Promesa de niños

Capítulo: 27

Thomas

Me imaginé que algo así podía pasar, sabía que Victoria no se quedaría de brazos cruzados, pero jamás pensé que iría a por Naomi, a esta solo le puse un maldito guardaespaldas porque pensé que nadie le haría daño y ahora por mi causa está en peligro, me miro en el espejo dando un suspiro, lo peor de todo es que creo que nos matará, me está citando para eso aunque siempre puedo hacerla cambiar de opinión, pero claro debo ir solo y Gael no querrá eso, fue un error decirle algo, pero me las arreglaré, debo lograr que no me siga y ya sé cómo hacerlo, miro la hora y respiro hondo, Victoria ya me mandó la dirección y la hora a la que quiere verme, en unos minutos debo estar ahí.

—Thomas —miro a Gael —¿ya sabes donde quiere verte? —me quedo mirando sus ojos y aunque sé que quiere ayudar no dejaré que se haga el héroe frente a Naomi, además, si Victoria le ve, nos mataría a todos.

—Si Gael, en dos horas debo verla, un auto me esperará frente al restaurante Aslhy, ahí debo estar.

—Me prepararé —dice y asiento —ella estará bien —vuelvo a asentir y lo veo salir, salgo de mi habitación y me detengo en la de los gemelos, paso las manos por mi rostro, ya deberían estar dormidos, pero escucho sus voces y sé que esperan a su madre, quizás debería entrar, pero sigo de largo negando con la cabeza, debo salir antes, ahora que Gael está en su habitación y que le he dado una dirección y hora falsa.

Conduzco por la ciudad hasta llegar a la fábrica en donde quedamos vernos y bajo del auto, otro auto negro me espera y camino hacia este en donde hay dos hombres con armas fuera y mi corazón ya late demasiado rápido queriendo huir de aquí.

—Victoria le espera en casa —comenta uno de ellos

—No subiré a ese auto sin antes ver a Naomi necesito saber que ella está bien —ellos se miran entre sí y sonríen

—No estás en condiciones de pedir nada Thomas —bufo

—Claro que sí, necesito saber que ella aún vive, conozco bien a la zorra de tu jefa —el idiota sonríe y saca su teléfono, envía un mensaje y al instante mi teléfono suena, miro este y veo una foto de ella en donde está muy golpeada, pero está despierta, las manos me tiemblan y me duele verla de esa forma, cuando levanto la mirada solo siento el golpe en mi cabeza y caigo al suelo.

Con pesar abro los ojos y de inmediato comienzo a forcejear, pero estoy atado a una silla, maldigo en voz alta mirando bien el lugar en el que estoy, no lo reconozco, pero parece estar abandonado, todo está hecho un desastre y lleno de polvo, respiro hondo intentando quitarme las amarras, pero es casi imposible.

—Thomas —la voz de Victoria acribilla mis oídos

—¿Dónde está Naomi? —ella se detiene frente a mí sonriendo

—Tu esposa está —sonríe —está viva

—Quiero verla

—Lo harás pronto, no te desesperes —con su arma bajo mi mentón me hace mirarla —no puedes romper negocios Thomas cuando quieres

—¿Y no pudimos hablarlo como personas civilizadas? —se echa a reír

—No, claro que no porque necesitaba que para la próxima vez que tuvieras miedo recordaras el día de hoy —miro sus ojos

—¿No vas a matarme?

—Por supuesto que no querido —ella ríe —¿quién iba a lavar mi dinero y transportar con seguridad mi droga?

—Bien, déjanos ir entonces y te prometo que todo volverá a ser igual que antes Victoria, lo juro —ella se aleja unos pasos de mí

—Thomas no te voy a matar a ti, pero si a ella —aprieto mis dientes —así sabrás que voy en serio

—Si la matas olvídate de que haré negocios contigo —mascullo con odio mirando sus ojos, pero ella está en total calma

—No, porque ella morirá, pero va a quedarte tu familia, tus padres, tu hermano y tus hijos —mira su arma —aún tienes mucho que perder Thomas y si no haces negocios entonces iré a por ellos, tan fácil como cuando fui a por tu esposa.

—No le hagas daño —ruego con miedo

—Ella debe morir para que sepas que voy en serio querido

—Por favor —sonríe con amplitud

—Tráiganme a la chica —niego con la cabeza —quiero que él vea como la mato, quiero que vea como sufre y como muere lentamente, así sabrá que conmigo nadie juega —trago en seco viendo como dos hombres se alejan

—No, Victoria, ¡no! —comienzo a gritar con rabia tratando de moverme, pero me es imposible y solo escucho su risa.

★★★

Naomi

Solo quiero volver a ver a mis hijos, mi cuerpo duele, mi cabeza parece querer explotar, pero la imagen de mis pequeños me mantiene despierta, siento aún el sabor de la sangre en mi boca y recuerdo los golpes que me han dado en vano, sin hablar, sin hacer nada yo contra ellos, simplemente disfrutan con lo que hacen, comienzo a toser y respiro hondo al terminar, quiero levantarme, pero estoy en el suelo y me es casi imposible moverme, miro hacia la puerta cuando es abierta y solo escuchar sus risas duele, mis lágrimas salen cuando uno de ellos me hace levantar a las malas y gimo de dolor, pero a ellos nada de eso les importa.

—Camina —espeta uno de ellos y me empujan, tropiezo y caigo al suelo, siento dolor en mis manos y rodillas, pero me toman del cabello haciendo que vuelva a ponerme de pie.

—Trátala bien, su esposo la verá —ambos ríen, ¿Thomas está aquí? ¿Me sacará? Espero que si y camino siendo guiada por ellos hasta que vuelven a empujarme y caigo al suelo.

—¡Naomi! —el grito de Thomas me hace mirar hacia un lado, él está ahí, pero está atado a una silla y mis esperanzas se vienen abajo —déjala Victoria —escucho que dice mientras trato de ponerme de pie —ella no tiene nada que ver con esto.

—Thomas sabes de sobra como esto funciona y aun así quisiste alejarte —la mujer ríe y cuando estoy sentada me toma del montón, me hace mirar su rostro —y es una lástima, es bonita —ella sonríe —podría dársela a mis chicos.

—¡Te mataré si lo haces! —le grita Thomas y ella ríe sin dejar de mirar mis ojos

—¿Qué edad tienes Naomi? —cuestiona mirándome confundida, hasta respirar duele, pero abro mi boca con esfuerzo



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En el texto hay: pasado, niños, amor

Editado: 01.11.2024

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