Príncipe Heredero [stiles Stilinski]

Capítulo 13. Cita.

Un nuevo día a comenzando, es sábado y este día será muy especial, ¿Por que? Bueno, Adam me a pedido tener una cita con él.

Nuestra primera cita al fin.

Mi padre como siempre está en su trabajo, pero ya él sabe donde estaré pues el chico jaguar le había pedido permiso para dejarme salir el día de hoy, debo decir que mi papá aceptó mas que encantado pero con la condición de devolverme a casa antes de las diez de la noche.

Me dirijo al baño para darme una ducha. Adam va a venir a eso de las ocho y solo faltan treinta minutos. No tardo mucho en bañarme, ya en mi habitación voy hacia el ropero para escoger la ropa adecuada para esta ocasión.

Saco y tiro prenda por prenda fuera del ropero al suelo. No hay nada que me guste vestir, suelto un suspiro cuando no encuentro nada agradable, hasta que recuerdo la ropa que me compró Adam la vez pasada cuando fuimos al centro comercial con los chicos. Voy hacia uno de los cajones del ropero donde las había metido para que se conservaran bien.

Me comienzo a vestir con la ropa que e elegido, un pantalón negro un tanto ajustado, una camiseta blanca y encima de esta me puse una camisa igual negra con las mangas hasta los codos, me puse unas medias grises y calzo unos tenis blancos. Me miro al espejo, me veo bien, acomodo un poco mi cabello para luego echarme algo de colonia.

Estando ya listo agarro mi móvil y bajo a la sala para esperar a Adam, me siento en un sillón y prendo la pantalla para pasar el tiempo.

Estoy ansioso y nervioso, jamás e tenido una cita, así que no se que es lo que debo hacer, pero aun siendo así me siento feliz por que pasaré tiempo con Adam, se que en el instituto estoy con él, pero no es lo mismo que estar todo el día a su lado.

La película que se reproduce en la pantalla ni siquiera le presto atención, en mi mente solo está los pensamientos de lo que quiero hacer este día con Adam, me gustaría ir a los juegos, hace mucho que e querido ir, pero es aburrido ir solo, también creo que al atardecer lo llevaré al lago, nadie conoce ese lugar y tampoco e llevado a nadie ahí pues es muy especial para mi, pero Adam es también alguien especial en mi vida y quiero compartir ese lugar con él.

Unos toques en la puerta me atrae en la realidad, me levanto y camino hacia la puerta, la abro y tras ella se revela a Adam, lo admiro, Dios, se ve tan hermoso, su pantalón vaquero negro, polera negra y chaqueta negra lo hacen ver como todo un chico malo pero en realidad es todo una dulzura. Todo lo contrario a como se viste.

—Hola Stiles — me sonríe para luego inspeccionarme — Estas tan lindo, hermoso — musita con las mejillas sonrojadas.

— Gracias — contesto apenado — igual tú estas hermoso — le miro con una sonrisa de bobo.

— Gracias — se lleva una mano en la parte trasera de su cuello, está nervioso, que puedo decir yo estoy peor — Bueno, vamos.

— Claro — salgo de la casa y cierro después, caminamos unos cuantos pasos hasta llegar a una motocicleta negra estacionada, miro confundido a Adam —¿Es tuya? — inquiero.

— Si.

— ¿Desde cuando tienes una motocicleta? — le pregunto.

— Lo compré hace poco — declara con una gran sonrisa — ten, ponlo — me pasa un casco negro.

— De acuerdo — me la puse.

Después de eso ambos no subimos a la moto y el pone en marcha el vehículo de dos ruedas.

Al cabo de un tiempo Adam estaciona en una pequeña cafetería, me bajo y espero a que él lo haga también. Mientras tanto me entretengo en mirar el local de color crema con un letrero pintado en grandes letras arriba de la puerta que dice "Love Coffe" nunca la había visto.

— Y, ¿Que te parece? — cuestiona Adam ya a mi lado.

— ¿Donde estamos? Jamas había estado por aquí — le digo mirando a mi alrededor, todo se me hace desconocido y eso que e vivido aquí en Beacon Hills desde pequeño.

— Estamos en la parte sur del pueblo, el café de aquí es demasiado delicioso y los pastelillos ni que decir, siempre e querido traerte, pero luego con los entrenamientos en el lacrosse y el que tú practiques tu poder con el señor calvo, no a habido tiempo — informa — ¿Entramos? — me tiende la mano la agarro y caminamos el pequeño tramo hacia la cafetería.

Él como todo un caballero me abre la puerta y me deja pasar primero arriesgando en soltar mi mano.

Nos sentamos en uno de los puestos cerca de la ventana donde algunos rayos del sol se filtran por ella.

Una mesera joven se acerca a nosotros para hacer nuestros pedidos con un cuadernillo y un lapicero en manos. Los tacones de sus zapatos retumban por el lugar cuando camina.

— Buenos días, bienvenidos — una sonrisa amable se puede apreciar en sus labios — ¿Que desean pedir? — pregunta, su mirada no se aparta de mi humanidad, eso me incómoda un tanto.

—Yo quiero un café con poca azúcar y una rebanada de pastel de arándanos — pide entre dientes el chico jaguar, con la intención que la mesera deje de mirarme.

— En seguida — anota el pedido en el cuadernillo sin mirar a Adam — ¿Y usted? — se dirige a mi.

— Un café con leche y una rebanada de pastel de chocolate y fresas — pido yo, amo el chocolate.

—Bien, en un momento les traigo sus pedidos — hace una reverencia y se va.

Veo como Adam mira la puerta por donde la chica a ingresado.

—¿Sucede algo? — inquiero.

— Esa chica huele raro — dice — no huele como un humano.

— ¿Que dices? — sus ojos atrapan los míos.

— Su olor es diferente a los humanos.

— ¿Estas seguro? — arqueo una ceja.

—Si — insta.

— Tal ves sea una mujer lobo — indago.

— No — niega — no huele como un lobo, es diferente — se ve confundido.

— Puede ser su perfume.

—Tal vez lo sea — dice no muy convencido — Pero dejemos eso de lado — sonríe — el café es delicioso y los pastelillos o bocadillos como quieras decirlo te dejará en las nubes — habla emocionado.

— En serio es delicioso o solo me trajiste aquí por el nombre de esta cafetería — le molesto, sus mejillas rápidamente toman color por mis palabras.




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