Proyecto Doppelganger

Capítulo 14: C – Compromiso de Viaje Extraescolar.

 

Lunes 20 de Octubre  – colegio – recreo.

 

Sobre la pared se encontraba Noah recostando su espalda, en frente tenia a dos chicas: Iris y Micaela. Los tres estaban charlando, aunque tenían que levantar un poco el volumen de la voz ya que el bullicio de los demás tapaba un poco sus voces. Otros compañeros también se juntaban en ronda a hablar, algunos grupos corrían por los pasillos y la gran mayoría se aglomeraba alrededor de un negocio para comprar algo que complemente su desayuno.

     –¿Qué fue lo que hicieron ayer? –quiso saber Iris. Como siempre tenía los cachetes algo inflados como una ardilla, sumado a su sonrisa que a Noah le resultaba tierna.  Su piel es bastante pálida y el menor contacto con el sol suele enrojecerla, como era el caso de ahora.

     La primera en contestar fue, claro, su mejor amiga Micaela. –Estuve en Pinterest sacando algunas ideas para hacer cosas con porcelana fría. –Se acomodó uno de sus mechones rulados que intentaba entrar a su boca–. Cuando tenga los suficientes quiero poner un stand en la feria y venderlos.

     Ella tenía un espíritu muy artista y Noah se lo reconocía, salvo por la parte de querer ganar dinero porque hacer todo eso le sonaba muy agotador. Si quería hacer sus cositas con plastilina claro que podía, pero si necesitaba dinero solo debería pedirles a sus padres y no complicarse tanto. Eso es lo que él siempre suele hacer, de todas formas, como suele hacer con casi todo el mundo tenía que ponerse su máscara social. –Ey que lindo suena todo eso, tienes que mandarnos foto de lo que vas haciendo.

     Micaela pareció ponerse todavía más feliz porque alguien reconociera su arte. –Le había mandado un par a Iris así que te las voy a reenviar.

     Su compañera pálida agrego. –Ayer transformó la tapa de un frasco en la cabeza de un hongo, le quedó demasiado bien y tiene muchos detalles.

     El joven de cabello gris se obligó a formar una sonrisa. –Que bueno eso. Siempre fuiste muy buena con los detalles. –Aunque por dentro pensaba en otra cosa < ¿Dónde está el tonto de Julián? Lleva todo el recreo desaparecido y me estoy aburriendo>.

     Para su suerte y al poco tiempo pudo distinguir a su mejor amigo entre la multitud por un pasillo que conducía al patio, su cabello rojo era inconfundible entre el de los demás. No obstante, mientras más se acercaba y con más claridad podía verlo se percató de un detalle extra. Julián, su mejor amigo, no venía solo; alguien más parecía estar acompañándolo.

     Noah se obligó a no colocar una mueca de desagrado, se trataba de Basil <¿Y ese idiota que hace con él?> reaccionó al instante <El recreo solo dura diez minutos, y el tiempo en el que pudo estar aquí lo desperdiciaba con ese idiota ¿pero que le pasaba a Julián? De seguro también está tonto>. Al terminar de pensarlo le dio vistazo a ese par, encima venían charlando <¿De qué podrían charlar esos dos? No tienen nada en común> eso resultaba un sin propósito absurdo y gigante para Noah.

     Una posibilidad que surgió en su cabeza es que su mejor amigo necesitaba algo de ese chico y por eso se acercó a él, pero Julián es muy autodidacta y además se trataba de Basil. A ese idiota le cuesta muchísimo siquiera venir al colegio, falta un montón e incluso desaprobó un trabajo de programación solo por eso. Y para Noah el tatuaje de flor que tiene debajo de su ojo era bastante feo.

     Cuando los dos se detuvieron en el grupo ambas chicas se hicieron a un costado para dejarlos pasar y acoplarse también, se saludaron entre todos y Noah estuvo obligado a hablare a Basil también. –¿Tu qué hiciste el fin de semana Noah? –le soltó la pregunta Micaela, quien parecía estar más feliz por el comentario de su amigo, aunque a este no le importaba mucho.

     El chico hizo un gesto para restarle importancia. –Estuve jugando videojuegos toda la semana. –Levantó su mentón con superioridad. Le había hablado a su mejor amigo sobre un nuevo videojuego que descargó y estaba esperando a que le preguntara al respecto, y para su sorpresa esa pregunta nunca llegó sino que le hizo una diferente.

     Su mejor amigo cambió la vista para ver a todos los del grupo y no solo a él. –¿Saben cuál es la materia que sigue ahora?

     –Ingles –contestó Iris casi al instante.

     El rostro de Julián se desinfló, Noah sabe que él odia demasiado esa materia porque no le va bien. –Pero que flojera, no entiendo porque tenemos que seguir teniendo esa materia si existen dispositivos de traducción que lo facilitan todo.

     –Que tu no lo entiendas no significa que deban de dejar de enseñarla –le dijo Noah burlándose de él–. No es tan difícil, solo debes prestar un poco más de atención en clase.

     –Es verdad, me distraigo con cualquier tontería también.

     –Aunque también hay que decir que tomaste clases particulares y por eso se te hace fácil –le recordó Micaela.

     Noah levantó una ceja que dirigió a su mejor amigo. –Con el “método” de estudio que tiene ahora Julián de seguro le puede empezar a ir mejor. –Su mejor amigo captó esa indirecta y le frunció el ceño para indicarle que ese no era un tema para tocar, pero ahora Noah captó su atención de nuevo y podría molestarlo con su “secreto” para recuperarla si volvía a pasar.

     Ya quedaba muy poco para que terminara el recreo y en ese momento la preceptora, como siempre suele hacer a esta hora, abandona su oficina para llevarle unos papeles a la directora. A3 tenía todo cronometrado por lo que cuando supo que llegó el momento giró su cabeza para guiñarle un ojo a Basil, Noah inclinó confundido la cabeza para un lado al notar esto, pero Basil hizo un movimiento afirmativo.




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