Profesor Jeon

capitulo 53

 

Mire el techo donde estaban pegadas algunas figuras de estrellas fosforescentes. Apague la lámpara de la mesita de noche y observe como alumbraban, era hipnotizaste, de hecho... lo más interesante para mi ahora.

Luego de haber pasado toda la tarde caminando por el jardín botánico buscando la salida, un guardia de seguridad me encontró y se ofreció a llevarme a casa, yo acepte... y desde que llegue me encerré en el cuarto de Jackson y no he salido desde entonces. Tampoco me levante para ir a liceo.

No quería verlo, no quería ver a nadie. No quería ir al liceo nunca más.

-Daniela... -escuche la voz de Hoseka del otro lado de la puerta, tocando dos veces- ¿Vas a cenar?

-No tengo hambre...

-No has comido nada en todo el día...

Mire el techo nuevamente y me extrañe al saber que el día había pasado tan rápido. Juro que fue hace un momento cuando ella subió a preguntarme si quería almorzar, A lo mejor todo el tiempo que dure viendo aquellas estrellas si me hicieron viajar en el tiempo.

¿Podrán hacerme volver a mi niñez, a mi adolescencia? Para no enamorarme de mi profesor... en mi nacimiento, para enredarme con el cordón umbilical y asfixiarme para no nacer.

Mamá seguiría con papá, o tal vez no... Jungkook estaría con Jessica... o quizás no.

Jungkook.

Gotas calientes se resbalaron por mis mejillas y cerré los ojos, quisiera deshacerme completamente, pulverizarme o morir, tan solo morir...

Estoy debajo de lo más bajo.

Me moví sobre el colchón y quede boca abajo para abrazar la almohada y que la tela secara mis lágrimas, me dolía la cabeza de tanto llorar y mi nariz estaba totalmente llena de mocos, soy sencillamente lo más estúpido y lamentable que existe.

Jungkook. Esto es lo que me hiciste, Así estoy por ti... un ser que no lo vale. Un ser que no puede ser llamado hombre.

Recordé mis tiempos de primer año, el cómo corría hacia mi salón para verlo, el cómo me ruborizaba cuando él tomaba un mechón de mi cabello y decía que le gustaban mis colitas, que me hacían ver tierna... Tan inocente, y tan ilusa.

Maldito Jungkook, ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué seguiste conmigo cuando sabias que no ibas a soportarlo, que no estarías realmente allí? Aun cuando me juraste que estarías... ¿Por qué no estás conmigo ahora?

Creo que si el hecho de que esto se fuese acabado era porque ya no le gustaba, que sencillamente solo estaba jugando conmigo, me dolería menos. Pero... que me haya dejado porque no tiene la capacidad de darle cara al mundo y decir que me ama... maldita sea, duele en todo lo que se llamaba sistema respiratorio.

Yo estaba dispuesta a defenderlo, a defender nuestro amor, a gritarle al mundo que lo amo y presumirlo frente a todos, pero no... él solo me quería a escondidas.

Si el problema era en que él era mi profesor, eso no era una excusa, pronto saldría de 5to año, pronto me graduare, no será más mi profesor. Si el problema era que era menor de edad, en pocos meses cumpliré la mayoría de edad. No hay excusa para su decisión...

Es un maldito cobarde de mierda.

*

-Te Amo, Daniela. Eres lo mejor que tengo...

*

Jungkook es el ser del que me enamore, ese tipo de hombre que al pasar te droga con su perfume y te deja temblando las piernas por su mirada, es ese tipo de hombre con actitud fría pero con una personalidad calidad, hombre que sabe marcar una huella en las personas, hombre que supo donde darme para hacerme derrumbar por completo. Si, Jeon era ese tipo de hombre... de esos que saben joderte el corazón.

 

*-*-*-*

-Daniela...

Sentí una sacudida la cual me hizo despertar por completo. Mire sobre mi hombro y era Hoseka, dándome suaves caricias en mi cabellera.

-Son las seis de la tarde, dormiste todo el día...

Frote uno de mis ojos y suspire, la luz de la lámpara empezaba a molestarme.

-Kimi vino a buscarte dos veces pero le dije que aun seguías dormida.

Volví a apoyar la mejilla de la almohada para cerrar mis ojos, abrigándome más a la sudadera de Jackson.

- ¿cenaras?

Negué, sentí una última caricia para luego segundos después escuchar la puerta cerrarse.

Y sin más... volví a dormir...

*-*-*-*-*

-Daniela...

Abrí los ojos, encontrándome con una bandeja de comida. Hoseok me dedico una sonrisa.

-Es hora de comer.

-No tengo hambre...

-Por favor, mi amor. Come algo... Falte a la iglesia para estar contigo y darte de comer. No me desprecies el desayuno... mira –Me enseño la bandeja pero no me moleste en verla- Son dos arepas con huevos revueltos, compre tu fruta favorita y te hice jugo de durazno. También te prepare un poco de avena como postre... Anda, come por mi ¿sí?

El hecho de que me haya dicho que falto a la iglesia me hizo saber que ya era domingo, y aunque no me sorprende haber estado casi tres días en cama... si sentí que las horas pasaron muy rápido. Mire a Hoseok y al ver que no pensaba darse por vencido me senté, arrepintiéndome al momento al sentir un fuerte dolor en mi estómago.

De seguro por no haber comido nada en estos dos días, pero lo ignore.

Hoseok me dio un poco de agua antes de empezar a darme la comida en la boca y yo como una buena niña la acepte, ganándome una sonrisa de su parte. Al final termine por comerme una por la mitad, él término de comerse todo. Se ofreció a bañarme, ya que por alguna extraña razón creía que tenía dolores menstruales y pregunto que si sentía vergüenza al verme sangrar. Le dije que no, porque obvio, no estaba en mi siclo.

Deje que Hoseok me enjabonara y pasara la esponja de baño por mi abdomen y vientre, siendo realmente muy cuidadoso y cariñoso con su tacto, en todo el transcurso me sostuve de su brazo el cual estaba sujetándome fuertemente del abdomen, ya que estaba tan débil que ni me podía sostener de pie sola. Al terminar me enrolló en una toalla y me cargo hasta la cama, dejándome en el colchón...




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