que veo no me sorprende, Kiara esta acostada de una forma un poco extraña, su cabeza sobre sale de un lado de la cama y sus piernas y brazos de igual forma están desparramados, sus cobijas están en el suelo, su cabello está hecho un maraña y a uno de sus pies le falta un calcetín.
 

 

 

Antes de despertarla le tomó una foto para futuros chantajes

 

—Kiara... Kiara despierta —la muevo pero noy resultado y si no supiera que siempre es lo mismo para tratar de levantarla pensaría que esta muerta— vamos Kiara despierta—al no ver resultado tomo el vaso de agua que está en su mesa de noche y sin pensarlo dos veces se lo lanzo a la cara.

 

Como pez fuera del agua despierta toda asustada y cuando logra coordinar bien sus movimientos y se percata de mi presencia me lanza una mirada que promete una venganza, sin esperar mucho salgo disparado de su habitación a la planta baja y entro a la cocina a servirme un vaso de agua para tomarme un ibuprofeno y que  se me quite la resaca.

 

Salgo de la cocina y me quedo parado en la entrada de la casa a esperar a Kiara pero Pasan diez minutos y Kiara sigue sin bajar, miro el reloj y faltan 5 para las 7:00 a.m 
 

 

—Kiara podrías apurarte vamos a llegar tarde— le grito
 

 

No responde pero se escuchan unos tacones bajar por la escalera cuando llega conmigo me doy cuenta que lleva puesto un vestido un poco a bajo de las rodillas color blanco con pequeñas flores de color azul y unos tacones de plataforma, su largo cabello rubio ceniza lo lleva suelto y su maquillaje es natural pero resaltando los finos rasgos de su cara, su muñeca izquierda de igual forma la lleva cubierta con un poco de maquillaje cubriendo así la pequeña marca de nacimiento que nos distingue como parte de la realeza, esta marca es una pequeña cicatriz en forma de Corona y todos los que son parte de la familia e incluso la lejana tenemos esta marca, yo la llevo en mi muñeca derecha y también la ocultó con maquillaje.
 

 

—que se supone que llevas puesto—le dije—tenemos que fingir Kiara que no se te olvide—

—lo se Anthony pero nadie sospechara de una tierna y dulce chica—dijo haciendo pucheros

—vamos ya no hay tiempo para esto—

Salimos de la casa pero nos quedamos parados un momento en la entrada.

—se que será difícil para los dos tratar de fingir algo que no somos, llevo esta ropa y me siento desnudo—le digo a Kiara

Ella suspira y me abraza por detrás

—tranquilo hermano lo vamos a superar solo hay que ser fuertes y no dejar que se nos escape nada —

Después de decir eso, nos subimos a la camioneta blindada que Eren nos dejó y siguiendo sus instrucciones que nos dio, manejé hasta la academia, al llegar al estacionamiento las miradas de todos estaban sobre el auto tratando de mirar a través del vidrio polarizado, buscando un lugar vacío seguí manejando hasta que vi un lugar disponible junto a un deportivo en color rojo, bajamos de la  camioneta al mismo tiempo y las miradas no faltaron .

En este momento es cuando agradezco esa vieja tradición de la familia sobre que nadie debe conocer nuestros rostros hasta que se cumpla la mayoría de edad, y ahora mismo depende de nosotros proteger nuestra identidad.

Empezamos a caminar a la entrada de la academia y podía sentir las miradas clavadas en mi espalda como un puñal pero eso no me afecta porque desde pequeño fui educado para tratar con estas situaciones pero sentí una en específico que me calo en todo el cuerpo y causo un pequeño escalofrío en mi, disimuladamente giré la cabeza y busqué esa mirada hasta encontrarme a un chico de tez blanca, cabellos rubios como el oro y unos ojos azules como el océano, que nos observaba sin apartar la mirada de nosotros, en un segundo su mirada se cruzó con la mía y el sentimiento que me embargó fue extraño.

Ese chico no parecía querer apartar la mirada y entonces lo hice yo, fue algo extraño sin duda pero no era momento de pensar en eso, seguimos caminando hasta llegar a la oficina principal del área de administración.

Llamamos a la puerta y nos recibió un hombre de edad madura, cabellos negros, ojos grises, alto y de buen parecer a pesar de las enormes ojeras que llevaba.

Pasamos a la oficina y nos sentamos a esperar que el director lo hiciera




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