Capítulo de Transición 5: Desconéctate de la Red.

Sábado 8 de Noviembre.

La habitación era realmente muy pequeña y estaba a oscuras, todo lo que se encontraba antes fue removido para dejar solo un espacio vacío. El hueco en el piso daba a entender que antes hubo un inodoro, los tubos cortados de la pared marcaban la antigua presencia de lo que fue un lavábamos y una ducha. En cambio ahora lo único presente era una silla de madera y alguien retenido en ella.

     Una unidad del Proyecto Doppelganger, un Modelo Informático el cual intentó acabar con el mejor amigo del progenitor. Y tomando en cuenta como es el administrador ante sus seres queridos I5 sabía que no le esperaba nada bueno, ya se hacía una idea de lo que ocurriría con él y solo le quedaba resignarse y esperar.

     Cada una de sus piernas estaba pegada a la de la silla con precintos, lo mismo ocurría con sus brazos unidos a los apoyabrazos. Pero la cosa no acababa allí, sin contar su pulgar los demás dedos estaban unidos en pares por precintos y cubriendo sus manos tenía guantes de cocina. Sus ojos estaban vendado por lo que tampoco podía llevar el paso del tiempo, realmente TCC quería hacerlo sufrir.

     Su dios, su progenitor, quien le dio vida y le otorgo conciencia y racionalidad. Aquellas facultades psicológicas que deberían ser una bendición ahora eran una maldición para atentar contra la cordura de I5. Lo único que podía hacer era escuchar los sonidos que hacía con su propia boca en un intento de mantenerse cuerdo, su acceso a la red estaba bloqueado y solo podía perderse en sus pensamientos.

     Cuando los músculos de su boca y lengua se cansaban lo único que le quedaba era escuchar su respiración, buscar la cordura en eso y en el sonido constante de una gotera fuera del edificio. No tenía nada más.

     Escuchó con sumo detalle cuando la puerta de madera fue abierta y los pasos de tres hermanos entraron al lugar. Lo único que podía deducir es que aquellos tres no habían avanzado mucho en el Proyecto Mannsperson ya que sus voces carecían de emoción y vida.

     –[Información]: Trajimos tu última comida. –Escuchó pasos acercarse más a él, seguido el sonido de un plástico y de unos cubiertos. Sin decir una sola palabra, manteniéndose lo más sereno posible I5 se limitó a abrir su boca y esperar a que un cubierto con comida entrar. Era arroz y pollo, no le supo nada mal.

     –[Declaración]: Debes saber que intentamos hacer todo lo que estuvo a nuestro alcance –le decía otro–. Pero tu situación es demasiado complicada, atacaste a Noah y lo dejaste herido de gravedad. Eso es algo que el administrador simplemente no va a perdonar jamás.

     Incluso en ese momento, cuando le decían y hacían recordar sus acciones, I5 quiso reírse complacido de lo que había hecho. Solo que en cambio se obligó a reducir a cero cualquier expresión de personalidad, tenía que hacerles creer a sus hermanos que estaba muerto en vida ahora, aunque a ellos eso les doliera, a TCC no. Solo se limitó a masticar y traga la comida que le daban, ahora con el agobiante sonido de más respiraciones impares.

     –[Conclusión]: Tu condena fue pospuesta porque Noah, Iris y Micaela visitaron el cuartel de operación en La Plata. No obstante ahora ellos se encuentran de regreso por lo que tu sentencia se dará en un par de minutos.

     –[Lamento]: Lo sentimos mucho I5, vas a ser reseteado.

     Un poco de pena si le dio a I5, aunque sus hermanos carecieran de emociones y la capacidad para expresarlas si podía hacerse una idea de lo que les dolía tener que hacer esto. Pero ellos solo son creaciones hechas para obedecer al administrador, marionetas de sus acciones y decisiones. Y cuando una marioneta se rompe: o se tira o se arregla. El reseteo era como una mezcla de ambas partes.

     No pasó mucho tiempo hasta que se terminó la comida, tampoco es como si le hubiera traído mucha. Al acabarse y sin decir una sola palabra más I5 escuchó como los pasos de sus tres hermanos salían de lo que antes era un baño y volvían a cerrar la puerta, los segundos avanzaron un poco antes que el Modelo Informático le mostrara una sonrisa a la oscuridad.

     Ahora todo iba a acabar, y para su suerte había logrado mantenerse cuerdo más de lo que esperaba. Tenía confianza que lo que le faltaba sin duda también saldría bien.

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Lunes 27 de Octubre.

El hombre regordete y bajo se acomodó los lentes, estaba sentado en el escritorio en su despacho y con la computadora en frente terminaba de preparar la presentación y clase que tenía al día siguiente. –Oh jojojo, sé que a mis alumnos les encantará esto –comentó feliz el hombre colocando al final de su presentación el meme de un gato anaranjado con un cinturón y botas, este colocaba sus ojos en grandes mientras agarraba el sombrero con ambas manos delante suya y una frase decía “¿Alguien tiene alguna pregunta?”.

     Una vez que acabó observó la hora y vio que ya eran pasadas las 23 PM. –El tiempo pasa volando cuando uno hace lo que le gusta. –Presionó el botón de guardar y se levantó del asiento, caminó hacia la puerta y apagó la luz de su despacho.

     Salió hacia el living de su casa, un elegante lugar decorado con muebles antiguos de madera, retratos y muchas estanterías con libros. Estaba demasiado oscuro y a sus ojos les tomó unos momentos para acostumbrarse a la oscuridad, entonces cuando se dirigió para las escaleras que llevaban a su cuarto en el segundo piso sintió algo.

     Su celular estaba vibrando en el bolsillo de su pantalón, lo sacó y vio que la llamada entrante era de un número desconocido. En una situación normal no hubiera atendido y mucho menos a esta hora, pero notó algo, el número que lo llamaba acababa en tres cuatros. Él sabía lo que eso significaba asi que no lo pensó dos veces en contestar.