Luz...
Cámara...
Acción...
"¿Por qué es difícil olvidar a tu crush? "
Addison.
No puedo creer que todo eso viniera de Ethan. Personas han intentado cambiar mi exterior, pero él no lo intentó, más bien fue a mi interior y quiso que lo afrontara, que fuera con Alex y le dijera mis sentimientos, imposible. No podría intentarlo siquiera porque yo misma me sabotearía. Al menos aprendí que debo trabajar en mi y no sólo estar dependiendo de una ilusión.
Pero, ¿cómo puedo tener pensamientos de acabar con lo que siento por Alex cuando lo observo?
Mis ojos no lo dejan, desde el momento en el que entro a la biblioteca y comenzó a leer un libro, no puedo apartar mi vista de él.
¿Por qué se me es difícil?
¿Tengo que convertirme en una chica que veste escandalosamente para que me note?
Giré mi vista y suspire reposando mi cabeza en la mesa.
Debo resignarme, puede que mi futuro este destinado a otra clase de chico.
Me encamine a la habitación y pude verme con claridad por el espejo. Mis ojos se abrieron, lleve mis manos por todo mi cuerpo al ver las caderas y lo caído ser mis pechos.
¿Qué demonios es esto?
¿Por qué luzco así?
Parece que tengo treinta años. ¡Soy horrenda!
—Hola, cariño. —me sonrió un hombre robusto con masa de su cuerpo callando, rascaba su cabeza con poco cabello. —¿Qué pasa?
—¿Quién eres? —no sabía de donde apareció pero el sartén estaba ya en mis manos. —¡Aléjese!
Rio.
—¿Cómo que quién soy? Luego de tantos años de matrimonio comienzas a olvidarme, —negó luego de llevar a su boca unas papitas fritas. —soy tu esposo. —sacó de su boca un boca un fuerte eructo. —¿Dónde está mi beso, cariño? —juntó sus labios.
Huácala. Huácala. Huácala.
—¡No. Maldición! Asco,—pasé las manos por mi lengua para borrar cualquier residuo de esos asquerosos labios que no llegaron a mi—repugnante.
Demonios.
Todos a mi alrededor me miraban, algunos comentaban entre sí, mientras otros reían del espectáculo que acabo de dar. Pero no hay peor vergüenza que la de mirar cara a cara a tu crush. Cuando pasas por una situación como la mía, todo se desmorona.
Sentía que mis ojos picaban y que no podía con tanta atención, de la pena que tenía por haber despertado así, de la pesadilla. No sabía que hacer, aunque claro sé que puedo a lo único que acostumbro, y eso es huir.
Salí con rapidez de ahí. Una molestia que oprimía mi pecho es una carga un tanto fuerte que no me deja. Las pupilas de mis ojos comenzaron a nublarse como mi vista, gotas de agua se iban deslizando por mi rostro y la fractura de mi corazón se sentía más latente.
Siento tanta pena de esa situación.
¿Cómo podré verlo nuevamente a la cara?
Si lo pienso bien, no debe interesarme porque mi existencia para Alex es como la de cualquier extraño.
Soy un desastre que esta acabando de una manera terrible está situación. No sé que hacer con este sentimiento que sólo me daña. He cometido varias equivocaciones desde que comencé a tomarle cariño. Me estoy humillándo a mi misma y a mi dignidad, al seguir a alguien que no me verá como yo lo deseo.
—¡Addison White Martínez!
Reaccione y giré a la voz que me llamó por mi nombre completo. Vi el enojo palpable en el semblante de Sophia que venía a mi dirección.
¿Qué fue lo que le hiciste, Jason?
Venía con esa ropa arreglada y ese maquillaje que queda correctamente. Lo que si es notoria son esas bolsas debajo de sus ojos.
—¡Te odio, te odio, —intentó seguir gritando pero sus ojos se comenzaban a cerrar mientras su cuerpo se iba de un lado a otro. —todo es tú,—calló en mi hombro y comenzó a dormirse.
Si que se llegó a pasar de la línea Jason, no me sorprendería que ella también fue grosera, es lo que más acostumbra. Al menos Jason la distrajo para que no me llevara con nuestro padre. Me salvó de eso al menos.
Intenté caminar con ella encima de mi, el bajo sonido de sus ronquidos se escuchaba en mi oído. La sujete de brazos y la arrastre hasta el auto donde estaba el chofer. No me sorprende que Sophia sepa donde estoy. Me gusta la biblioteca y hace un tiempo Alex comenzó a ir. Así que se volvió muy emocionante ir los fines de semana, pero creo que será mejor evitarlo a toda costa, no está bien seguir viéndolo porque aún me afecta.
El chofer que la trajo me ayudó al dejarla en el asiento trasero. Le dije que nos llevara a la casa, la pienso dejar en su cama descansando para luego ir a la casa de Jason.
Un zumbido en mi chaqueta me hizo ver mi teléfono.
Ethan.
¡Chica Libros, llámame apenas leas esto, es una emergencia!
¿De qué se trataría?
Fui a la sección de llamadas y marqué a su teléfono.
—Ethan, ¿estas bien? ¿qué sucede? —pregunté algo preocupada por su mensaje tan alarmante.
—Chica Libros, —su tono fue bajo y un tonto infantil.
#37751 en Novela romántica
#10417 en Thriller
#4174 en Suspenso
amor amistad desamor, adolescente enemistad proyecto, amor celos
Editado: 13.06.2023