—¿Quieres cenar esta noche en mi casa?—le pregunto a Diana mientras cierra la computadora portátil al terminar de copiar el diseño que guarda hace un momento en la carpeta correspondiente. Aunque realmente debería invitarla a almorzar conmigo porque casi es nuestra hora.
—Claro, aunque creo que alguien más quiere cenar contigo—dice divertida viendo como Alex, nuevo socio, no deja de mirarme. Lleva todo un mes en querer llevarme a cenar, un café o algo que se asemeje a salir con él, por lo cual, cordialmente lo rechazo.
Él se da cuenta de que lo observa y me regala una sonrisa, se la devuelvo para no parecer una mala educada y vuelvo mi vista a Diana quien nos observa divertida. Ruedo los ojos a lo que ella sonríe más divertida. Alex es agradable en lo poco que hemos hablado, pero no busco un romance en el punto que está mi vida justo ahora, de hecho, no estoy interesada en uno.
—Pero eso no va a pasar—le digo deteniendo lo que hago para verla con seriedad, ella suspira.
—En serio que no te gusta ni un poco?—pregunta Diana mordiendo la punta de un bolígrafo.
—No, ya deja de hablarme de lo mismo por favor ¿sí?—ella respira resignada y asiente.
—No quise molestarte, pero como el hombre parece ser buena persona persona—se encoge de hombros y la miro.
—Benjamín también parecía ser buena persona y salió siendo un jodido loco de mierda—ella jadea por mis palabras y yo también lo hago.
—No por un error vamos a calificar a todos los demás como tal, no vamos a generalizar Allen—no digo nada por lo que simplemente le regalo una sonrisa.
—Davis, mi suegra Eva quiere hablar contigo—tengo ganas de decirle que es Exsuegra ya que ella y Jasper no están juntos. Pero como valoro mi trabajo solo asiento y veo que Diana tiene ganas de soltarle las mañanitas.
Esa mujer volvió luego de un tiempo desaparecida y está más insoportable que nunca. Aquí algunos se han dado cuenta que su problema es conmigo y no entiendo el por qué. Yo no le he hecho nada para que ella me desprecie con toda esa pasión que lo hace. Siempre trata de menospreciar mi trabajo, es grosera y me lanza miradas abiertamente de odio, pero como dije, no entiendo el porqué de su desprecio.
Trato de ser amable con ella, pero ella puede sacar lo peor de mí. Cree que es el centro del mundo y la verdad me canso, siempre tiene algo que criticarme.
—Voy enseguida señorita—me regala una sonrisa falsa que quisiera devolverle de regreso. Me pongo de pie y suspiro, estas semanas son un caos por el desfile que será en dos días.
Hace cinco meses que Benjamín y Jasper se marcharon y la verdad, aunque Benjamín esté lejos no puedo estar de todo en paz. Me envía mensajes amenazantes sobre cómo se enojará si estoy haciendo algo mal, lo que se traduce a que todo lo hago mal y está enojado conmigo por el simple hecho de no estar para lo que él quiere.
Toco la puerta y me gritan que pase. Entro y Eva se encuentra con la señorita Te odio solo porque así lo quiero.
—Allen, pasa y toma asiento—hago lo que ella me dice y estoy sentada al lado de Raisa que no tarda en darme una sonrisa que me estremece por la mirada que me dedica al mismo tiempo.
—¿Sucede algo?—pregunto al ver la mirada de odio que me envía Raisa.
—Este vestido será el último en presentarse—miro cuál es y ese fue el que más me gustó—es un diseño increíble el que hiciste y Jasper supo cómo moldearlo a la moda—asiento en comprensión—pero no quiero que cualquier persona lo modele, quiero que lo hagas tú. ¿Qué me dices? ¿Aceptas?—abro los ojos con sorpresa mientras siento que mi corazón bombardea más rápido de lo normal.
—Pero yo no soy modelo—murmuro lamiendo de manera nerviosa mis labios para luego morderlos. El corazón me tarde enloquecido por las palabras de Eva.
—Lo sé, pero creo que ese vestido lleva tu nombre, es increíble—cierro los ojos y respiro hondo—entiendo si no lo quieres hacer, pero creo que te serviría para confiar más en ti—asiento despacio. Ella se preocupa por mí.
—Creo que si ella no quiere no debe hacerlo, yo soy la más indicada para llevar—me mira y hace una muesca de asco—ese vestido fue confeccionado con telas muy caras para alguien que acostumbra a usar esas cosas—señala mi falda y mi camisa ancha—no creo que sea lo mejor Eva—me siento intimidada.
Raisa es hermosa, confiada y sabe que tiene un cuerpo esplendido, creo que ella sería la mejor opción para modelar el vestido. Además, el vestido es muy ceñido al cuerpo y todavía no tengo la confianza suficiente en mí misma para ponerme un vestido así, pero que me critica ella no me gusta para nada. Me quedo en silencio porque Raisa al parecer espera que diga algo para ella lanzarse contra mí.
—Quiero que lo pienses y mañana me des una respuesta Allen, piénsalo ¿sí?—asiento y me pongo de pie.
—Mañana doy una respuesta, con permiso—salgo tan rápido como puedo y me topo con Alex.
Al principio no me gustaba estar a su alrededor ya que la primera impresión que tuve de él no me gustó, pero a medida que hablamos ya no creo que sea tan mala persona, creo que es agradable hablar con él. Además de que es divertido, solo que es un poco coqueto para mí y no me gusta que sea tan abierto a que quiere una salida conmigo porque no se ve en plan amistad que es todo lo que puedo ofrecerle.
—Allen, voy de camino a almorzar ¿quieres venir?—me pregunta con una sonrisa digna de comercial.
—Claro—la sorpresa es evidente en su rostro—deja que vaya por mi bolso—le regalo una sonrisa y camino hasta mi oficina donde Diana está en una llamada telefónica que la tiene sonriendo como boba. No hay que ser un genio para saber que se trata de Santiago.
—Espera un momento amor—ella me mira—¿vas a almorzar?—asiento—¿quieres que te acompañe?—pregunta y lamo mis labios.
—Iré con Alex—sus ojos se abren ligeramente y una de sus cejas se eleva con magisterio mientras me sonríe.
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Editado: 09.12.2024