Propuesta Millonaria

Capitulo trece

Melissa Wilson
 


 

– No estarás hablando enserio.
 


 

Asiento tirandome para atrás en la cama de Alexia.
 


 

》 Pensé que ya te gustaba.
 


 

– Si me gustaba pero sexualmente, ahora estoy vinculando sentimientos por él, y es que se comporta tan dulce, tan atento ¡prometió enamorarme para que nos casaramos y convivieramos bien con el bebé! ¿Tienes una idea de lo que es eso para mí?
 


 

》Siempre he sido solo yo desde que me mudé aquí, y ahora no solo tengo a tu hermano atrás de mi trasero cuidándome de cualquier cosa, sino que también tengo un bebé que voy a conocer en unos cuantos meses.
 


 

》Es un fuerte boom darme cuenta que ya no estaré más sola en la vida. Y no me malinterpretes, te amo pero ¿te das cuenta que ahora voy a tener mi propia familia? Quien me espere cuando llegue del trabajo, eso es mucho para mí corazón.
 


Cuando terminó de hablar una sonrisa enorme adorna la cara de Alex.

–Estas terriblemente enamorada del idiota de mi hermano ¡y lo tratas mal! Él nunca sospechara de tus sentimientos.

– No es mi intención tratarlo mal, son mis hormonas por el embarazo. La otra noche quise decirle que lo había extrañado todo el día que había estado en la oficina y terminé gritándole porque me acordé que esa mañana no había querido darme de sus huevos.

– Wacala.

Le tiro con una almohada.

– No esos huevos, los revueltos idiota.

Nos comenzamos a reír como dos tontas hasta que mi suegra entra en la habitación.

– El almuerzo está listo niñas.

– Yo soy una niña mami, Melissa no lo es.

La miro incrédula y ella me saca la lengua infantilmente.

Al terminar el almuerzo nos sentamos en unas sillas reclinables que se encontraban en el jardín, teníamos un vaso de jugo cada una y algunos snacks que nos trajo Hope mientras observamos lo hermoso de aquellos árboles.

Era una vista preciosa.

Sin duda alguna a Catharina le encantaba la jardinería y la vista que estoy teniendo es la prueba de ello.

– Veo que te gusta, ha llevado su tiempo pero amo arreglar mis plantas, quizá cuando tengan su casa y dejen aquel apartamento pueda ayudarte a tener uno igual de bonito.

Le sonrio agradecida.

– Por favor, ya le he dicho a Thomas que no quiero criar a nuestro hijo en un apartamento, quiero que tenga un jardín al que pueda salir a jugar, el balcón que tenemos es peligroso.

Mi suegra asiente totalmente de acuerdo.

El señor Drew había ido a dormir la siesta luego del almuerzo, según Catharina era algo sagrado para él y no le gustaba que lo despertaran.

– Ojalá que mi ahijado salga igual a ti. - habla Alexia.

Me río.

– ¿Te estás autodenominando su madrina?

– Es algo obvio. - me guiña un ojo.

– Buenas tardes. - Thomas hace acto de presencia y luego de besar la cabeza de su madre y su hermana se acerca a mi. – ¿Como están?

Me da un beso que no es nada tierno, siento que se ha llevado mi alma con cada roce de su lengua con la mía.

Cuando se aleja me sonríe coqueto y yo siento que quiero encerrarlo en su antigua habitación y hacer de todo.

Malditas hormonas.

– Estamos bien.

Él va a hablar pero la voz de la fastidiosa de Claudia se lo impide.

– Señor Thomas tenga un asiento para usted.

La miro mal.

Me cae mal, no me gusta como lo mira, como lo trata tan bien y a mi tan mal, me parece una total imprudencia.

Amo a todos los empleados de esta casa pero a esa idiota no, solamente espero que haga algo totalmente espantoso así mis suegros la echan.

– Gracias Claudia.

También odio eso, sé que es normal y el esta siendo amable pero me hubiese gustado un "No gracias me sentaré con mi mujer."

Idiota Drew.

– Un placer. - le da una sonrisa coqueta.

¡Hola! ¡Estoy aquí y estoy embarazada! ¡se va a casar conmigo! Zorra.

Suspiro sonoramente y al instante tengo la mirada de todos puesta en mi.

– Cariño, ¿me acompañas adentro? Hay algo que debo mostrarte sobre la boda.

Él va a protestar pero cuando ve mi mirada se levanta rápidamente y camina a mi lado hacia dentro de la casa.

Logro escuchar la risa de Alexia mientras me dirijo a las escaleras, si, ella sabe lo que me pasa.

Al entrar a su antigua habitación me mira extraño.

– ¿Que es lo que quieres hablar? ¿Otros arreglos florales?

– Sientate en la cama. - me hace caso y me mira fijamente desde ahí. - no quiero hablar de la boda.

Comienzo a desabrochar los botones de mi camisa y su mirada al instante viaja a dónde mi piel está quedando expuesta.

Traga grueso.

– ¿Y de qué quiere hablar mi futura mujer?

Dejo caer la camisa al suelo y lo sigue el sujetador, mis pechos sensibles quedan a su vista, se lame los labios y siento que ya no puedo más.

Me acerco lentamente y me siento a horcajadas de él, pego mis pechos a su torso y dirijo mis labios a su oreja.

– Estoy celosa de como te mira esa idiota, quiero que me demuestres que solamente a mi me podes hacer ver las estrellas. - bajo a su cuello y se lo muerdo suavemente. - por favor.

Me muevo sobre él, sintiendo como su erección comienza a hacer acto de presencia.

– Joder. - me agarra de la cintura y me acuesta a su lado, me mira desde arriba, su mirada brilla de deseo. - te lo demuestro siempre que quieras.

Besa mis labios con pasión, nuestras lenguas tocándose salvajemente.

– Debe ser rápido, están esperándonos. - agarro mis senos y se los ofrezco a la misma vez que muerdo mis labios.

– A tus órdenes. - ataca mis pechos y yo tiró la cabeza hacia atrás, tratando de no hacer ruido aunque creo que eso será algo imposible.



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En el texto hay: amor, miedos, embarazo

Editado: 15.08.2021

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