Cuando Jasper apareció frente a mí solo una palabra llego a mi mente: problemas. Aún estoy sorprendida por la actitud de Benjamín hacia Jasper, no puedo creer que él de verdad lo considere un gran amigo. O tal vez solo se aprovecha de que Jasper es rico y apuesto que lo lleva de vacaciones con él muchas veces, debo agradecerle a Jasper todas esas veces donde lo mantuvo ocupado y yo feliz de que lo hiciera. No es fácil soportar respirar el mismo aire que ese maldito infeliz. Benjamín es una basura de hombre, un canalla que merece todo lo malo de esta vida.
Hoy llevó a esa chica que se adueñó del infierno que llamo casa y me echaron, ellos me echaron descalza y con esa bata que ella trajo, me echaron aun sabiendo que estaba haciendo un frío insoportable, pero prefiero tener frío que tener a Benjamín cerca de mí, prefiero que me torturan a que Benjamín toque mi piel ensuciándola con sus asquerosas manos más de lo que ya lo ha hecho. Prefiero cualquier cosa que no sea a ese bastardo cerca de mí, nunca nadie se ha ganado tanto desprecio como lo tiene Benjamín. Y eso que no me gusta odiar.
Pero es algo inevitable cuando él es una basura de persona que solo mancha nuestra sociedad. No me importa que lo llevó a ser un maniático, tal vez tuvo un pasado duro, tal vez solo lo hace porque le parece divertido verme sufrir. Lo que quiero decir es que no me importa cuál es la excusa que tiene Benjamín para todo el daño que me hace; no hay razones para justificar sus acciones. Benjamín es lo que más temo y por lo que estoy estancada en este túnel sin salida, espero algún día tener el valor de salir por mí misma.
Jasper conduce en silencio y yo estoy nervioso, estaré en su casa, bajo su techo. Eso me pone nervioso y mucho. Muerdo mis labios mirando por la ventana, pero no puedo ver nada ya que solo es oscuridad lo que se percibe. Mañana pienso ir a ese sitio de ayuda que Diana me recomendó. Quiero lograr lo que me propongo y eso es salir del agujero donde estoy estancada. No pienso ser más esta sombra de chica, quiero vivir sin temer a que ese lunático me violara o maltratara, estoy cansada de esta historia. No sé qué pasó, pero desde ese día que Jasper me salvó Benjamín no me ha puesto un dedo encima. Si ha habido golpes, pero no igual que antes, está más tranquilo lo cual que tiene en alerta, no sé a qué se debe su comportamiento extraño, no digo que me moleste, es obvio que no cuando no tiene sus sucias manos sobre mi cuerpo. ,
Jasper detiene el auto y luego lo rodea para abrirme la puerta. Con un último suspiro salgo del auto con su ayuda. Mis ojos se abren enormes cuando veo el grandioso lugar. Es lo más parecido a una mansión.
—Es hermoso—murmuro enternecida con todo lo que veo. Altas paredes de levantan en una elegante casa.
—Vamos dentro, hace mucho frío—asiento de manera distraída y lo acompaña. Él lleva mis cosas y no digo nada, aunque quiero bombardearlo con preguntas aun me siento cohibida y temerosa de estar con él. Más que temerosa me siento muy nerviosa por lo que juego con mis manos mientras caminamos.
—Ya están todos durmiendo—comenta—sígueme—lo sigo sin rechistar subiendo las escaleras. Jasper sigue caminando hasta dar con el pasillo izquierdo donde abre la última puerta—esta es una de las habitaciones para huéspedes, siéntete cómoda—me dice y entro mirando la horrorosamente espaciosa habitación. Me deja pasar y me abrazo a mí misma, armándome de valor giro a mirarlo encontrando su mirada puesta en mí. Trago en seco y vuelvo a jugar con los dedos de mis manos, respiro hondo.
—¿Por qué me ayudas tanto?—pregunto cruzando los brazos a la altura de mi pecho—soy apenas una chica que conociste hace algunos meses, no somos nada. Solo alguien que salvaste de morir, luego de eso creo que no caemos ni siquiera en considerar nuestra relación como amistad, trabajamos juntos, pero nada más—término de decir sentándome en la cama.
Jasper entra cerrando la puerta. Cierro los ojos esperando enloquecer, esperando que mi corazón lata como loco, esperando que mis ojos se llenen de lágrimas, pero nada de eso pasa.
Abro los ojos y miro a Jasper quien está sentado frente a mí. Sus ojos parecen tan profundos. No hay terror en mí y eso me deja asombrada porque cuando estoy cerca de un hombre en un espacio cerrado todo lo que mi cuerpo y mente maquinan es la manera de huir, el miedo a que me hagan daño, pero nada de eso aparece en este momento.
No tengo miedo.
—No lo sé—responde pareciendo sincero—tengo algo que me hace querer protegerte de todo lo malo. No sé qué me pasa contigo, pero desde que te salvé quiero salvarte de todo lo malo. Te veo como una chiquilla perdida a la cual debo orientar—algo dentro de mí se oprime de mala manera y eso hace fruncir el ceño.
—No soy una niña—le digo mordiendo mi labio de manera distraída.
—Eso lo sé, sé que eres toda una mujer Allen —dice con la voz un poco aguda—pero te veo de esa manera—respiro hondo porque no sé qué me pasa, me estoy enojando.
—Solo por eso me ayudas?—pregunto limpiando el sudor de mis manos.
—Me recuerdas que tengo una sobrina pequeña que cuando mayor puede ser tú, no quiero eso, no quiero que ella tenga esa mirada tan dolida en vez de tener una brillante mirada que resplandeciera—un jadeo queda atrapado en mis labios—eso es lo que Pasa Allen. Déjame ayudarte por favor—miro a otro lugar extrañada. Quiero que me abrace, quiero que nuevamente me sienta protegida en los brazos de él.
¿Qué me pasa? Esta definitivamente no soy yo y no entiendo porque quiero un abrazo de él justamente, o tal vez sí. Jasper me hace sentir lo que hace mucho no sentía: estar protegido. Encuentro una calidez familiar en sus brazos que me recuerda a mi familia. Me recuerdo cuando mamá me despertaba regalándome una bella sonrisa cada mañana.
Como molestaba a mi hermano pequeño hasta hacerlo enloquecer. En como escuchaba atentamente lo que mi abuelo me contaba para que pueda hacer mis tareas de historia. Son tantas cosas que un solo abrazo puede ofrecerme que me confunde mucho, demasiado.
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Editado: 09.12.2024