El sudor que recorre mi espalda y las transpiraciones de mis labios es la señal de que logré, logré levantar el rostro y una canción puso en claro que nadie vale más que yo. Las modelos me miran sorprendidas y solo un minuto luego el grito de Diana me espanta y me sorprende abrazándome con fuerza y con lágrimas en sus ojos. Respiro calmando mi respiración y corresponde su abrazo. Ya di un paso, puedo seguir dando los de más.
Aunque es difícil luchar, porque mi lucha es contra el monstruo que permanece en mi cabeza atormentándome. Ese es el más peligroso, pero hoy se siente como que di un paso tan enorme que nadie podrá quitarme esta dicha y este orgullo que siento de mí misma y de las acciones que estoy haciendo.
Le regalo una temblorosa sonrisa que ella me corresponde. Sus ojos marrones se miran cristalinos y luego la primera lágrima cae por sus mejillas. Diana ha sido la persona que más me ha apoyado. Desde el principio ella ha estado instándome a superar lo que llevo, a que salga del calvario en el que vivo. Sin todo su apoyo y sin su confianza no sé si yo hubiera sido capaz de un día simplemente decidir que ya es suficiente. Ella es una gran motivación para mí y que ahora me mire con esos ojos que parecen orgullecidos de mí, me hace tener un nudo en la garganta.
—Estoy orgullosa de ti—el susurro que deja hace que mi corazón se caliente de felicidad. Mis labios tiemblan antes de que las lágrimas empañen mis ojos al bajar.
Ella sabe cuán importante son esas palabras para mí, su cuerpo sigue abrazado al mío, me siento un poco en paz conmigo misma. Un sollozo se me escapa y ya no me importa quién me vea, estas lágrimas son de batalla, batallé contra muchos de mis tormentos en ese escenario y salí victoriosa. Estas son lágrimas de una batalla ganada. Ella se separa y limpia mis mejillas.
>> Nadie, nunca Allen, nunca valdrá más que tú—asiento sin hablar ya que gracias al enorme nudo que mi garganta mantiene no puedo—tú eres una de las mujeres más valiosas que posee este asqueroso mundo, tú vas a seguir luchando y saldrás como hoy; victoriosa y con la cabeza en alto—le regalo una sonrisa y Sam aparece.
—Lo hiciste increíble cariño, estoy orgullosa de ti—Diana se separa y él me abraza—es hermoso ver que dejaste alzarse un poco de esos pétalos tan magistrales que ocultas, eres hermosa—le sonrío sin saber que decir.
—Muchas gracias—el nudo en mi garganta crece—yo...
—Tú brillaste como siempre lo has hecho, solo que esta vez tu brillo fue impresionante Allen—levanto la mirada y Jasper se encuentra ahí, parado en el umbral de la puerta con una sonrisa encantadora y su madre al lado—eres increíble—todas las modelos lo miran fascinadas y no es de menos, él no me ve nada mal en ese traje.
—Allen—Eva camina hasta detenerse frente a mí—eres increíble—ella me abraza y mis brazos la rodean. Abrazarla me hace sentir como si mi madre estuviera aquí, ella me abraza con todo ese cariño maternal que posee.
—Yo...
Las lágrimas y los sollozos me invaden mientras la prieto con fuerza hacia mí. Oculto mi rostro contra su pecho mientras sus manos acarician mi pelo, me siento bien conmigo misma, algo que hace tiempo no sentía y me siento viva, muy viva.
Se siente como que luche contra todo y todos, puede que se considere algo dramático todo esto, pero cuando el temor a ser juzgada, el temor a fallar, el temor a vivir te ataca, cada vez que hago algo fuera de lo que considero mi zona segura se siente como algo fuera de lo normal, majestuoso.
Cuando mi llanto se calma me informan que todas las chicas están fuera y que esperan por mí. Sam acomoda mi maquillaje y prácticamente me lanza afuera con una sonrisa amigable.
Una lluvia de aplausos me recibe y no puedo evitar que mis mejillas se sonrojen. Les sonrío tímida mientras las chicas me esperan. Me detengo a su lado y las fotos y los aplausos no se detuvieron. Ahora mismo siento que puedo hacer todo. Que todo lo que me proponga lo puedo lograr, mientras confie en mi puedo hacerlo.
Ahora me encuentro sentado en el camerino privado que me otorgó la señora Lewis. Todavía tengo el vestido y hace media hora que las demás chicas ya están en la celebración que se iba a hacer por el triunfo de la nueva línea.
Yo necesitaba un momento a solas conmigo. Tratar de que mi corazón deje de latir tan emocionado. Una vaga sonrisa se pasea por mi rostro. Miro mis manos que aún se sienten temblorosas y una enorme sonrisa se posa en mis labios porque sé que Benjamín estará furioso, pero le dije muchas cosas con solo una canción, alce mi voz y sé que él comprenderá todo lo que quise decir. Cierro los ojos tratando de calmar todo el mar de emociones que soy en este momento.
—Es hermosa la vista—abro los ojos mirando a la puerta, no lo sentí entrar—la vista más hermosa es tu sonrisa, Allen—lo miro sorprendida.
Jasper se encuentra de pie ahí, tan tranquilo y tan inalcanzable a la vez. Sus ojos grises me miran transmitiéndome tanta confianza y tranquilidad. Yo me quedo en silencio mirándolo, estoy tan agradecida con él también. Porque me encontré en un momento vulnerable de mi vida y todo lo que he recibido por su parte ha sido: amistad, amor, confianza, respeto… paciencia.
—Yo...
—No digas nada—él camina hasta detenerse frente a mí, se arrodilla y me mira—cuando te dé un cumplido solo debes decir gracias, no lo compliques—su mano va a mi mejilla acariciándola como siempre lo hace cuando puede, con suavidad y dulzura—luciste como un ángel Allen, me siento muy orgulloso de ti, me siento bastante orgulloso de ti—me sonríe.
Diana a estado ahí para abrazarme luego de que me hundiera, pero Jasper se ha encargado de levantarme antes de que toque fondo. Él me vio en el momento más vulnerable para mí, me vio en mi peor momento. Jasper me vio cuando iba a dar mi último soplo de vida y él se encargó de que no fuera el último, de que eran más. Le debo mucho, porque él ha sido mi impulsor para detenerme a luchar.
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Editado: 09.12.2024