Estoy muy nervioso, justamente ayer levanté la denuncia contra Benjamín y, aunque fue verdaderamente difícil y en varias ocasiones los temblores en mi cuerpo y miedo me lo impidieron, lo logré. Ese fue el paso más importante hasta el momento, lo que en años no me atrevía a hacer, ayer lo logré. Muchas veces quise ir y correr a confesar el infierno en el que vivía, pero el miedo siempre me detuvo, hasta ahora. Y tengo que decir que siento mucho orgullo por mí misma y por este enorme paso que me he atrevido a realizar.
Tengo desde el día que salió a la luz todo, el día que fue a mi trabajo y Jasper se enteró de la verdad que no lo veo y tengo miedo. Miedo porque la policía no lo encuentra, miedo porque Santiago encontró pruebas y mucho miedo porque ahora si Benjamín está en el hoyo, y lo conozco tan bien que querrá hundirme con él.
Santiago no me dijo nada, pero la casa donde vivía con él tenía cámaras, cámaras que Ben, amigo de ambos, había instalado hace un buen tiempo atrás, a petición de Benjamín que quería grabar como mantenía relaciones sexuales con las mujeres que entraba a esa. casa. Tienen después de ese día todo grabado. Él me dijo que no ha querido que nadie más lo vea hasta que lo autorice, pero sé lo que veré allí. Golpes, humillaciones y verme a través de una pantalla, esa mujer que estaba siendo me causará dolor, yo lo sé.
Tengo tanto miedo al cambio que mi vida dará. Tengo miedo de que Benjamín aparezca frente a mí y entonces todo desaparece. Mis ganas de vivir, mis ganas de luchar y mis ganas de acabar con esta miseria de vida de una vez por todas. Tengo miedo de que todo el avance que he hecho desaparezca.
—Allen—miro a Diana que me regala una sonrisa—me tienes nerviosa—confiesa y suspiro. Llevo media hora dando vueltas por la sala de mi nuevo departamento.
—Yo—muerdo mis labios—tengo miedo—confieso y ella me mira compresiva.
—Lo sé cariño. ¿Por qué no mejor miramos ese beso candente que te dio Jasper?—abro los ojos como platos y ella me sonríe.
—Eso también está grabado?—ella asiente y llevo mis manos a mi rostro cubriéndolo, sintiendo el calor comenzar a expandirse por este. Siento pena en este momento.
—Todo está bien Allen—niego respirando fuerte, dejando caer las manos para mirarla—¿le darás en algún momento una oportunidad a Jasper?—esa pregunta es la que temía.
Jasper me ha demostrado abiertamente sus intenciones conmigo, pero tengo tanto temor en mi interior. Temo equivocarme como lo hice con Benjamín, tengo mucho miedo de que todo eso que él dice sentir por mi desaparezca cuando se dé cuenta de que ya no tenemos esa compatibilidad. Tengo miedo de que cuando caiga en cuenta de lo rota que estoy se aleje y huya de mi lado, que cuando ya esté a mi lado me abandone porque aparece otra persona con menos problemas y más hermosa. Aunque no lo digo en voz alta, aún queda muchas cosas que debo superar, aun no me creo lista para dejar entrar un hombre en mi vida.
—Yo...
—Jasper es un muy buen hombre Allen. Él jamás será como Benjamín—el abrazo fuerte.
El miedo es quien nos impide vivir y ser nosotros mismos. Sé que Jasper no es Benjamín, pero es el miedo quien me impide continuar esto que siento, esa presión en mi pecho cuando él me mira o me regala una sonrisa. Es tan extraño que me da miedo; lo extraño siempre nos hará temer.
Antes lo nuestra era prohibida para ambos por yo ser la esposa de Benjamín, que bueno que los trámites del divorcio ya están en juego. Pero ahora, ahora es prohibido para ambos por el temor que se mantiene en mí, ese temor que me impide avanzar.
Sé que todavía tengo muchísimo que sanar y que Jasper no estará toda la vida esperando que lo haga. Mis mejillas se sonrojan al recordar algo clave, no soy tonta por lo que sé que él tiene necesidades fisiológicas como cualquier ser humano normal.
He visto muchas parejas y sé que los hombres tienen muchas necesidades, exactamente necesidades carnales y yo no sé si algún día esté preparado para entregarle mi cuerpo a un hombre.
Conocí el sexo de una manera que me hizo aborrecerlo, tengo miedo y muchas heridas que deben sanar antes de siquiera pensar en eso. No quiero que se quede a mi lado por lástima, por pena. Si se queda que sea porque él lo quiera. Porque el pensamiento de un hombre tocando mi piel me asquea, Benjamín muchas veces lo hizo, sin yo querer su toque, sus besos, su cuerpo sobre el mío. Muchas veces me adentró en juegos a la fuerza, como era el atarme y el hacerme sentir más humillada.
Tengo muchas heridas internas que aun sangran porque ahora es que estoy buscando ayuda. En meses no puedo reparar todo el daño que he vivido dentro de años. Lamentablemente sé que es así, pero quiero creer que puedo lograrlo pronto, espero que sea así.
—Eso lo sé, Diana,—le digo alejándome y dándole la espalda—pero no puedo atarlo a una mujer con tantos complejos y heridas. Jasper es un buen hombre que merece una persona que le regale estabilidad, yo no soy esa. Solo soy una mujer inundada de miedo, aterrada de vivir. Jasper es joven, él puede encontrar a una chica como él, que sea guapa, que le guste vestir bien, que se maquille porque así lo quiere y no porque un psicópata le golpeaba y necesitaba ocultarlo—no lloro, me aguardo las lágrimas porque él Decidido que llorar no cambiará nada, será fuerte—necesita alguien con quien compartir su cuerpo, yo no puedo y lo sabes.
>> No quiero que se quede a mi lado porque soy la chica a la cual ayudó a sobrevivir en su intento de suicidio. Quiero que no tenga miedo porque en algún momento puedo simplemente tener esa idiota idea nuevamente en mi cabeza... él merece una mujer que lo ame como sé que él la amará, con la cual no tenga que estar al pendiente de cada paso que dé. Para no asustarla porque así de destruida estoy.
Respiro fuerte cerrando los ojos.
>> Él merece todo lo bueno de esta vida, no merece una mujer tan rota que muchos de sus fragmentos han desaparecido en el intento de repararla—ella está en silencio mientras volteo a verla y observa toda la tristeza que habitan en sus ojos al mirarme .
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Editado: 09.12.2024