Prioridades

8

Ya tengo un mes saliendo con Elías, y poco a poco se ha ido apropiando de mi tiempo. Nos vamos juntos al trabajo y después de nuestras actividades se queda en casa hasta la noche. Aún no somos novios formales y tampoco hemos tenido relaciones sexuales.

Disfruto pasar el tiempo con él, hemos descubierto que tenemos varios intereses en común, como hacer ejercicio, ver películas y comer pizza.

Quien aún no se da por vencido es Mateo, no me gusta engañar a las personas, así que le conté de la existencia de Elías desde la primera cita que tuvimos. Todas las noches intercambiamos mensajes, se estaba convirtiendo en un buen amigo, y mi confidente. Fue quien me ayudó a olvidarme de Patricio con sus ocurrencias mientras tramitaba la beca.

Se puede decir que Elías me tenía durante el día y Mateo se apropiaba de mis noches, ya tenía el mal hábito de no poder dormir si no recibía un mensaje suyo. Algo tonto, lo sé, pues realmente solo nos habíamos visto un par de veces, y no puedes conocer en realidad a una persona por mensajes de texto, debes convivir, conocer sus hábitos y manías.

Mateo:

¡Buenas noches! ¿Cómo estuvo tu día, "AMIGA"?

Cassie:

Muy productivo y cansador. Trabajé por la mañana y por la tarde salí con Elías, hoy corrimos 10Km.

Mateo:

Sigue haciendo ejercicio con él. Resérvate para que sea yo quien te canse de otra manera.

Cassie:

Te urge una novia que te canse de esa manera. Jajajaja

Mateo:

Ya te he dicho que esa serás tú.

Cassie:

Eres puro cuento, mientras vivimos en la misma ciudad solo te limitaste a enviarme mensajes de texto. Nunca tuviste interés en salir conmigo.

Mateo:

¿Y por qué estás tan segura de que estábamos en la misma ciudad?

Cassie:

No me dijiste lo contrario.

Mateo:

Te he dicho varias veces que soy un joven asalariado y tengo varios trabajos.

Cassie:

Tampoco me has especificado cuales ni donde. ¿Eres narco, o un sicario?

Mateo:

No, solo un asalariado que trabaja todo el día. Pronto te daré una sorpresa. Me despido, que descanses, "AMIGA".

Cassie:

Que descanses, "AMIGO".

La noche siguiente, me estaba arreglando para ir a una cita con Elías, cuando lo vi a través del espejo.

—¿A dónde vas vestida así? Ese vestido es muy corto. —Preguntó Elías entrando a mi habitación. Se puso detrás de mi, y me dio una palmada en la nalga.

—¡Oye! —Le reclamé—. Te pregunté a donde iríamos y me dijiste que a cenar, así que no armes dramas, que me vestí así para ti. —Me giré hacia él, me puse de puntillas e intenté darle un beso en la mejilla, pero volteó su cara y me besó en los labios. Fue un beso pequeño que le correspondí sin llegar a profundizarlo.

—De acuerdo. Vamos. —Dijo Elías, sin sonar convencido.

Llegamos a un restaurante francés muy elegante, de esos en los que necesitas hacer reserva con semanas de anticipación; me sentía fuera de lugar.

—Aún no entiendo cómo conseguiste una reservación en este lugar. —Dije mientras esperábamos a que nos asignaran una mesa.

—Conocí a un chico en las prácticas de fútbol que resultó ser chef, y trabaja en este restaurante. Me dijo que se acercaría a saludarnos al terminar la cena.

La hostess nos dirigió a nuestra mesa, ubicada en el jardín del restaurante. Era un ambiente muy romántico, decorado con flores, luz tenue y velas iluminando la mesa.

Como todo un caballero, Elías me ayudó a sentarme y después tomó asiento frente a mí. La hostess nos entregó el menú.

—Disfruten su cena. En un momento se acercará un mesero a tomarles la orden. —Se despidió la hostess.

Vi el menú y no entendía nada. Todos los platillos estaban descritos en francés. Volteé a ver a Elías y se estaba riendo.

—No entiendo nada. —Confesó.

—Lo mejor que podemos hacer para no parecer unos tontos, es esperar a que llegue el mesero y le pedimos la sugerencia del día. —Comenzamos a reír.

El mesero llegó y nos explicó la sugerencia del día en un perfecto francés. Al ver nuestras caras de duda, nos explicó en español.

Pedimos nuestra cena y el mesero se retiró, dejándonos solos. Elías me tomó de la mano, y depositó un beso en el interior de mi muñeca. Iba a decirme algo, cuando mi teléfono sonó.

—No contestes, estamos cenando y eso es de mala educación.

—Lo siento. Debo contestar, son mis padres. —Intenté ponerme de pie y me detuvo.

—No tienes porqué irte, puedes hablar con ellos aquí.

—Son mis padres, necesito privacidad para hablar con ellos. Solo serán unos minutos. —Dije, y contesté— ¡Hola, mamá!




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