Príncipe Heredero [stiles Stilinski]

Capítulo 4. Enfado y discusiones.


Me encuentro sentado en las gradas viendo el entrenamiento de lacrosse, han pasado tres días desde el incidente en el bosque y desde que Adam me dijo que es un hombre jaguar.

Renuncié a seguir en el equipo, claramente el entrenador pegó el grito al cielo diciendo que no podía salir del equipo cuando no había alguien mas quien ocupase mi lugar, pero como si fuera por arte de magia Adam apareció diciendo que él podía suplantarme, el entrenador lo miró de arriba abajo analizándolo, hasta que al final le dijo que le mostrara lo que tenía.

Todos quedaron asombrados, especialmente yo, por lo bueno que era, incluso mejor que los hombres lobos, pero bueno ni debería de asombrarme, después de todo es un jaguar. Isaac, Jackson y Theo parecían querer moler a golpes a Adam por haberlos apocado, pero el mas molesto era Scott, supongo por que un humano sea mejor que él y le quite el puesto de capitán. Jamas olvidaré la cara de asombro que se cargaban ese día.

Veo a Scott correr con la pequeña pelota en su poder, esquivando los contra atacantes, pero en un descuido suyo es empujado por Adam quitándole la pelota y corriendo al lado contrario al que iba él, lanza la pelota cuando esta cerca de la portería y encesta, las chicas gritan apoyándolo, claro que a Scott eso le molesta.

Adam alza ambas manos en señal de victoria, los chicos que están en su equipo corren hacia él para abrazarlo, en estos días se a vuelto algo popular, me busca con la mirada y al verme me sonríe, le devuelvo la sonrisa, él se ha vuelto mi amigo, aunque debo admitir que aveces se comporta algo raro, pero a pesar de eso es un gran amigo.

El entrenamiento termina, todos los jugadores se van a las duchas, las chicas y chicos que admiraban el juego también comienzan a levantarse para irse a sus casas, las clases terminaron hace una hora pero al entrenador le dio por hecho hacer una jugada por lo cual nadie se ha ido.

Me levanto y cuelgo la mochila en mi hombro derecho con la intención de irme a casa también, prontamente siento una mano agarrarme el antebrazo izquierdo, es Adam, parece que no se a ido a las duchas.

- ¿Ya te vas? - me pregunta al momento de soltarme, se limpia el sudor con esa mano ya que con la otra trae su equipamiento del juego.

- Si, ya es hora - lo miro - Jugaste muy bien - alabo, veo como un ligero sonrojo cubre sus mejillas.

- No lo creo - voltea su rostro evitando mirarme.

- Estoy siendo sincero - comienzo a bajar las gradas.

- ¿En serio? - emita mi acción - seguro te divirtió ver las caras molestas de los lobos - suelta una risa.

- Bueno por que negarlo - camino por el césped de la cancha - ¿A ti no? 
- giro mi rostro para mirarlo.

- Tal vez un poco - responde - pero me gusta mas cuando se molestan por ser tu amigo y me apoyas - informa.

- ¿Ellos se molestan por eso? - inquiero un poco sorprendido.

- Si, no me digas que no te has dado cuenta - reprocha.

- En realidad no, pero me importa poco - respondo serio.

Seguimos caminando juntos hasta llegar a la puerta de salida, veo la patrulla de papá llegar y estacionarse.

- Bueno, supongo que aquí nos despedimos, debo ir a ducharme - mira la patrulla - ve con cuidado - evalúa

- Mmm, igual tú - ordeno a mis pies moverse, llego hasta la patrulla, saludo a papá y entro, por la ventanilla veo a Adam agitar su mano, hago lo mismo asimismo papá arranca para salir de ahí.

- ¿Ese chico es amigo tuyo? - pregunta papá - No lo había visto.

- Se puede decir que si, es nuevo.

- Eso es bueno, me preocupaba que te sintieras solo - anuncia.

- Es un buen amigo - le digo.

El resto del camino hablamos de puras tonterías y alguna que otra broma. Estando ya en casa, papá se fue otra vez al trabajo, subo a la habitación para dejar mi mochila e ir al centro comercial a comprarme un nuevo celular. Agarro el dinero suficiente de mi ahorro y salgo otra vez de la casa. Tomo la bicicleta que desde hace mucho no uso y me monto en ella, a mi Jeep le falta todavía repararse y según el mecánico estará listo el lunes por la tarde.

Paso por el bosque sin detenerme, hoy día no quiero meterme en problemas, tiempo después llego al centro comercial algo cansado y con un poco de sudor bajando por mi rostro. Me desmonto de la bicicleta y la dejo parada cerca de un poste, me limpio el sudor con mi antebrazo guiando mis pies a la entrada del centro. Busco en el primer piso igualmente al segundo piso un puesto donde vendan lo que necesito, casi nunca vengo por aquí por lo que se me hace difícil localizar dicho lugar.

Cuando al fin encuentro un distribuidor, entro al local, una chica algo mayor que yo me atiende, preguntando que tipo de marca o diseño busco, me enseña muchos celulares de colores diferentes, tamaños y marcas hasta que uno de color negro me llama la atención, la miro de adelante para atrás, es perfecto, le pido eso, me da el numero y demás cosas que contiene en una cajita, cancelo el costo y salgo de ahí. Camino al lugar donde dejé momentos atrás la bicicleta, me monto en ella y pedaleo pasando de los pocos autos de la carretera, a mitad del camino mi estomago ruge por hambre, no he comido nada desde el almuerzo, cerca de donde estoy diviso un puesto de comida rápida, voy hacia ahí, me bajo de la bici y entro al local, la campanilla de la puerta suena cuando la abro anunciando mi presencia, hay poca gente, tomo asiento en una esquina para esperar que alguien me atienda, una carta se encuentra encima de la mesa, lo agarro y leo los múltiples platillos que tienen, para ser un local chico tienen muchas cosas para comer, después de unos cuantos segundos una mujer de unos veinticinco años mas o menos se acerca.

- Hola, bienvenido, ¿Que desea ordenar? - pregunta amablemente.

- Eh, bueno... - miro la carta leyéndola, no se que elegir, todo parece rico y apetecible en los dibujos que aparecen a un lado de los nombres de los platillos - Cualquier cosa esta bien - digo al momento de dejar la carta en la mesa.




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